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Colombia 0-0 Venezuela: ¿a qué sabe el empate?

“Fariñez nos salvó de una goleada”. Sí. No es mediocridad, Fariñez es un elemento más del once que juega. Insisto: es prácticamente imposible pedirle más atrevimiento al grupo cuando hay tantas ausencias y poco trabajo

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Venezuela

“Quiero dedicarles unas palabras a mis jugadores: estuvieron fantásticos, sublimes. La forma en la que jugaron el partido, la forma en que pelearon y como quieren hacer las cosas bien”. Esas fueron las palabras del seleccionador José Peseiro en la rueda de prensa post partido ante Colombia.

En frío, el día después, el 0-0 ante Colombia tiene que ser analizado desde múltiples perspectivas. Hacerlo con una visión global no lo veo conveniente porque hay tantas aristas que tomar en cuenta en ese empate que fijarse en el fútbol que mostró Venezuela y el mero resultado, sería demasiado mezquino.

Venezuela no pateó (ni cabeceó) al arco de David Ospina en noventa minutos. Contra Brasil, si bien tampoco es referencia en el juego, la Vinotinto alcanzó a llegar al menos en tres oportunidades al arco de Alisson. Contra Colombia, sólo se aproximó en algún que otro lanzamiento desde el tiro de esquina. La realidad es que Brasil dejó a Venezuela jugar más, cedió más espacios, cosa que permitió que en algunos compases los de Peseiro se atrevieran más. Ante los de Reinaldo Rueda, no pudo ser. Fue asfixiante la presión y no hubo manera que ninguno de los mediocampistas de perfil defensivo, en roles ofensivos, al menos conectaran con Aristeguieta alguna pelota.

Yo no puedo ser mezquino. Yo valoro este empate como un empate sí, pero luchado desde las enormes limitantes que se tienen que afrontar. Sabemos de plano que competir en la Copa América es realmente complicado si no puedes utilizar a 18 de los futbolistas que llamaste, que de cinco mediocampistas ofensivos con los que cuentas, dispones de solo uno y que apenas debutó contra Uruguay recientemente.

Si no puedes hacer otra cosa que presentarte a jugar, entonces el 0-0 tiene un valor enorme. Piense: no hubo tiempo para entrenar, no hubo tiempo de prepararse. Hay futbolistas que son titulares y apenas se bajaron del avión el domingo pasado, que solamente han estado agrupados como conjunto en un par de módulos hechos hace ya un par de meses. En frente estaba Colombia, la de lujo, con todos sus nombres y el buen juego. Si me dice: “Richard Páez tenía un equipo en el que todos actuaban en el campeonato nacional”, le pregunto cuánto tiempo de trabajo tenía esa selección junta para poder sacar buenos resultados y tener un fútbol atrevido y ofensivo.

“Fariñez nos salvó de una goleada”. Sí. No es mediocridad, Fariñez es un elemento más del once que juega. Insisto: es prácticamente imposible pedirle más atrevimiento al grupo cuando hay tantas ausencias y poco trabajo. El tiempo irá permitiendo mejorar algunos aspectos del juego, al tiempo que también podremos saber si algunos elementos fundamentales para mejorar el nivel (y por ende, el juego) se pueden recuperar de aquí al domingo para enfrentar a Ecuador. Luego, habrá una semana entera para jugar el decisivo ante Perú ya con el grupo completo (PCR negativos, mediante).

Ahora decimos que contra Ecuador se debe ser más ofensivos. Creo que sí, ya habrá más días de trabajo juntos, más ensamblados, pero se siguen teniendo las mismas ausencias. Aún no se confirma la presencia de Soteldo, a quien Toronto dejaría incorporarse para el duelo ante los meridionales, apenas Yangel Herrera vuelve, se cuenta con Jan Hurtado. Fortalecerse defensivamente con algún otro nombre, me parece contraproducente, debilitar lo que han hecho en estos dos choques los chamos que bien han batallado con sus limitaciones. Se necesita más elementos de carácter creativo para poder sacar el culo del arco.

Repito: no se puede competir con 18 futbolistas indispuestos. No son dos bajas, ni cuatro. Son 18. Es un plantel completo. Juegan los que están disponibles y con eso tiene que armar un once Peseiro. No se están jugando amistosos, se están jugando partidos por los puntos, partidos serios. Entonces ese empate que vale un punto en la tabla, sirve mucho para encarar lo que viene con mayor optimismo. Lo que más preocupa es que haya gente con mucho peso de opinión, que conoce la realidad de lo que se vive dentro del plantel, pretendiendo alegar que Venezuela tiene cómo ofrecer un fútbol más propositivo. ¡Qué despropósito aprovecharse de un momento tan complicado en la selección para frotarse el ego!

Ojalá que contra Ecuador se pueda disponer de futbolistas recuperados (dudo mucho que así sea) y tampoco se piense ahora que los de Gustavo Alfaro son una papita. Las ausencias siguen marcando la realidad y las aspiraciones pasarán por ver con quién más se puede contar. ¿Pensaba usted cuando se enteró de todo este contagio masivo que en dos partidos Venezuela ya tuviera un punto?

El empate sabe a empate, pero es valioso.

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