Tecnosexual

El streaming apuesta su futuro a África y Latinoamérica

Se estima que en 2022 los ingresos por streaming superen el valor actual de toda la industria discográfica. En música, de hecho, ese ya es el negocio. Y crecerá hacia el consumo latino y los mercados en desarrollo como el africano y el de Oriente Medio, aseguran en el Mercado Internacional del Disco y la Edición Musical (MIDEM), que comenzó hoy en Cannes (Francia)

TEXTO Y FOTO: Javier Herrero/efe
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Pensando que en un punto no muy lejano el espectacular crecimiento del «streaming» tocará techo en los países desarrollados, MIDEM 2019 ha puesto este miércoles la vista en futuras rutas de expansión que pasan por Oriente Medio y África, según algunas voces, un nuevo El Dorado para esta industria.

Las cifras mundiales reconocen ya el impacto en la recuperación del negocio discográfico de este sistema de audio sin descarga, sobre todo por el aumento de los suscriptores de pago, que pasaron de 176 millones en 2017 a 255 solo un año después, lo que supuso en términos totales 7.100 millones de dólares (un 37% del total).

Junto a estos datos conocidos de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés), en esta edición de MIDEM se han podido escuchar otros que miran al futuro: según Midia Research, en 2022 los ingresos del «streaming» superarán el valor integral de toda la industria en 2018, hasta los 33.500 millones de dólares, y llegar a 45.500 en 2026.

Sus predicciones van más allá y estiman que, tras la hegemonía de EE.UU., jugarán un papel determinante países como Brasil, México, China, Rusia e India, y que estos dos lo conseguirán tras haber doblado sus cifras en solo cuatro años.

Es por eso que MIDEM ha posado sus ojos en territorios cada vez más consolidados como Latinoamérica, a la que dedicó su apertura, o emergentes como África, protagonista de este miércoles, especialmente la región subsahariana, demográficamente muy joven y con 500 millones de habitantes que en 2020 serán propietarios de un «smartphone».

A pesar de ello, de una población de 1.200 millones de personas en todo el continente y un potencial creativo y musical similar al de Latinoamérica, el continente representa solo un 2 por ciento de los ingresos globales de la industria.

«El mayor reto es ser más conocidos fuera», han destacado los ponentes del foro, quienes han tenido presente el fenómeno social, musical y cinematográfico de «Black Panther», al hilo de lo que el «Despacito» de Luis Fonsi y Daddy Yankee supuso para el despegue de la música en español en todo el mundo, sin importar el idioma.

Su principal oportunidad pasa, como en el caso latinoamericano, por utilizar las posibilidades del «streaming», con ejemplos como el de Boomplay, plataforma originaria de ese continente que empezó a operar en 2017 y hoy cuenta con 48 millones de usuarios gracias a un conocimiento profundo de los países donde se ha asentado.

«En el pasado había que invertir grandes cantidades en la distribución de formatos físicos, pero hoy no», ha destacado Phil Choi, directivo de Boomplay.

De hecho, la especial idiosincrasia de estos territorios, donde muchos de sus artistas son independientes y suben sus contenidos directamente a las plataformas, podría tener efectos a nivel global.

MIDEM 2019 ha incidido en este sentido en cómo el sector de estos músicos autosuficientes ha crecido más que ningún otro, de manera gigantesca respecto a las multinacionales, aunque en la gran panorámica su porcentaje siga siendo pequeño.

Ahí está el caso citado de Lil Nas X, joven artista de 19 años que triunfa actualmente en las plataformas de «streaming» con el tema «Old Town Road». Gracias al boca a boca de las redes sociales, pasó de no tener dinero para firmar siquiera un contrato tradicional de distribución a recibir una oferta de un millón de dólares (888.764 euros).

Otro de los territorios en los que MIDEM ha puesto el foco por su potencial es Oriente Medio, lastrado actualmente por la baja calidad y extensión de sus conexiones a internet, así como por el volumen de suscripciones de pago, pero con otros elementos que lo convierten en un lugar estratégico.

«No obstante, hay un riesgo real en dejarse llevar por la idea de que el futuro sea mucho mejor y más reluciente», ha alertado Mark Mulligan, director de Midia Research, al destacar que también esa idea reinaba en la industria del floreciente CD antes de iniciar sus más de 20 años de declive a causa de la piratería.

De hecho, según un reciente informe de MusicWatch, 17 millones de personas descargaron ilegalmente música de plataformas de «streaming» con la ayuda de «apps» en 2018, frente a los 15 millones que lo hicieron en 2017, lo que representa un aumento del 13 por ciento.

Quedan muchos otros retos a los que hacer frente. Además de impedimentos legales para operar en los territorios emergentes, hay que releer las deslumbrantes cifras que presentan China o India, con enormes porcentajes de usuarios gratuitos de estos sistemas (450 en el primer caso, 270 en el segundo) y una gran extensión de «apps» que no son propiamente plataformas de «streaming», sino «karaokes».

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