Venezuela

Opinión | ¡Presión y más presión!

La exitosa gira de Juan Guaidó por América y Europa nos da renovadas esperanzas –sin sobredimensión de las expectativas– en la lucha por el logro de nuestra liberación como país, porque somos una nación secuestrada | por Juan Pablo Guanipa

¡Presión y más presión!
Daniel Hernández
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Venezuela tiene que salir de esto. Y para lograrlo debemos tener claridad de miras. La unidad en la estrategia, en las acciones y el liderazgo es fundamental.

La exitosa gira de Juan Guaidó por América y Europa nos da renovadas esperanzas –sin sobredimensión de las expectativas– en la lucha por el logro de nuestra liberación como país, porque somos una nación secuestrada.

Nuestro objetivo es sacar a Maduro y lograr que nuestra patria se reencuentre con el estado de derecho, libertades y un espacio para las oportunidades. Que un grupo de irresponsables, que antes fueron opositores, hayan sido cooptados por la dictadura y hayan decidido trabajar con ella para mantenerla en el poder, es asunto de ellos y a la historia responderán. Pero nosotros debemos concentrarnos en ese objetivo central y hacia él dirigir todas nuestras acciones.

Quiero explicarme bien. Todo, absolutamente todo lo que hagamos, debe estar centrado en el objetivo de sacar a Maduro. Entonces, hacer algo que lo atornille en la silla que usurpa, no tiene sentido. Por eso debemos ser tan cuidadosos en el momento de la toma de decisiones.

Con respecto al escenario electoral, escucho voces que, desde mi perspectiva, se van a los extremos. Algunos afirman que debemos participar en cualquier “elección”, independientemente de que no haya condiciones porque el solo hecho de participar puede generar situaciones adversas al régimen. En el otro extremo, se afirma que no hay posibilidad alguna de lograr mínimas condiciones que nos permitan ir a un proceso electoral, razón por la cual descartan de plano ese escenario.

Yo me ubico casi en el segundo extremo, pero siempre debemos dejar una hendija que nos permita apostar a una salida pacífica a la profunda crisis que vivimos.

Respondemos entonces a varias preguntas: ¿Estamos dispuestos a participar en cualquier evento con apariencia electoral sin exigir ningunas condiciones? A esta pregunta la respuesta es ¡Jamás! Y es tajante porque una farsa electoral con cero condiciones va a constituir un triunfo artificial de la dictadura y en ese escenario sí conoceríamos el verdadero desierto al que todavía no hemos llegado en Venezuela –cómo será eso si ya pensamos que estamos en una especie de infierno y, repito, podemos estar peor–.

Solo imaginen la pérdida del apoyo popular, del apoyo internacional y la “normalización” de la dictadura madurista en el poder. ¡Eso es cómo entregarnos sin dar la pelea!

Siguiente pregunta: ¿Estamos dispuestos a participar en un proceso electoral con algunas condiciones? La respuesta sería ¡Depende! Y aquí debemos dejar claro que las condiciones mínimas para que participemos en un proceso electoral son las siguientes: 1. Que haya un CNE imparcial designado por la Asamblea Nacional. 2. Que ese CNE haga cumplir la Constitución y revise cada exigencia nuestra (Registro Electoral: migraciones, inscripción de nuevos votantes, voto de los venezolanos en el exterior, fallecidos, entre otros; habilitación de candidatos, legalización de partidos, rol de la FAN, acceso a los medios de comunicación, etc). 3. Que sean convocadas elecciones presidenciales. El 20 de mayo de 2018 no hubo elecciones en Venezuela.

El desconocimiento de esa farsa fue lo que nos llevó a lo que tenemos hoy: un Maduro deslegitimado, usurpador de la presidencia y un Guaido convertido en presidente encargado. Entonces está pendiente la elección presidencial. 4. Elecciones parlamentarias.

Ultima pregunta: ¿Qué debemos hacer entonces? A esta pregunta la respuesta es: Salir a la calle a exigir condiciones. Demostrar que somos gente de lucha y que estamos dispuestos a intensificar los mecanismos de presión popular, institucional, social que, sumada a la presión internacional, se convierta en el empuje necesario para lograr el cambio político en nuestro país. La presión nunca está de más. La presión siempre será necesaria. Sea cual sea la solución que queramos darle a la crisis profunda de Venezuela, para lograrla necesitamos presión y más presión.

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