Opinión

¿Miedo al odontólogo? Ayuda a los niños a superarlo

Transformar la experiencia de visita al odontólogo como un hecho positivo es posible, siempre y cuando acompañes a tu niño en el proceso, no hagas ver esta cita como un castigo y des el ejemplo a los más pequeños, porque la salud bucal también es una prioridad

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odontólogo niños

No recuerdo mi primera visita al odontólogo, pero sí la de mi hijo. Puedo rememorar a la perfección su rostro de 5 añitos que cambiaba de expresión ante cada sonido que salía de aquel lugar, donde se encontraba quien lo sanaría de ese malestar en su diente temporal. La nuestra no fue la mejor de las experiencias, pero sí la que marcó lo que sería la relación futura entre mi pequeño y su dentista. 

Recuerdo con claridad su miedo, que por su puesto yo sentía como propio, y ese mismo sentimiento me llevó a buscar otros profesionales más dispuestos a entender el temor y la ansiedad que un niño puede sentir ante ese aviso de: «Hoy vamos al odontólogo». 

Como niños, una visita a estos especialistas puede revelar el miedo al dolor, a lo desconocido, las malas experiencias e incluso reflejar aquellas inseguridades que de nosotros han copiado o que le transmitimos. 

El odontólogo, Reinaldo Acosta Ramos, explica que la primera cita de un niño con el dentista debe darse de forma preparada salvo que exista una real emergencia.

“Establecer una relación de confianza en la que el niño se sienta seguro, cómodo y tenga la información real del proceso que se va a seguir es fundamental para garantizar el éxito de cualquier procedimiento bucal”, afirma. 

El miedo al odontólogo suele aparecer en la infancia, y si no se gestiona adecuadamente, puede llegar a consolidarse como una fobia que dificulte cualquier tipo de tratamiento odontológico y genere una gran ansiedad y malestar en quien la sufre.

La edad recomendada 

Como dentista, y basándose en lo que la Sociedad Odontológica de Pediatría establece, Reinaldo Acosta recomienda que al cumplir el primer año de edad es un buen momento para llevar al niño al odontólogo, pues es cuando hace erupción el primer diente temporal. 

“Es importante destacar que, una vez que nacen los bebés, ya tienen los dientes en boca solo que no han erupcionado. Por ello es necesario que aún cuando usted no vea el diente de su niño mantenga la higiene bucal y cuide de forma correcta sus encías”, explica Acosta. 

Detalla que es necesario limpiar las encías del niño siempre que este ingiera cualquier tipo de alimento para así evitar que se proliferen bacterias, y además se garantice el correcto cuidado de las encías. “No porque no se vean los dientes, significa que no sea necesario garantizar la higiene bucal”. 

“En los primeros años las visitas al dentista suelen darse por la presencia de caries o fracturas, casos en los que será necesario aplicar anestesia y usar el temido taladro. Todo esto debe ser explicarse al niño en esa primera consulta. Ni los padres, ni el odontólogo debemos mentirles”, dijo el especialista.

La experiencia del dentista al tratar a niños tiene un peso importante. No hay dudas de que la silla, los sonidos dentales y las sensaciones incómodas no siempre son agradables, por lo que es imprescindible que el odontólogo infantil tenga experiencia y sepa tratar a los niños. Así estos se sentirán «más cómodos y relajados», dice Acosta Ramos. 

Explica que una buena estrategia para prevenir el miedo al dentista consiste en lograr que el niño se sienta cada vez más cómodo a través de las visitas periódicas.

“Es nuestro deber mostrarte al niño lo qué se le va a hacer, mostrarles los instrumentos; explicarles con un lenguaje sencillo los pasos que se van a seguir, así él podrá comprender y se disminuirá la angustia en ellos”, señala. 

¿Qué pueden hacer los padres para evitar el miedo al dentista?

Una correcta higiene bucal es el camino perfecto para garantizar la salud de nuestros dientes. Reinaldo Acosta apunta que este debería ser el primer paso a seguir porque con unos dientes sanos, una visita anual al odontólogo es suficiente. 

Ante la presencia de una caries, fractura o cualquier otro problema bucal, el dentista Ramos invita a los padres a comenzar por dar el ejemplo a los niños para evitar fobias. “En muchas ocasiones, los padres llevan al niño a la consulta y se muestran nerviosos. Es importante que ellos den el ejemplo y hablen con los niños para que comprendan que no hay nada que temer”, detalla.

Las consultas periódicas es otra de las recomendaciones que da el especialista venezolano: “Así podemos lograr que el niño se sienta cada vez más cómodo; pueda entender el proceso; se realicen los tratamientos oportunos y así evitemos complicaciones”. 

El evitar los comentarios negativos como “si no te cepillas, se te caerán los dientes y tendremos que ir al odontólogo” es una recomendación importante. A juicio de Acosta Ramos, “no se debe mostrar la cita con el dentista como un castigo. Hay que hablar con los niños con la verdad para que ellos tengan confianza”. 

“Cuando inicio mi consulta con los niños, me gusta hacerlo en dos etapas o sesiones: una primera que sirve para la adaptación; y la segunda para el tratamiento. En la primera sesión vamos a conocer al niño y que el niño conozca el ambiente. Me conozca a mí y hablar directamente sobre el tratamiento que se le va a realizar de forma directa. No mentirle. De esta manera, ya en la segunda consulta ellos pierden un poco el temor y ya llegan más adaptado. Eso es lo importante”. 

A cepillarse los dientes 

“Todos los niños deberían empezar su día con un buen cepillado, esto incluye el uso del hilo dental, el barrido y el enjuague bucal”, afirma el odontólogo Reinaldo Acosta.

Insiste en que la higiene bucal es un hábito que debe crearse de la mano de los padres, para que se ejecute de forma correcta y se garantice el buen cuidado de dientes y encías. 

Desde el momento en el pediatra lo autorice, se debe comenzar con la limpieza de las encías. Es más, aun cuando no existan dientes visibles, esto es necesario realizarlo cada vez que el niño ingiera algún alimento. 

Ya al primer año se puede comenzar con el cepillado. Lo ideal es que el infante use un cepillo especial para niños, que pueda ser manipulado por él y siempre con la supervisión de los adultos. Estas primeras cepilladas se realizarían solo con agua. Al cumplir los 2 y 3 años, ya se puede incorporar pequeñas cantidades de la crema dental. En estos casos, el tamaño debe ser el de un grano de arroz, además de usar crema para niños. 

Educar con el ejemplo

“El ejemplo es importante, que el niño te vea cepillarte será la mejor forma para que imitar esa conducta”, comentó Acosta Ramos. 

Detalla el especialista dental que ya cuando se unan los dientes y las muelas, se debe comenzar con el uso del hilo dental. Esto debe hacerse de forma suave, y se deberá emplear luego de cada ingesta de comida, o al menos, procurar hacerlo luego de cada comida principal. 

“El cepillado de la noche debe ser obligatorio. Nunca permita que su niño se vaya a dormir luego de haber comido sin cepillarse, mucho menos si ha consumido azúcares o teteros”, advierte el odontólogo venezolano. 

El cepillado dental, en conjunto con el uso del hilo dental, enjuague bucal, visita al odontólogo una vez al año y una buena alimentación son garantía de que tendremos dientes sanos. 

Acosta Ramos quien se manifiesta fiel defensor del Ratón Pérez y el Hada de los dientes, invita a los padres a hacer de la salud bucal una prioridad que debe realizarse tanto en dientes temporales como en los permanentes. 

Ramos invita a hacer de la visita al odontólogo una experiencia placentera: “todo lo que nos genere salud y bienestar debe ser bien recibido y enseñado a nuestros niños y más si se relaciona con un mejor estado de salud”. 

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