Opinión

Teodoro Obiang es el nuevo mejor amigo de Tareck El Aissami y Nicolás Maduro

El chavismo afianza los lazos con las autocracias y sigue abriendo las puertas a países que no respetan los derechos civiles y las libertades democráticas. El reciente acuerdo de hidrocarburos firmado con Guinea Ecuatorial ratifica la amistad que iniciara Hugo Chávez con el más antiguo dictador del planeta

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Cortesía

El pasado 27 de diciembre, el gobierno de Nicolás Maduro suscribió “un convenio de confidencialidad” con Guinea Ecuatorial en materia de hidrocarburos. El acuerdo, según el comunicado de prensa, fue firmado entre el titular de la cartera de Petróleo venezolano, Tareck El Aissami, y el ministro de Minas e Hidrocarburos de Guinea Ecuatorial, Gabriel Mbega Obiang Lima, hijo del más antiguo dictador del planeta, Teodoro Obiang.

Más allá de lo que un convenio de esta naturaleza pueda aportar o no al país, llama la atención cómo el gobierno de Nicolás Maduro se distancia cada vez más de los países democráticos y afianza sus alianzas con las dictaduras más emblemáticas del mundo.

Este pequeño país ubicado en la costa Occidental de África de 1,2 millones de habitantes, lleva 53 años oprimido por una férrea dictadura que se estableció luego de alcanzar su independencia de España en octubre de 1968.

Muerte y dictadura

Francisco Macías Nguema fue su primer presidente e inició la dictadura que en 10 años en el poder provocó no menos de 50 mil muertos. Pero en octubre de 1979 su sobrino, Teodoro Obiang Nquema, le dio un golpe de Estado y lo mandó a fusilar tres semanas después. Macías había nombrado a su sobrino Teodoro Obiang como jefe de las fuerzas armadas de Guinea. Tras el golpe militar, el sobrino inició la nueva autocracia que sigue gobernando hoy junto a sus hijos y familiares. Es considerada una de las más largas que registra la historia.

Las últimas elecciones presidenciales se celebraron en abril de 2016. En ellas, el mandatario fue “reelegido” con algo más del 95% de los votos en medio de fuertes denuncias de fraude por parte de los candidatos opositores y la comunidad internacional.

Con la última reforma constitucional de 2011 se estableció un límite de dos mandatos presidenciales, sin carácter retroactivo. “Aún tengo la posibilidad de presentarme como candidato, si el pueblo lo requiere”, indicó Teodoro Obiang.

Las elecciones legislativas de 2017 resultaron en un nuevo triunfo para el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), el partido de Obiang. Obtuvo la totalidad de los senadores y 99 de los 100 diputados. Un resultado similar a elecciones parlamentarias anteriores.

Simpatías por el tirano

El ministro de Petróleo venezolano no escatimó elogios a sus nuevos socios señalando: “Nosotros sentimos a África en el alma, en el corazón. Esta voluntad política de superar cualquier adversidad también está a la orden del pueblo de Guinea Ecuatorial. Esta es una gran cooperación sur-sur para lograr la independencia energética de nuestras naciones y estamos felices de haber concretado esta firma”.

Ese sentimiento, “en el alma”, que es más genuino hacia los dictadores que hacia sus pueblos, se produce en esta nueva etapa de una Venezuela con sus industrias estatales en la peor situación luego de 22 años de chavismo y en la que el jefe máximo, Nicolás Maduro, ha dejado a un lado el estigma del “capital extranjero” y ahora insta a sus aliados árabes y autocracias del mundo, a invertir en Venezuela. Eso sí. “Tendrán todas las garantías constitucionales y legales”, lo que no respetó el chavismo con las grandes empresas e industrias occidentales de larga trayectoria en el país.

Ambas naciones son integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG); además Guinea Ecuatorial mantuvo su apoyo a Venezuela desde su posición como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante 2018-2019.

El poder económico de los Obiang

Hace 25 años, tras el descubrimiento y explotación petrolera, se convirtió en el país con mayor renta per cápita de África. Sin embargo, dos tercios de su población subsisten en condiciones de extrema pobreza mientras la cúpula gobernante de Guinea Ecuatorial se hizo más poderosa concentrando la nueva riqueza en el reducido círculo de los Obiang.

De hecho, el acuerdo firmado por Venezuela fue con el ministro de Minas e Hidrocarburos de Guinea Ecuatorial, Gabriel Mbega Obiang, quien es el hijo menor del dictador Teodoro Obiang, “amo y señor” de la industria petrolera de Guinea Ecuatorial. Además de controlar la producción del país de la más longeva dictadura africana que alcanza a medio millón de barriles de petróleo diarios, ya ha sido investigado en España y otros países europeos, por lavado de dinero y la compra de propiedades con dinero proveniente de la corrupción.

Aunque su estilo de vida es discreto la corrupción también lo salpica como lo reflejó la investigación periodística, del semanario de Portugal Expresso y el consorcio OCCRP (The Organized Crime and Corruption Reporting Project) que destapó el presunto pago de más de 10 millones de euros en comisiones a sociedades vinculadas al ministro de petróleo de Guinea Ecuatorial, entre otros desfalcos.

La fortuna de “Teodorín”

Gabriel Obiang mantiene una lucha de poder sucesoral frente a su hermanastro Teodoro Nquema Obiang, mejor conocido como “Teodorín” quien, como actual vicepresidente del país, desde 2016, es el que lleva la primera opción para ser el sucesor de su padre como próximo gobernante de Guinea Ecuatorial y heredero de la dinastía de dictadores.

Si hay alguien que se ha destacado en materia de corrupción es justamente “Teodorín”. De acuerdo a las notas de medios de España y Europa, los escándalos de corrupción que lo involucran son solo una pequeña muestra de un régimen corrupto que mantiene a la mayoría de la población en la pobreza extrema. El hijo mayor del dictador Teodoro Obiang ha sido investigado por Francia, Suiza, Brasil, España y Estados Unidos.

Teodorín, el excéntrico corrupto

Teodorín, de 48 años, ha amasado una incalculable fortuna que no oculta en las redes sociales. No teme ostentar sus excentricidades y su forma de vida rodeado de palacetes con grifos bañados en oro. Tiene afición a coleccionar mansiones, autos deportivos y aviones privados.

Una de esas historias recuerda que en un solo fin de semana en 2005 Teodorín gastó 1,2 millones de euros en un viaje a Ciudad del Cabo, Suráfrica, para aumentar su colección de automóviles de lujo.

Amante de los Lamborghini, es propietario de unos de los 30 modelos del Bugatti Veyron 16.4. Cada uno de estos carros deportivos cuesta 1.100.000 euros. También tiene un Maserati MC12 de 700.000 euros. Adquirió un segundo Bugatti Veyron, y trató de comprar un tercero. A finales de 2011, ambos, así como otros nueve carros que poseía, fueron incautados por la policía francesa.

Fue criticado por los medios de comunicación internacionales por gastar cerca de 10 millones de rands (700 mil dólares) en un fin de semana en Sudáfrica, en comprar champán y renovaciones de propiedad.

Las propiedades en el extranjero de Obiang incluyen dos casas en Sudáfrica, por un valor conjunto de 50.000.000 rands (tres millones de dólares); un complejo de 31.000.000 de dólares en Malibú, California, de 460 metros cuadrados; una casa en la avenida ocho en el XVI Distrito de París, y el sello discográfico TNO Entertainment.

Acuerdos y sanciones

En 2014 llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EEUU que lo acusaba de usar fondos públicos de su país en sus gastos personales con el fin de pagar 30 millones de dólares procedentes de la venta de su mansión en Malibú, un Ferrari y algunos de los recuerdos de la colección de objetos que posee del fallecido Michael Jackson.

En 2016 la justicia suiza inició una investigación por presunto lavado de dinero. Los fiscales de Ginebra ordenaron entonces la confiscación de once coches de lujo pertenecientes a Teodoro Obiang jr., así como de un yate en los Países Bajos. La investigación fue cerrada tres años después luego de que el gobierno ecuatoguineano aceptara pagar 1,3 millones de euros a las autoridades de Ginebra.

El 27 de octubre de 2017, Nguema Obiang fue condenado en Francia a tres años de prisión y al pago de una multa de 30 millones de euros. En febrero de 2019 el Tribunal de Apelación de París confirmó la manutención de las penas impuestas en 2017 y ratificó el pago de la multa de 30 millones de euros.

Escándalo en Brasil

En septiembre de 2018, a Nguema Obiang le incautaron 16 millones de dólares en efectivo y joyas que portaba en su equipaje mientras intentaba ingresar a Brasil.

La embajada guineana en Brasil condenó el trato al que había sido sometido Nguema Obiang y exigió la devolución de sus bienes incautados. Pero la Policía Federal brasileña comenzó a investigar el origen de los bienes y no descartó que Nguema Obiang pudiese ser denunciado por lavado de dinero.

Algunas autoridades sospecharon que aquel efectivo podría haber estado destinado para la financiación de alguna candidatura presidencial para las elecciones de 2018, presumiblemente la fallida postulación de Lula Da Silva. Nguema Obiang, por su parte, envío a sus abogados para negociar la devolución de sus bienes.

Poco después, la Policía Federal en São Paulo llevó a cabo ocho órdenes de allanamiento en propiedades de Nguema Obiang en el país, por sospechas de lavado de dinero. La justicia brasileña decidió incautar ocho vehículos de lujo utilizados por Teodorín Nguema Obiang.

Territorio del narcotráfico

En el tema del narcotráfico el Golfo de Guinea ha sido señalado como la segunda puerta de entrada de la droga hacia Europa, una región que se ha sido tomada por el crimen organizado, lo que ha motivado a países europeos a realizar constantes operativos para contrarrestar los efectos del dominio de esas organizaciones en el golfo.

Recientemente una amplia operación antinarcóticos liderada por España junto a otros países de la Unión Europea detectó un nuevo “túnel de la droga”. El operativo puso al descubierto la nueva ruta de tráfico de drogas entre Suramérica y África con destino final Europa, utilizando las costas de Guinea y entrando a Europa por tierra. Este nuevo túnel lleva la cocaína a Europa y desde Asia transporta el hachís a Brasil. En ese tránsito los países de la costa del Golfo de Guinea son el enclave.

Sin derechos humanos

Guinea Ecuatorial tiene uno de los peores registros sobre derechos humanos en el mundo. Así lo afirma el informe anual sobre los derechos políticos y civiles de Freedom House. Informes internacionales señalan que el tráfico de personas en Guinea Ecuatorial es una fuente y destino para las mujeres y niños sujetos a trabajo forzado y tráfico sexual. La ONG Human Rights Watch denuncian abusos sufridos por opositores en el país como arrestos arbitrarios, hostigamientos, torturas y exilio.

Aunque Guinea Ecuatorial se encuentra entre los cinco principales productores de petróleo del África subsahariana, ocupa el puesto 135 en el Índice de Desarrollo Humano. La esperanza de vida es de 54 años para los hombres y de 57 para las mujeres. Este es uno de los índices más bajos del mundo. Y según la Organización Mundial de la Salud más de la mitad de la población no tiene acceso a agua potable. Según Unicef, con una población de un millón de habitantes, tiene la séptima proporción más alta de niños no registrados en las escuelas primarias del mundo.

Dictadores y sus fortunas

El Banco Mundial estima que cada año los dictadores y gobernantes corruptos se llevan de las arcas públicas entre 20 mil a 30 mil millones de euros. La lista de esos jerarcas ha sido larga. A algunos los derrotaron rebeldes en sus propios países. En otros casos, nuevas resoluciones internacionales congelaron y confiscaron bienes productos del robo y la corrupción. Entre esa larga lista Teodoro Obiang figura como uno de los principales dictadores millonarios.

Teodoro Obiang Nguema

En la disputa y polarización consolidada en los últimos años entre autocracias versus democracia, las alianzas autocráticas han dejado de lado las ideologías, razas o religiones para darle prioridad al poder económico. Un poder sin frontera entre la economía legal y la economía negra.

La llamada izquierda progresista, líderes populistas y hegemónicos, dictaduras militares, islamismo radical o antiguas dictaduras como la de Guinea Ecuatorial, encajan en este nuevo esquema de alianzas.

El chavismo ama las dictaduras

Venezuela, a partir del chavismo, ha fortalecido ese camino dándole cabida y espacio a gran variedad de regímenes. Aparte de las dos potencias principales, China y Rusia, profundizan los nexos con autocracias como las de Irán, Turquía, Corea del Norte y este nuevo tipo de aliados como el de Teodoro Obiang de Guinea Ecuatorial.

Estos autócratas tienen en común el querer permanecer eternamente en el poder. Se comparan con Dios, Jesucristo o Mahoma. La carrera hacia la cima la hicieron algunos desde las filas militares y otros desde la política. Siempre destacan en sus intervenciones públicas que encabezar sus revoluciones es un sacrificio asumido como un “mandato del pueblo”.

Y, aunque no aparecen en los ranking de la revista Forbes, poseen fortunas que pueden ser más grandes que las de las más destacadas figuras del mundo empresarial.

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