Cultura

Rodrigo Blanco Calderón, el escritor que teme volver y no reconocer a Venezuela

Las eternas noches han sido un panorama que se ha normalizado en Venezuela. El primer apagón ocurrió en 2010 y desde entonces no han parado. Ese fue el escenario idóneo para el escritor venezolano, Rodrigo Blanco Calderón, ganador de la III Bienal Mario Vargas Llosa por su novela The Night, un retrato fiel de esa Caracas sombría y abrumada por la crisis, que luego de una década no ha hecho más que empeorar.

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FOTOGRAFÍA: EFE

Desde la ciudad española de Malaga, el autor caraqueño conversó con El Estímulo y explicó a fondo esa historia que ahora está más vigente que nunca, luego de que el pasado 7 de marzo una falla eléctrica dejara casi al 100% del país sin energía eléctrica por cinco días.

Blanco Calderón definió esta etapa como «una sombra literal y metafórica en la que Venezuela entraba». Para él, estos sucesos que afectan al país se transformaron en algo muy grave, una crisis estructural de servicios que se combinó con un seriado de asesinatos en Parque Caiza, a las afueras de la capital venezolana, entre finales de 2009 y principios de 2010.

Para el escritor venezolano, entender a los personajes requiere de lo que él llama una «clave ficcional», ligada a los crímenes que marcaron la crónica roja, como fue el caso de Roxana Vargas, Linda Loaiza y las dos mujeres asesinadas y quemadas que sirvieron de inspiración. Pero existen otros ligados a la literatura y a la política como Darío Lancini y Teodoro Petkoff, así como los plenamente ficticios. Sin embargo, no encontrarán un verdadero personaje apegado a la realidad en su totalidad.

Clausura III Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.

The Night, publicado en 2016, cierne sobre el país un velo oscuro muy verosímil que permite comprender que esa oscuridad tan nombrada a lo largo de la historia sigue presente. No obstante, Blanco Calderón desconoce cómo podrán entrar los primeros rayos de luz al país. «Venezuela sola no puede liberarse de toda una mafia de narcotráfico que la tiene secuestrad. Parte de ese problema es que se le quiere dar una solución política a algo que no es político».

A pesar de ser un libro que narra una realidad actual opina que no le corresponde determinar si su historia debería entrar en ese selecto grupo de lecturas obligatorias para el pueblo venezolano. A su juicio, los gustos de lectura de los venezolanos han cambiado en los últimos 20 años y se decantan por crónicas y trabajos históricos que les permitan comprender lo sucedido en las últimas dos décadas.

Tres años de exilio

Llevar tres años fuera del país ha sido difícil, y a veces extraño para el escritor. «Esa sensación de respirar y estar en la calle en libertad, sin tantas preocupaciones es distinto. Así como esa fascinación de ver todo tipo de productos en un supermercado, hasta la típica nostalgia y duelo por la perdida de un país que uno desconoce».

Este desconocimiento, considera que es preocupante porque lentamente crea un distanciamiento de lo que alguna vez llamaron hogar . En noviembre de 2015 partió a Francia después de cuatro años de inconformidades que iniciaron cuando perdió los ánimos para dar clases en la Escuela de Letras de la UCV.

Ante todo, estos eventos no fueron suficientes para apagar sus ideas. The Night había nacido como un cuento en 2002 y que quedó inconcluso, pero los giros vertiginosos del país hacia la oscuridad y su atracción a las obras de Dario Lancini, quien murió en 2010, lo llevaron a unir esas líneas paralelas, por lo que al día siguiente del fallecimiento del escritor empezó nuevamente la escritura que le tomó tres años.

El venezolano Rodrigo Blanco Calderón gana la Bienal de Novela Vargas Llosa

Durante este tiempo no se vio cercenado por los cortes de luz, algo que actualmente es difícil de decir. Rodrigo Blanco Calderón siempre ha escrito en espacios pequeños. De hecho, The Night nació en un anexo ubicado en La Urbina, al este de Caracas, lugar que era sofocante. Ya en Francia, y después en España, el escenario siempre ha sido el mismo, con la ilusión de tener un sitio amplio y luminoso para dejar correr sus ideas.

Venezuela como inspiración

El autor ve en Venezuela un material muy potente para continuar narrando la crónica actual del país, aún si el gobierno de Nicolás Maduro termina y da paso a la transición. Las secuelas del chavismo, considera, seguirán ocasionando estragos y a la vez sentimientos que muchos autores llevan años imprimiendo en sus textos.

Sobre su lectura enfatiza, casi siempre las emociones terminan derivando en todo lo relacionado con el dolor, la tragedia y la muerte, pero  hace un alto y destaca:»todo en un sentido de catarsis».

En su cabeza ronda la idea de escribir una nueva historia que narre la vida de unos personajes en el exilio porque su «país desapareció». De esta forma, genera un juego psicológico debido a la inexistencia de la identidad, y aunque no lo dejará claro en las lineas, admite que ese país es Venezuela.

Desde sus inicios en la escritura, Rodrigo Blanco Calderón siempre ha escrito en la mañana, y aunque no tiene una cábala siente que durante este proceso le ocurren sucesos extraños. «En la calle alguien me hace una pregunta ligada con lo que acabo de escribir y así otras coincidencias. Eso me hace saber que estoy en algo interesante y que mi novela genera un imán de sucesos».

MarioVargas Llosa

La tercera Bienal Mario Vargas Llosa lo ha posicionado en un lugar privilegiado a nivel internacional. Un panel de jurados evaluó su obra y la experiencias con el Nobel fueron indescriptible porque siempre fue una figura fija en sus lecturas. «Como persona es verdaderamente impresionante, por su presencia que atrae e intimida mucho y de alguna u otra manera logra transmitir con sus gestos y formas de hablar toda la historia que lo precede y lo rodea. Además es muy generoso y despierto, siempre atento a lo que alguien le pueda decir».

No recuerda exactamente de qué hablaron porque siempre fue rápido, pero el tema político de Venezuela estuvo muy presente, puesto que en distintas ocasiones Vargas Llosa ha sido un evidente detractor del gobierno tanto chavista, como madurista y ha mostrado preocupación por esa larga noche de falsos amaneceres que sigue sumiendo al país en tinieblas alejadas de lo literario.

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