Opinión

¿Dónde en Caracas?

Stayfree deambula por la noche caraqueña y sus conversaciones con prostitutas le llevan a reflexionar sobre las relaciones mujer-hombre. Y a enamorarse de una prepago con buena labia

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Es impresionante cómo podemos buscar una manera de sustento, sin embargo hay que pensar como una mujer para darse cuenta lo que requiere mantenerse divina.

Solemos pensar “¿para quién se viste la mujer?”. Ella se viste para ella misma.

En estos últimos días me la pasé yendo de un prostíbulo a otro y pude constatar que mis amigos hombres han leído lo suficiente, han visto muchas películas y también han tenido la suerte de ser educados por sus amigas y amantes.

Esto ha llevado al milagro de que las trabajadoras de la mala vida, las chicas malas pues, tampoco se han quedado atrás. Ellas, por su parte, también han leído y han visto la película “Mujer bonita” y algunas han salido también de las filas del Miss Venezuela.

Es que me he encontrado con una puta y creo que me enamoré de ella.

Eran las 5:45 de la madrugada, ella salía de su lugar de trabajo y se veía agotada, sin embargo me vio y me dijo: ¿tú eres el locutor este? ¿Cómo es que te dicen a ti?

Yo le contesté: Stayfree.

“Pues fumemos un cigarrillo”, me dijo. Y ella habló y poseía un léxico envidiable. Era pequeña en estatura, aunque el lugar donde trabaja es súper exclusivo. Te das cuenta entonces de que si hay una gran fauna de mujeres que trabajan vendiendo su cuerpo, y están totalmente calificadas y ordenadas según sus atributos, tamaño y fogosidad, ahora también podemos incluirle el cómo hablan, es decir cómo encantan usando el don de la palabra.

Nos damos cuenta, amigos, de que no es cuento que las misses han trascendido por crisis o sin ella, y sus compañeras no se han quedado atrás. Me parece que las putas han dicho: “si estas han podido y hablan bonito, nosotras también”.

Lo que todo hombre ahora debe temer es que las mujeres también se están armando en clanes feministas y hasta tienen un bailecito que va con un coro que dice “al violador, al violador” y las ves rapadas danzando por miles en Chile.

Sin embargo, acá las putas están ahora más interesadas en ser inolvidables hasta por como describen una mamada fuera del trabajo.

Por eso es que te digo amigo mío: ¿dónde en Caracas?

Y la respuesta mía es la misma de siempre: ya tú sabes dónde…

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