Venezuela

Ni Maduro ni Guaidó: la tercera vía de Rafael Ramírez

Quien fuera presidente de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) asegura que está trabajando para hacer realidad esa visión

Rafael Ramírez
Archivo El Estímulo |EFE
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El exministro de Petróleo del chavismo Rafael Ramírez, exiliado desde hace dos años en Europa, cree que Venezuela necesita un amplio compromiso social como tercera opción a las del mandatario Nicolás Maduro y su principal opositor, Juan Guaidó.

«Es una situación excepcional que requiere un gran compromiso nacional, un acuerdo que tendría que ser amplio», señala Ramírez en una entrevista concedida en Viena.

Quien fuera presidente de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) y ocupó la cartera del sector durante doce años (2002-2014), bajo la presidencia del fallecido expresidente Hugo Chávez, asegura que está trabajando para hacer realidad esa visión.

«Tenemos que volver a Venezuela, hacer lo que podamos para contribuir a rescatar al país del abismo», asegura este ingeniero petrolero y diplomático quien en 2017 abandonó el cargo de embajador venezolano ante la ONU en Nueva York por discrepancias con Maduro.

La idea es crear «una Junta Patriótica de Gobierno (…) que aglutine a todos los factores políticos y sociales del país. Tengo meses trabajando en eso», asegura el que fue uno de los «pesos pesados» del chavismo durante 15 años.

No a elecciones con hambre y miedo

Eso sí, admite que se trata de una visión de un futuro no inmediato, pues antes tendrían que restablecerse condiciones básicas y «cesar la persecución política» dentro y fuera del país.

«El pueblo debería expresarse, pero ¿podemos ir a una elección en este momento? No, no podemos. Primero porque hay que quitarle a la gente la pistola en la cabeza: No puede haber elecciones con hambre, con manipulación, con miedo».

«Yo por supuesto que estoy listo para volver a mi país y (…) explicar a nuestro pueblo qué es lo que ha pasado, qué es lo que deberíamos hacer», añade Ramírez, quien durante años estaba considerado como «mano derecha» de Chávez.

Y asegura: «Sé cómo recuperar la industria petrolera. Tengo el conocimiento y tengo el liderazgo dentro de los trabajadores. Tengo importantes ideas pero no soy solo yo. Hay muchos venezolanos de la oposición, del ‘chavismo’, incluso del ‘madurismo’, todos tenemos que ponernos de acuerdo para sacar el país de abajo».

Ramírez alude así a la dramática caída del bombeo de crudo de Pdvsa, cuya producción actual cifra en «644.000 barriles al día», frente a 3,4 millones de barriles diarios que extraía la empresa bajo su dirección hasta 2014.

El exministro achaca ese descalabro únicamente a la incapacidad de gestión de actual mandatario y su equipo, compuesto por militares.

¿Opción con apoyo internacional?

El político de 56 años está convencido de que un acuerdo para abrir un período de transición que lleve a elecciones en Venezuela podría obtener respaldo internacional, no solo de Occidente sino también de potencias aliadas de Maduro como Rusia o China.

«Creo que incluso los rusos y los chinos están de acuerdo. Ellos saben que (Maduro) no tiene futuro. Creo que no saben qué hacer con Maduro, no saben como manejar esta situación», opina.

Un situación tan desastrosa como la que ha quedado en otros lugares después de una guerra, compara el exministro.

Así, de forma similar a lo ocurrido en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, «tenemos que lograr acuerdos nacionales (…) vamos a hacer un compromiso, algo que nos permita manejar una situación excepcional», insiste.

¿Bloqueo en Guaidó y Maduro?

Con respecto a la oposición venezolana que lidera Guaidó, Ramírez vaticina que, si bien «cuenta con el apoyo político, económico y financiero de Florida y de Washington», no logrará sacar a Maduro del poder «en la medida que mantenga una visión sectaria del país».

Según el exministro y exvicepresidente, que se declara chavista convencido y rechaza con vehemencia las acusaciones de corrupción de la Justicia de su país, la postura de la oposición es «vengativa y excluyente» del «pueblo pobre, humilde y chavista».

«O sea, es la revancha lo que viene de parte de la derecha» y ello lleva a los militares a refugiarse en Maduro.

«Tiene el efecto contrario, porque claro, si como oposición prometes que vas a perseguir, encarcelar y erradicar al chavismo», los chavistas, dice, para sobrevivir, se alinean con Maduro.

«Lo importante es que Maduro y Guaidó no representan una salida para el país (…). La gente está harta de Maduro, pero hay que buscar una salida que sea inclusiva», subraya.

«Si cada uno está en su trinchera y cada uno declara que arrasará al otro, Maduro quedará ahí por mucho años», advierte.

«Maduro es de derecha»

Mientras defiende la política de Chávez, aunque admite que hubo errores, Ramírez no concede el calificativo de «chavista» a Maduro, a quien atestigua una política clásica de derechas que traiciona los ideales del presidente fallecido en marzo de 2013 por un cáncer.

«El Gobierno de Maduro no se puede definir de otra manera que como un gobierno de derecha», indica.

Reflejo de ello, según Ramírez, es el reciente «paquetazo de medidas económicas es consecuencias nefastas para el país».

Esta dolarización no oficial de la economía y la eliminación de ciertas prestaciones sociales y medidas de protección a los más débiles, demuestra su orientación derechista, agrega.

Para Ramírez, el hecho de que Maduro sea apoyado por formaciones izquierdistas de todo el mundo muestra «una desfiguración de la izquierda que está haciendo mucho daño a los pueblos».

«Muchas veces los planteamientos de un partido que se dice de izquierda coinciden con un planteamiento de derecha», indica.

El petróleo, la clave para salir de la crisis

Entre los «principios» defendidos por Chávez que Ramírez considera necesario mantener está el control estatal del crudo.

«El petróleo es para nosotros lo que era para Irak. Es el único recurso para poder intentar sacar al país de los efectos de la guerra. Nosotros no tuvimos una invasión americana. Tuvimos un gobierno de Maduro», sentencia.

A largo plazo, Ramírez se muestra optimista de que Venezuela pueda recuperar la capacidad de explotar sus enormes reservas petroleras y volver a ser un miembro clave de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

«Aún soy joven, tengo muchas cosas que hacer. No me voy a retirar ni me voy a esconder en ningún sitio. Voy a volver al país que tengo. Muchas cosas quedan (por hacer) para sacar a nuestro país de ese desastre en que estamos metidos», concluye.

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