Mujeres

Diana Díaz: “En el teatro hacemos magia”

La actriz Diana Díaz es un motor que no para: la puedes ver en Televen, pronto se estrenará como protagonista en IVC y al mismo tiempo produce obras de teatro y está a punto de saltar al cine

FOTOS: CORTESÍA DIANA DÍAZ
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Que “no era culebrera”, dice. Pero sí le gustaron algunas telenovelas que vio años atrás, antes de que tuviera ella su oportunidad de estar frente a las cámaras: “Betty, la fea; Mi gorda bella…”. No muchas en realidad. Lo de Diana Díaz es el cine. Le dejas el tema sobre la mesa y se emociona. Fue lo primero que le hizo querer ser actriz. Y todavía tiene pendiente aparecer en esa pantalla.

-¿Qué oportunidad le ves a tu carrera de actriz aquí?
-Acá en Venezuela… Aún se están haciendo películas, que es un área que me gustaría explorar. Acabo de hacer el demo de una película con los hermanos Rodríguez. Espero que se concrete para el año que viene.

-¿Quiénes son los hermanos Rodríguez? ¿Jorge y Delcy?
-Nooooo, los hermanos Rodríguez son quienes hicieron Los hijos de la sal, que estuvo hace poco en cartelera. Son de los pocos directores que han estado trabajando y haciendo cosas interesantes. El guión ya está escrito, pero, claro, hace falta el financiamiento…

Mientras ese “detalle” se resuelve a Diana la seguiremos viendo en televisión. El mercado hispano que abarca en Estados Unidos el canal IVC podrá disfrutar el año próximo -posiblemente en febrero- de una serie en la que protagoniza por primera vez y que, según lo cuenta, suena interesante: Eneamigas.

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“Es una ‘seriela’. Karin Valecillos -la escritora- la llama así porque son 5 temporadas de 12 capítulos y cada capítulo tiene su tema y su nombre como una serie”, explica: “Aunque también tiene tonos de novela un poco rosa. Allí estoy con Leonardo Aldana, Charyl Chacón, Damián Genovese, Claudio de la Torre y Andreina Chataing”.

Y es así: “Es la historia de 4 amigos que se reencuentran. Gira en torno a Paula, que es mi personaje. Paula es una webstar, una súper estrella de las redes sociales. Ella empieza a hacer sus videos sola en su casa porque no tiene con quien hablar, empieza desde su cuarto y termina siendo un boom y se vuelve súper viral y famosa”.

-Como Lele Pons…
-Algo así. Paula está bastante sola y sus amigos del colegio regresan al país. Por casualidad se encuentra con su mejor amiga y se desencadenan un montón de cosas del pasado que ella había tapado, cosas que ignoraba pero sabiendo que algo le faltaba en la vida. Y ellos, por su parte, se dan cuenta de que lo que ella muestra en las redes no es tan real. ¿Sabes? Esa doble cara de las redes sociales que vemos en todos lados. Esta es una historia sobre la amistad. La trama tiene que ver con la importancia de los amigos y de cómo influyen en tu vida y la importancia de conservarlos.

Por estos días está al aire Ellas aman, ellos mienten, la telenovela producida por Rctv y que transmite Televen desde el 18 de septiembre. Allí Diana encarna a Irene Moreno: “Es la primera vez que me toca hacer de antagonista, como la mala de la novela”.

-¿Pero eres la mala o no?
-Irene no es tan mala… Hace cosas malas, como robar al protagonista, le cobra el doble a los clientes, factura la mitad y se mete en el bolsillo la otra mitad…

-Es corrupta…
-Sí, es corrupta. Y hace eso porque le gusta la buena vida.

-No es la clásica malvada que le quiere quitar la pareja a la protagonista…
-No le interesa el protagonista como pareja. Ella tiene una relación bien extraña con Miguel Rodríguez, que es el personaje central. Y al final empiezan a tener una relación más clara, más concreta. Y luego hay sorpresas al final. Ella es no es la que tumba a gente por las escaleras o quiere matar a alguien. La contrafigura que quiere quitarle “el marido” a la protagonista es otro personaje que se llama María Elena

-Hay una mala tradicional y una más moderna…
-Sí, la mala de verdad es la novia que tiene el protagonista al principio y a quien deja porque él luego se enamora de Isabel y ella queda vestida y alborotada. Y luego se encarga de hacerles la vida imposible a los dos. En realidad son unos villanos bastante modernos. Actualizados. No existe eso de antes del “maldita lisiada”. No. Ese estilo no va en esta novela. Igualmente jugar a mi personaje es divertido porque haces cosas que normalmente no las haces tú. Irene Moreno es como una mosquita muerta, se roba la plata, guarda secretos, maltrata al novio… Es bien extraña.

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-Estar en televisión abierta en este momento en el que la TV perdió fuerza, ¿impulsa la fama como en otros tiempos?
-No es igual. Antes estábamos acostumbrados a que cuando salía una producción venezolana los actores se convertían en celebridades. Independientemente de si la novela era buena o mala, de alguna forma igual los ayudaba. Creo que ahora estamos trabajando porque eso es lo que nos gusta hacer. No he visto ningún cambio en mi vida del tipo de que me paren en la calle para decirme “qué mala eres en la novela” o que me reconozcan o que me suban los seguidores en Instagram, que es como el medidor importante de ahora. A mí esto me ayuda a crecer profesionalmente y a formarme mejor como actriz y a tener más experiencia y seguir en lo que me gusta. Pero siento que el impacto de promoción y de “fama” ya no es el de antes.

-Hace algunos años la gente hablaba de “lo que pasó anoche en la novela”… ¿Es que ya no hay quien vea telenovelas o sí?
-Sí hay gente que está pendiente. Sin embargo, en este caso hay algo que influye: que no se ha hecho suficiente publicidad. Como es una producción que transmite Televén pero fue hecha por Rctv entonces no existen estos contratos que habían antes con los actores, que hacían promoción, que eran parte de la imagen del canal, salían en las cuñas de navidad y esas cosas. Eso quizás hubiese ayudado a que la novela se conociera más.

-En el caso de Eneamigas está claro que te puede dar una proyección interesante en otro mercado…
-Sí, porque va a salir en todo Estados Unidos. Y es la primera novela de IVC y ellos están interesados en seguir haciendo producciones dramáticas y quieren impulsar esto y que sea un éxito. Tienen ganas de que el producto se venda y de que la gente lo disfrute. La novela es realmente buena. A mí me encantó. Cada capítulo que leía me parecía más brillante.

-¿Y esto es lo que quieres seguir haciendo?
-Sí. Quiero seguir actuando. Pero en materia de novelas ahorita solo se está haciendo una producción al año. Es un universo muy pequeño, pero si te pones a ver también mucha gente se ha ido.

-Eso deja más oportunidades para el relevo… Y otros ya están viejos, ¿no?
-Sí, exacto. Y muchos se han ido de Venezuela.

-¿Cuando veías telenovelas te emocionabas y pensabas “quiero estar ahí”?
-Depende… de la novela. Eso me pasaba y me pasa más con el cine: “guaoo, quiero hacer este personaje” o “me hubiese gustado estar ahí”. El cine me da más ese feeling, desde pequeña. Hace como doscientos años vi una película que se llama The Shine, con Geoffrey Rush, y no entendía cómo ese actor podía ser tan bueno haciendo ese personaje y me dije: quiero ser actriz. Debo haber tenido 10 años.

-Ese podría haber sido el momento de ilusión, de emoción, pero ¿cuándo decidiste realmente que querías ser actriz?
-Cuando me gradué en Comunicación Social me di cuenta de que eso no era lo que me quitaba el sueño. Pasé la carrera sin mucho entusiasmo. Me gustaba, pero no era suficiente. Es como la sopa: te gusta pero no es tu comida favorita, ¿sabes? Terminé la carrera y decidí hacer lo que me gustaba: me metí en clases con Matilda Corral y ahí me di cuenta de que había estado perdiendo mi tiempo… Empecé a estudiar, me encantaron las clases, la dinámica, las cosas que sucedían, explorar personajes. Todo eso era muy interesante. Después –en 2011- decidí ir a Nueva York a un curso de verano en el Stella Adler Conservatory. Allí hubo una audición para optar por un curso de dos años y la hice y quedé. Y desde que regresé a Venezuela en el 2013 no he dejado de trabajar como actriz.

-Eso de ver una película y querer hacer un personaje como el que estás viendo, ¿cuándo fue la última vez que te ocurrió?
-Me pasó con Black Swan, con El caso Sloane, donde actúa Jessica Chastain. Con la película acerca de Tonya Harding, la patinadora sobre hielo americana que tuvo una vida súper compleja y que protagonizó Margot Robbie. Otra que me encantó fue Amy Adams en Arrival. Y El pasante de moda, con Anne Hathaway. De ahí me inspiré un poco para hacer Paula, el personaje de Eneamigas.

-Al volver también te involucraste en el teatro y no solo actuando…
-En Nueva York también estaba María Alesia Machado. Nos hicimos muy amigas allá y pensábamos en qué hacer al regresar. Ella eligió una obra que quería montar y cuando llegamos hicimos una lectura y llamamos a Carla Muller y a María Gabriela Díaz. A partir de esa lectura empezamos a producir la obra y constituimos 4×4 Producciones, la empresa en la que hoy estamos Carla, Maga y yo. Hemos hechos alrededor de 15 obras de teatro desde ese entonces y actividades de gestión cultural, encuentros creativos entre escritores, actores y gente del teatro.

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-¿Esas obras que producen las tienen a ustedes como actrices siempre?
-4×4 surgió porque queríamos producir obras en las que estuviésemos actuando todas.

-¿Las cuatro al mismo tiempo?
-Al principio sí… Pero luego nos dimos cuenta de que era muy difícil, que era mejor hacer dos y dos. Casi no existen obras con cuatro mujeres. De hecho, hablamos con Karin Valecillos y nos escribió Te dejo la corona porque le planteamos que no conseguíamos ninguna obra para las cuatro. Y escribió esta obra buenísima de la que ya hicimos una adaptación al cine y estamos en preproducción para poder llevarla a cabo. También estamos en conversaciones para tener los derechos de una obra francesa para el año que viene. Y estoy produciendo para 4×4 clases virtuales de actuación en alianza con la empresa Dawere. La idea es grabar un curso de actuación sólido, que puedan hacer personas de cualquier parte. Hay mucha gente que quiere estudiar actuación y no sabe por dónde empezar.

-¿Qué tal tu pasantía por la radio con el programa 4×4 en tacones?
-Me gustó la experiencia. Tuve que dejar de hacerlo por Eneamigas. No me arrepiento. Aprendí mucho y me divertí horrores. Siempre me dio susto hablar en la radio. Fue chévere. Y también muy breve: empecé en enero y me fui en abril. Y el programa duró hasta agosto.

-¿Qué le ha quitado fuerza a la televisión: las series, Youtube, las redes…?
-Creo que es una mezcla de muchas cosas, pero aquí en Venezuela es el hecho de que no se están produciendo contenidos dramáticos ni nada por el estilo. Y la censura, más que todo. Eso ha limitado mucho las producciones y al aspecto económico. Y creo que el streamming, la televisión por Internet, está empujando a grandes cambios.

-¿La telenovela convencional ha perdido fuerza en otros mercados como Miami, Argentina, Colombia, México?
-No, creo que la gente sigue viendo novelas. Las ven en Telemundo y las verán después en Internet, pero esas novelas tienen mucho impacto.

-Lo de aquí es un fenómeno interno producto de la crisis del país…
-Sí, eso creo también.

-¿Has explorado la opción de hacer telenovelas fuera de Venezuela?
-Estoy empezando a hacer castings para eso. Mi manager me está ayudando a que eso suceda. He hecho ya dos, aunque es un poco raro grabarse uno mismo para un casting, pero bueno, es parte del trabajo. Sí me gustaría hacer una producción extranjera. No sé si mudarme a otro país de forma permanente, pero sí quiero hacer un proyecto y regresar. No me quisiera ir definitivamente de Venezuela.

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-¿Qué es lo que engancha tanto de hacer teatro que a pesar de que es mal pagado, y de que todo es cuesta arriba para lograrlo, hay tanta gente –como ustedes- empeñada en seguir adelante?
-Lo que me gusta del teatro es que siempre está vivo. La experiencia de hacer algo en teatro, en el momento, en el escenario y que no puede ser nunca igual es como hacer magia. Nosotros hacemos magia. Es eso. Cuando vez todo el trabajo que hay detrás de una escena, de una obra, dices ‘esto es muy bonito’. Y si lo haces con un mensaje que valga la pena y si logras que la gente conecte con ese mensaje, el teatro puede hacer cambios. Así como cuando ves una película que te hace llorar y reflexionar, el teatro logra lo mismo y de una manera más directa.

-¿En la escogencia de las obras que han producido entra el elemento de querer dar un mensaje?
-Sí. El tiempo de las mariposas, por ejemplo, es el caso de las hermanas Mirabal, de República Dominicana, que fueron asesinadas por el dictador Trujillo. Debido a esas muertes decretaron el 25 de noviembre Día internacional contra la violencia contra la mujer. En Te dejo la corona hay una crítica fuerte y muy inteligente a la sociedad, a la clase media. La mayoría tiene siempre un mensaje que queremos transmitir. El club de los cursis es una comedia situada en un centro de rehabilitación para cursis y al final te deja planteado que en la vida hace falta ser cursi, dar un poco de amor, cosa que necesita Venezuela: que nos unamos, que nos reconozcamos, que nos abracemos un poco.

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