Venezuela

Proyecto Arepa: Diseño para empoderar a inmigrantes venezolanos en Brasil

La experiencia del Proyecto Arepa apunta hacia la aplicación del diseño más allá de los productos tangibles, dirigiéndose hacia el impacto social

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Proyecto Arepa. Foto: Cortesía
Cortesía

«Arepita de manteca pa’ mamá que da la teta» es la primera canción que los padres venezolanos enseñan a sus bebés, mientras hacen el ademán de darle forma a una arepa, nuestro imprescindible pan de maíz.

Tal hecho cultural le da la razón al diseñador industrial José Ignacio Sánchez, quien señala que «la arepa es el primer producto que aprendemos a hacer en Venezuela» y por ello seleccionó dicho sustantivo para bautizar el proyecto que adelanta en la ciudad de Recife, en el estado de Pernambuco, Brasil, y cuyo objetivo es empoderar a los migrantes que el gobierno de aquel país envió en su proceso de distribución poblacional.

El «Proyecto Arepa» nació de la sensibilización de José Ignacio Sánchez ante nuestra diáspora. En su caso, llegó a Recife recién graduado del Instituto de Diseño Caracas para convivir -luego de años de relación a distancia- con su novia brasileña. Considera que pese a lo complicado que es adaptarse a otro idioma y costumbres, ha sido afortunado en comparación a la mayoría de sus compatriotas que se han marchado con una mano adelante y otra atrás, a comenzar de cero en otro territorio en situación precaria.

Diseño para las personas

José Ignacio Sánchez trabaja actualmente el en Fab Lab Recife y es investigador de la Maestría en Tecnología y Ergonomía de la Universidad Federal de Pernambuco. Brasil le abrió los ojos profesionales en muchos sentidos, pues allá descubrió que ser diseñador no es solamente darle forma a productos materiales, sino también «a elementos digitales o efímeros y que es una disciplina dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas. Por ello descubrí que investigar es importante para el proceso del diseño y que los equipos multidisciplinarios contribuyen a lograr resultados óptimos».

Proyecto Arepa. Foto: Cortesía
Proyecto Arepa. Foto: Cortesía

Otro gran descubrimiento para el joven fue que mientras en Caracas le enseñaron una metodología para diseñar, en la ciudad nordestina se topó ante muchas metodologías y herramientas, entre ellas el «Design Thinking propuesto por IDEO», pero hay otras más que enriquecen los procesos creativos y que al final arrojan productos no necesariamente objetuales o bonitos.

El Proyecto Arepa

Las imágenes que mostraban los medios tradicionales y las redes sociales de los caminantes venezolanos por Latinoamérica alarmó al joven diseñador industrial. Para intensificar el drama que captaba la atención mundial, en enero de 2019, emergió la figura política de Juan Guaidó en la Asamblea Nacional. «Entonces, percibí que soplaban vientos diferentes en mi país, me sensibilicé y decidí contribuir al cambio desde donde estaba con lo que sé hacer», relata José Ignacio Sánchez.

En aquel momento el diseñador estaba presentando un programa para empoderar a los carpinteros de Recife, pero las condiciones no estaban dadas y no se dió. Entonces, decidió darle un vuelco a la propuesta y presentarla a la Universidad Católica de Pernambuco, porque allí estaba funcionando la sede de Cáritas que brindaba apoyo a sus compatriotas inmigrantes.

Instrucción en tecnología

«Enviaron 200 venezolanos a Recife que no sabían ni hablar portugués», cuenta Sánchez, quien a través del «Projeto Arepa» abrió un curso de emprendimiento y generación de rentas para ellos.

En la primera edición, durante cuatro meses se ofrecieron los conocimientos y el espacio de networking para que los participantes se fueran adaptando a su nuevo estatus y también se fueran insertando en la sociedad brasileña.

Proyecto Arepa. Foto: Cortesía
Proyecto Arepa. Foto: Cortesía

Indica Sánchez que al final cada quien terminó con un producto fabricado en el Fab Lab Recife, por lo que fue importante la instrucción en herramientas tecnológicas digitales. Más allá de los resultados materiales, «hubo un caso emblemático para mí», cuenta el diseñador: «Franklin, un diseñador gráfico. El chamo estaba trabajando como obrero y a partir del curso se empoderó y dio el paso para trabajar en otra área, afín con lo que conocía y para lo que estaba formado. Franklin terminó adquiriendo una cámara y comenzó a trabajar como fotógrafo».

La segunda edición

En la segunda ocasión, se aplicaron nuevamente diferentes metodologías en la etapa de ideación para determinar qué quería el grupo de venezolanos atendido, de modo de evitar imponerles lo que se iba a hacer.

José Ignacio Sánchez señala que le llamó la atención que el grupo se concentró en la nostalgia por su familia. Entonces se preguntó «¿Cómo podemos producir familias?».

Entonces, las dinámicas de trabajo apuntaron hacia la creación de productos para «compartir con la familia» y su prototipado rápido. Entonces diseñaron cuadernos con tapas duras cortadas con láser que pueden ser compartidas por internet, aplicando así la concepción del «diseño distribuido».

En fin, la experiencia del Proyecto Arepa apunta hacia la aplicación del diseño más allá de los productos tangibles, dirigiéndose hacia el impacto social.

Diseño e impacto social en Caracas

Esa es la renovada dimensión del diseño que se considerará en el Meetup «En Proceso» que se llevará a cabo este jueves 30 de enero a las 4 de la tarde, organizado por Tigrenator en el Espacio La Chuleta, contando con el apoyo de Diseño en Venezuela, Avedip, Tigritos y FabLab Caracas.

En este encuentro con entrada libre estará el propio José Ignacio Sánchez hablando sobre su experiencia en Recife con el Proyecto Arepa y también el diseñador gráfico Rogmy Armas explicará en qué consiste en su proyecto de impacto social «Tigritos» volcado hacia los emprendedores populares.

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