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Tour de Francia: ¿tiene sentido asumir el riesgo de hacerlo?

El gran evento del ciclismo está previsto del 27 de junio al 19 de julio, pero la pandemia impone cambios y el Tour de Francia no escapa a los ajustes. No hacerlo sería un gran golpe deportivo y económico, pero las consecuencias en materia de salud podrían ser enormes

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Búsqueda de nuevas fechas: el aplazamiento del Tour de Francia, que parece inevitable tras el anuncio del presidente Emmanuel Macron, plantea un punto de interrogación mayor para un evento confrontado por primera vez a una situación parecida, pero sus organizadores siguen por el momento silenciosos.

Previsto del 27 de junio al 19 de julio, el Tour entra en la zona temporal de reuniones prohibidas (hasta mediados de julio) por el anuncio hecho el lunes por el presidente de Francia.

Los ciclistas, que deben todavía quedarse confinados, no podrían de todas maneras prepararse a tiempo para la Gran Salida fijada a menos de dos meses (el plazo fijado por el director del Tour, Christian Prudhomme) tras su primera práctica, tras el presunto fin del confinamiento, el 11 de mayo.

Incertidumbre. La palabra fue pronunciada por el ministro del Interior francés, Christophe Castaner, sobre el Tour.

«Corresponde a los organizadores analizar su capacidad de organizar eso, de aplazarlo», declaró el ministro, que dejó la pelota en los pies de ASO (Amaury Sport Organisation).

Por ahora, ASO todavía no ha tomado posición. Lejos de los focos, los organizadores consultaron a alcaldes, ya que varios de ellos lo han confirmado a la AFP y a diferentes medios. Sin fijar hasta ahora el día preciso para el anuncio de una decisión al respecto.

Fechas para el Tour de Francia

¿Una salida a finales de julio como se ha hablado? La hipótesis, que tiene la simplicidad de la evidencia, encuentra sin embargo contra ella la proximidad de la luz verde dada por Emmanuel Macron a la reuniones, la dificultad de colocar una carrera de preparación como el Dauphiné antes del inicio del Tour, el problema planteado por la capacidad hotelera limitada en los lugares turísticos durante la primera quincena de agosto.

¿Una salida a mediados de agosto con una llegada en la primera semana de septiembre? Las complicaciones precedentes se alejarían, pero las fechas son las que tiene ya la Vuelta a España, otra de las tres grandes carreras por etapas, también organizada por ASO. Aunque el Tour es la piedra angular del calendario.

¿Un aplazamiento a septiembre? La situación sanitaria habría probablemente mejorado, pero eso sería olvidar el significado del Tour, que es algo más que una carrera ciclista. Sinónimo de vacaciones de verano, la fiesta es indisociable del público al punto de que la hipótesis de correrla sin gente se cae por su propio peso.

¿Peligro o no?

La incertidumbre ha empujado a muchos a manifestarse sobre el tema, sobre todo teniendo en cuenta que el Tour, punto álgido de la temporada ciclista, es sobre todo indispensable para el equilibrio económico de su deporte.

«Es muy simple. Si el Tour no tiene lugar, los equipos podrían desaparecer, ciclistas y miembros de los equipos técnicos se quedarían sin trabajo», resumió a la AFP, Marc Madiot, el mánager del equipo Groupama-FDJ, que es también el presidente de la Liga Nacional de Ciclismo de Francia.

Los ciclistas son los primeros convencidos. «Espero evidentemente que podamos correr el Tour: por mí, por mi equipo, por el deporte y por todos los aficionados», reaccionó el último vencedor de la prueba, el colombiano Egan Bernal.

«Evidentemente, hay cosas más importantes a solucionar primero, pero desde que ya no haya peligro y estemos listos para pasar a otra cosa, nos encantaría que tuviera lugar el Tour», declaró su predecesor en el palmarés, el galés Geraint Thomas.

«¿Desde que no haya ningún peligro»? Ese es el problema que se plantea sobre un evento que atrae cada verano a entre diez y doce millones de espectadores al borde de la carretera y genera el desplazamiento cotidiano de unas 4.500 personas.

«La gente que se queda al borde de la ruta para ver pasar a los ciclistas no es un peligro», estimó el virólogo belga Marc Van Ranst el sábado en la cadena de televisión de su país, Sporza. «En cambio, las distancias entre espectadores son más problemáticas en las salidas y llegadas de etapa», dijo.

El médico de urgencias francés Patrick Pelloux, que habló en Francetvsport, defiende que el Tour pueda tener lugar»: «Sería un regreso simbólico de Francia».

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