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“The Last Duel” versus "The Green Knight": ¿Ha muerto el cine histórico?

Mientras Marvel y James Bond recuperaban la taquilla con los más resonantes triunfos de boletería del año, el cine histórico intentó un regreso a las preferencias del público. Pero el resultado fue confuso y dejó algunas preguntas sin responder. En especial, qué es lo que desea la audiencia con respecto a una propuesta más adulta y madura en el ámbito cinematográfico

“The Last Duel”
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“The Last Duel” de Ridley Scott, es sin duda, una de las películas más sólidas del año. Y también, un considerable descalabro cinematográfico. La propuesta pasó desapercibida en cartelera. “The Last Duel” tuvo resultados decepcionantes y lo que es aun peor, se abrió un debate crítico sobre su argumento. La historia clásica del último duelo de la Francia medieval, interpretada por un elenco de lujo y con un director de categoría a la cabeza no impresionó a la audiencia. A pesar de su aparente pulcritud visual y argumental hubo debates sobre su “tono sermoneador”, el intento de Scott de “embellecer y romantizar la brutalidad contra las mujeres” y al final, el socorrido debate acerca del choque entre la moral contemporánea y el contexto histórico de un film.

Pero más allá de eso, recibió burlas por su tono grandilocuente, las actuaciones acartonadas de Ben Affleck, Matt Damon y Adam Driver, además de ponderarse la forma en que Ridley Scott intentó forzar un substrato reivindicatorio en una película que no lo necesitaba en absoluto.

Dividida en tres partes, el argumento relata la circunstancia central del guion desde los distintos puntos de vista de sus personajes centrales. Un truco que pudo resultar barroco e innecesario, a la vista de la conclusión, en que la que Scott termina por decantarse por una perspectiva en particular y enviar un sutil mensaje político.

Se trata de un giro inesperado, en especial alrededor de uno de los films con mayores probabilidades de atraer una audiencia adulta a las salas. Lo que demuestra — de nuevo — que el año 2021 se ha convertido en un escenario difícil de predecir. Si bien Marvel logró el milagro de un considerable evento taquillero con “Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos”, hace unos pocos días decidió atrasar todos sus estrenos a futuro. Todavía no está muy claro el motivo, pero al parecer el temor al público objetivo sigue siendo algo a tener en cuenta para el todopoderoso productor Kevin Beige.

Por otro lado, la última entrega del Bond de Daniel Craig, “No Time to Die”, se convirtió en un suceso por derecho propio. Tanto como para refrescar a la franquicia y abrir debates sobre su vigencia. Sin embargo, el éxito de ambas producciones llevó a otra gran pregunta: ¿podría el cine haber recuperado su capacidad para atraer a un público más maduro y en apariencia, más exigente a las salas?

“The Last Duel” tenía la incómoda e imprecisa misión de demostrarlo. O al menos, era la principal baza de los grandes estudios de Hollywood interesados en analizar los proyectos a futuro y su relevancia entre la audiencia objetiva a la cual dirigir sus producciones. Después de todo, la industria cinematográfica se detuvo durante un año entero y las consecuencias a futuro de esto, son inciertas. Pero más allá de eso, la cuestión alrededor de producciones de la envergadura de “The Last Duel”, era su capacidad para convertirse en un suceso.

La película, con toda la catadura del cine tradicional -un abultado presupuesto, rostros populares, una campaña masiva de marketing- intentó alejarse de secuelas, remakes o reboots. También de la condición de producto derivado de alguna premisa mayor. Scott luchó por adaptar una obra histórica y hacerlo a la manera clásica de la Industria. El film está lleno de tomas elaboradas, una escenografía cuidadosa y un despliegue de recursos obvios. Desde los vestuarios, la recreación de escenarios medievales hasta detalles específicos como el uso de iluminación natural, “The Last Duel” es el cine majestuoso de Hollywood en su mejor expresión.

“The Last Duel”

No obstante, no llegó a sorprender al público. La oleada de críticas sobre la blandura del guion -escrito a cuatro manos por Damon y Affleck-, la anticuada mirada al conflicto central y la oportunista noción sobre la relevancia de ciertos temas del argumento, convirtió el fin de semana del estreno de la película en un debate de circunstancias. ¿En qué falló “The Last Duel”? ¿En qué pudo haber triunfado y no lo hizo?

La respuesta quizás, no está en la pantalla grande o en las preferencias de la audiencia, sino en otro lugar. Uno en el que “The Green Knight” de David Lowery triunfó de manera resonante.

La fantasía, la belleza y el ingenio

Mientras “The Last Duel” se estrenaba por todo lo alto en buena parte del mundo, la muy esperada “The Green Knight” de David Lowery llegaba a las pantallas del festival de cine fantástico en Sitges. Lo hacía, además, con una presentación precedida por buenas críticas tempranas y una expectación considerable por cómo el director (conocido por la aclamada “A Ghost Story”) había logrado adaptar una épica medieval en estado puro. Después de todo, en esta ocasión el reto no estaba en su forma de analizar la historia, sino en llevar un romance medieval a la pantalla grande con éxito. ¿Podría esta obra mixta, con un elenco de rostros discretos y muy poco apego a los detalles de época, atraer al público?

No solo lo hizo, sino que durante el fin de semana del cierre de Sitges 2021 se le alabó como una de las grandes películas del año. La decisión de Lowery de apelar a lo fantástico en lugar de lo realista parece haber tenido un peso mayor del que se suponía.

El director convirtió la épica de Sir Gawain en algo más elaborado y concentrado que una simple reconstrucción casi policíaca de un hecho de época puntual. La épica -que atraviesa con inteligencia religión, filosofía y simbolismo- se toma algunas libertades del mito artúrico. Pero lo hace con tanta solidez, inteligencia y sentido de lo poético que termina por elevar la película a la altura de la metáfora. Con Dev Patel convertido en un símbolo del bien y el mal en medio de un escenario radiante y misterioso, “The Green Knight” está al extremo contrario de “The Last Duel” y toda su gloria prefabricada.

Lowery, conocido por su audacia emocional y su sentido de lo surreal, convierte a la narración medieval en un recorrido por su época lleno de emoción. Tanto, como para crear las condiciones para un film que tiene todas las probabilidades de convertirse en referencia de un tipo de meta lenguaje muy concreto. Mientras Ridley Scott se esforzó por relatar y desmenuzar las condiciones políticas y sociales de una circunstancia, Lowely enalteció el sentido de lo espiritual del lugar histórico desde el que relata. “The Green Knight” es un trayecto emocionante, tan conmovedor como intenso. Uno que, además, apela a la historia desde su condición de relato conjuntivo y colectivo.

“The Last Duel”

Si “The Last Duel” busca contar una historia - y exige del público una atenta escucha-, “The Green Knight” decide relatar un cuento mágico. Uno que podría ser tanto como realista como parte de la imaginación de sus personajes, pero que atraviesa varios espacios estéticos y de ritmo para lograr una conexión inmediata con la audiencia. Ridley Scott, que intentó lo contrario, se encontró en medio de un terreno incómodo: hacer decidir a la audiencia sobre el sentido de la verdad. Y lo hizo, además, dejando algunos cabos sueltos para forzar la sensación de confusa percepción sobre la identidad, el tiempo y los conflictos a resolver.

Lowely, al contrario, encontró que Sir Gawain y su contexto, era mucho más que un plano cronológico. Y se atrevió a elevar la propuesta a algo más que espectaculares batallas a lanza y armadura, lugares inhóspitos y la percepción de la injusticia en tiempos hostiles. Lowery, por otra parte, celebra la belleza de la cualidad de la narración para tener múltiples variaciones y celebrar lo misterioso. Más que un film, “The Green Knight” tiene todo para ser una reflexión sobre la vida, el amor y el poder de las convicciones. “The Last Duel” es un desafío a la certeza. Y uno que, además, pondera desde cierta condescendencia, sobre el valor de un sentido de la moral que queda incompleto y que, además, tiene poco que decir en general.

“The Last Duel” terminó por convertirse en una decepción. Por otro lado, “The Green Knight” ya se considera la apoteosis del cine del 2021. ¿Qué une y que separa a ambas películas? ¿Qué hizo desplomarse a una y triunfar a la otra? No hay una respuesta clara, más allá de que el concepto sobre el cine (el más adulto y meditado) también cambió durante la pandemia. Y esa transformación es lo que refleja la forma en que las premisas de Scott y Lowery se muestran. Una mirada renovada a lo que esperamos del entretenimiento. O, mejor dicho, una nueva forma de concebir el gran lenguaje de la cultura pop.

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