"Venezuela se está aproximando a un proceso hiperinflacionario"

El economista Pedro Palma aseguró este miércoles que «Venezuela se está aproximando a un proceso hiperinflacionario», y recalcó que la inflación en el país ha llegado a «límites extraordinarios».

«Es la mayor inflación que tenemos a nivel mundial. En otros países latinoamericanos es de un dígito, incluso menor al 5% anual», señaló a través de una entrevista en Globovisión.

Palma aseguró que la inflación venezolana es «sustancialmente» mayor, y aclaró que hoy en día se manejan cifras que pueden llegar por encima de 130% y 140% este año, de manera oficial.

Indicó que esto tiene un «impacto tremendo», y agregó que la situación se está materializando por una serie de factores, entre ellos, el crecimiento de la oferta monetaria, el cual consideró que ha sido «descomunal» porque el Gobierno «gasta mucho más» de lo que le ingresa.

Precios «suben y suben»
«La oferta se ha restringido, producto de la destrucción del aparato productivo privado y de la inversión privada. Se acosa al empresario con amenazas de expropiación, se le imponen unos controles absurdos, no se le da acceso a las divisas», sostuvo.

Recalcó que la oferta de las empresas manejadas por el Estado también ha caído, e indicó que todo esto se ha traducido en una reducción de la oferta y en una demanda que sigue creciendo.

«Obviamente por esto los precios suben y suben. Cuando le impones un precio a un productor, este deja de producir y esto más bien restringe la oferta», dijo.

«Equilibrio roto»
El economista afirmó que la inflación se controla manteniendo un equilibrio entre las fuerzas de oferta y la demanda: «Equilibrio que se ha roto en Venezuela desde hace tiempo».

Ratificó que en el país aún no hay hiperinflación, sin embargo, aclaró que si no se toman las medidas a tiempo y la inflación continúa en «franco aumento», podría ocurrir.

Palma explicó que la hiperinflación se da cuando todo el mundo, por ejemplo, cobra su sueldo y sale «automáticamente» a comprar cualquier cosa. No hay forma de que se ahorre ni que se distribuya la estructura de demanda.

«Todavía no estamos en esas condiciones extremas, en esa avidez de la gente por gastar de forma automática para protegerse contra un aumento desproporcionado y fuera de control», enfatizó.