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Vargas Llosa: "Los enemigos de la cancelación defienden la democracia"

"Quienes creen en la cancelación no creen en el debate y prefieren sacar del campo de la discusión a todos aquellos quienes discrepan de las radicales medidas que ellos defienden", dijo el escritor en el ciclo ‘Cultura abierta’, una discusión promovida por The Objective

La cancelación en la Cátedra Vargas Llosa
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«La verdad os hará libres». Bajo este axioma se dieron cita este martes en Madrid, en un abarrotado auditorio de la Casa de América, el prestigioso filósofo Fernando Savater, el premio Nobel Mario Vargas Llosa y la CEO de The Objective Media y El Estímulo Media, Paula Quinteros, para inaugurar el ciclo ‘Cultura abierta’.

El evento ha sido organizado por la Cátedra Vargas Llosa, con la colaboración de THE OBJECTIVE.

Se trata del primer acto en el que reaparecía el escritor hispano-peruano tras su hospitalización por covid-19, lo que generó una gran expectación ya que además estuvo acompañado por su pareja, Isabel Preysler.

Vargas Llosa ha ofrecido sus claves en favor de la libertad frente a la censura que impone la cultura de la cancelación.

Durante el encuentro, el escritor se levantó en defensa de la prensa libre frente a los que imponen la censura. Afirmó que «los adversarios de la cultura de la cancelación son quienes defienden la democracia».

Resistencia ante el totalitarismo

Vargas Llosa abrió el acto con un discurso en el que destacó el papel que jugó el filósofo Fernando Savater «en aquellos días en los que ETA sacrificaba a las personas más valiosas», como símbolo de resistencia a los distintos totalitarismos.

El escritor nacido en Arequipa, Perú, explicó las intenciones de los ciclos organizados por su Cátedra –que se celebrarán mensualmente.

«Este es un ciclo sobre la cultura de la cancelación, que es un movimiento que surgió en Estados Unidos con bastante éxito y en EEUU ha sido, sobre todo, el desprendimiento de un movimiento feminista que ha cancelado en las universidades y la prensa a quienes consideran sus adversarios, entre los que nos encontramos buena parte de los presentes».

«Quienes creen en la cancelación no creen en el debate y prefieren sacar del campo de la discusión a todos aquellos quienes discrepan de las radicales medidas que ellos defienden», dijo Vargas Llosa.

Ataques directos

El escritor destacó el caso de la Universidad de Chicago, que recientemente se ha visto sumida en la cultura de la cancelación. Allí se han prohibido intervenciones de expositores famosos y lo atribuyó a la presencia de un nuevo ‘Torquemada’ que filtra a los ponentes cuando considera que no deberían participar en los actos de la universidad.

«Han eliminado a aquellos con los que no estaban de acuerdo con lo que ellos defendían, y han optado por sacarlos del debate y eliminarlos de una manera radical. Poco a poco van creando una sensación de incomodidad y de ataques directos a estas personas que normalmente se apartan porque no tienen ni ganas ni estímulos para afrontar auditorios enardecidos que van a insultarlos», señaló Vargas Llosa.

Un debate necesario

Tras la introducción del premio Nobel comenzó el debate entre Fernando Savater y Paula Quinteros, con la moderación que de Ramiro Villapadierna, director de la Cátedra Vargas Llosa.

Ambos pusieron el foco en las repercusiones de aceptar las consecuencias de las cancelaciones,  haciendo referencia a la reescritura de la historia y su interpretación.

«Conservar un recuerdo razonable del pasado no tiene porque ser celebración, también se puede tener presente reconociendo sus limitaciones», afirma Savater, en referencia a los odios que despiertan ciertos episodios de la historia.

Quinteros acotó que «el peligro de la cultura de la cancelación está en la pérdida de nuestra historia y nuestra esencia, que es el fin último de estos grupos».

Los ponentes durante la intervención de Enrique Ojeda Vila, Director General de Casa de América. Foto: Carmen Suárez/The Objective

En busca de la verdad

Enfocándose en la forma en la que este movimiento trata la historia, Savater, ganador del Premio Sájarov y Premio Planeta y Premio Nacional de Ensayo, enfatizó que «la historia no hay que tacharla ni cancelarla, hay que comprenderla. Si todo conocimiento se convierte en una verdad subjetiva se impone incluso a todos los seres del pasado».

Para ilustrarlo, Savater trajo a colación un poema de Antonio Machado en el que el autor andaluz, a su juicio, defendía la verdad objetiva, no sentimental: «¿Tu verdad? No, la Verdad, / y ven conmigo a buscarla. / La tuya, guárdatela».

Fernando Savater también resaltó su preocupación a la hora de que estas nuevas corrientes de pensamiento estén permeando en las distintas legislaciones de los países occidentales:

«Que uno tenga prejuicios puede ser más o menos malo, que estos prejuicios impregnen las leyes, como está pasando en este momento, es muy grave», dijo.

Resaltó su inquietud sobre cómo estos cambios de la sociedad están penetrando en la educación de los más pequeños.

Prejuicios en la Historia

«Están imponiendo ideas que haríamos bien en excluir de la enseñanza, la educación no está para decirle a los neófitos lo que quieren esos ideólogos, la educación está para transmitir verdades, hechos, una interpretación de la realidad basada en los conocimientos de la época, pero no en los prejuicios», recalcó Savater.

Además, el filósofo vasco remarcó la importancia de desdeñar los recelos personales de cada autor afirmando que «hoy todavía podemos leer a historiadores de hace muchos siglos que nos informan de la verdad porque informaban de hechos, no de prejuicios. En cambio, hay historiadores que escriben ayer mismo pero que ya no los podemos leer porque lo que transmiten son prejuicios».

Periodistas latinoamericanos

La CEO de The Objective Media resaltó la labor de los periodistas latinoamericanos, que se juegan su integridad física por denunciar los abusos que suceden en ciertos países del continente americano.

«Me parecería injusto, en este día, estar aquí y no dedicárselo a los periodistas que han arriesgado su vida en Venezuela»,  señaló en referencia a los profesionales que sufren bajo la dictadura de Nicolás Maduro.

«Dentro de la cultura de cancelación, que apadrina todos estos males, estaría reescribir la historia, que es un oficio que le gusta a todo jefe totalitario. Por si fuera poco, además está la eliminación del enemigo, que es el gran peligro al que estamos sometidos, la eliminación y vejación, que es algo tribal, que va de ellos contra nosotros», dijo Paula Quinteros.

Señaló los graves comportamientos antidemocráticos que acompañan a esta ideología.

«Solamente realizar este acto -ha añadido Quinteros-, ya es complicado. Pareciera que estamos en algo muy libre y plural, pero no es tan sencillo», dijo Quinteros.

Verdades y mensajes

A raíz de una pregunta de Villapadierna sobre si hay verdades para ricos y para pobres, Quinteros resaltó como de estas teorías «woke» han nacido sus némesis que tampoco ayudan a convivir en un mundo cada día más complejo al que se le ofrecen respuestas más sencillas.

«Los pobres y los ricos, en esta cultura, se mezclan mucho y son utilizados como armas, el mejor ejemplo es Rusia. Puntualmente en los últimos 10 años se ve la utilización de unas fuerzas muy perversas que son algorítmicas pero creadas desde una inteligencia humana, en donde se han metido no solo en conflictos o en procesos muy marcados para nosotros como podrían ser el referéndum del Brexit, Cataluña o la elección de Trump, pero también en temas más divisorios».

«Ahí hemos visto una homogeneidad del mensaje porque es más fácil luchar al enemigo y eliminar al otro cuando la complejidad se elimina y muestra de ello son las teorías conspiratorias, que son las que se han creado para crear esa crispación. Son capaces de unir a personas que tienen esa predisposición autoritaria que algunos sociólogos afirman que hasta un tercio de la población la pueden tener», señaló Quinteros.

Contra el debate racional

Entrando ya en el último tercio, analizando las consecuencias de la cultura woke que se suceden en nuestro días, Savater ha señaló que «el problema de la cultura de la cancelación es que evita el debate racional».

Esto también se traslada a la educación, algo tremendamente crítico para el escritor vasco.

Quinteros añade que en nuestras sociedades modernas esta irracionalidad afecta tanto a nuestros derechos y libertades que «la separación de poderes no basta para eliminar los peligros que acechan a la democracia».

Por eso resalta que este tipo de debates es una forma de combate contra esta cultura.

«Hay una magia que vence a la violencia y esa magia se llama civilización», concluyó Fernando Savater.

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