Opinión

Si yo fuera Juan Guaidó

Si yo fuera Juan Guaidó entendería que Twitter es importante como vitrina para mis posiciones, pero que en esa red social apenas están 1,5 millones de venezolanos, y por tanto no está allí la voz de la gran mayoría. Saldría a buscar esa voz de la mayoría y me dejaría guiar

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Si yo fuera Juan Guaidó comenzaría por hablarle claro a la gente. Le diría sin ambages a los ciudadanos y ciudadanas de Venezuela que la estrategia implementada en 2019 sencillamente fracasó. Que perder una batalla no significa que se perdió la guerra.

Tendría un gesto de transparencia. Haría todo lo contrario que ha hecho el chavismo estos años. Mostraría con detalle a la sociedad a qué cosas se destinaron los recursos que se recibieron de la comunidad internacional, y en particular de Estados Unidos. Explicaría detalladamente por qué tales recursos no se pudieron destinar a aliviar la crisis humanitaria en el país.

E iría más allá, me atrevería a mostrar los estados de cuenta de mis cuentas bancarias personales, para dejar en evidencia que no es el afán de lucro lo que me motiva. No existiendo una contraloría legítima ante la cual presentar mi declaración jurada de bienes, haría público este documento y que sea el pueblo venezolano el que haga veeduría. Les solicitaría a mis colaboradores más cercanos que hagan lo propio.

Guaidó
Federico PARRA / AFP

Si yo fuera Juan Guaidó me sentaría en una mesa redonda, no me pararía ante un estrado, y desde allí con igualdad de condiciones llamaría por su nombre a otros tantos dirigentes políticos que apuestan por un cambio en Venezuela. Llamaría por su nombre a Henrique Capriles, a María Corina Machado, a Ramos Allup, y a otros tantos como sea necesario para reconstituir un espacio unitario en Venezuela.

Si yo fuera Juan Guaidó le pediría a Leopoldo López que desde su exilio en Madrid acuda a tantos eventos pro-democracia y reuniones sean posible en Europa, América Latina y Estados Unidos. Pero enfatizaría que Leopoldo no es quien toma las decisiones, que no existe ningún centro de gobierno, y que él es una figura valiosa con un historial duro, ya que pagó cárcel, pero que las decisiones las tomo yo y que no soy su títere.

No me presentaría como “presidente interino”. Asumiría que la lucha pro-democracia no se gana teniendo títulos o cargos que sólo existen en el papel, que no se traducen en la toma efectiva de decisiones. Si desde otro país u otras entidades insisten en llamarme “presidente interino” diría que sólo soy un demócrata que lucha, como otros tantos, por la recuperación democrática de Venezuela.

Si yo fuera Juan Guaidó reconocería que estuve atrapado por la verborrea de Donald Trump y John Bolton, cuando éstos dominaban la política desde la Casa Blanca. Le diría a la población de Venezuela que aquellas frases veladas, tipo “todas las opciones están sobre la mesa”, sólo buscaban amedrentar al chavismo y que en verdad nunca se consideró seriamente, en Washington, llevar adelante una “operación quirúrgica” para sacar a Nicolás Maduro del poder, ni menos aún una invasión.

Diría en público que la agenda internacional cambió, no sólo por la invasión rusa a Ucrania, sino desde que Joe Biden llegó al poder se planteó un escenario de diálogo con el chavismo y una ruta electoral. No le mentiría a la sociedad diciendo que de forma rutinaria mantengo comunicación con el presidente Biden.

Asumiría que, habiendo sido relegado por Estados Unidos, como lo deja en evidencia la nueva dinámica de diálogo directo entre representantes de Biden y Maduro, me mantengo como luchador pro-democracia en Venezuela y que no necesito la bendición de ningún país extranjero para defender aquello en lo que creo.

Guaidó
EFE/Miguel Gutiérrez

Si yo fuera Juan Guaidó le diría al país que no hay otra opción que sentarse en la mesa de negociación con el chavismo, que enviaré a representantes de mi confianza a dicha mesa. Y así como el gobierno de Maduro exige que haya “otras oposiciones” en esa mesa, yo pondría como condición la presencia de “los chavismos”, pidiendo que organizaciones como el PCV, ex ministros de Hugo Chávez y otras figuras relevantes de la izquierda crítica de Maduro también tengan presencia en las negociaciones.

Si yo fuera Juan Guaidó le dedicaría este año 2022 a recorrer el país, pero no para saludar y dejarme ver en una camioneta 4×4 de lujo, estaría reuniéndome a nivel municipal y parroquial, fundando núcleos pro-democracia a nivel local e hiper-local, tejiendo una nueva red política que no pasa por las redes sociales. Me sentaría humildemente a escuchar a líderes comunitarios, no iría a darles mantras o consignas que ya lucen desgastados. 

Entendería que Twitter es importante como vitrina para mis posiciones, pero que en esa red social apenas están 1,5 millones de venezolanos, y por tanto no está allí la voz de la gran mayoría. Saldría a buscar esa voz de la mayoría y me dejaría guiar lo que me dicen. Si yo fuera Juan Guaidó.

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