Cultura

7 producciones que muestran la evolución de Mario Casas

Mario Casas es Mario Casas en cualquier película o serie. Es decir, no es un hombre camaleónico desde lo físico, pero sí que ha conseguido brillar en el drama, la acción y la comedia. Estos son algunos ejemplos de esa evolución del artista español que debutó bajo la mano de Antonio Banderas

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Mario Casas

Estuvo en un campo de concentración, quedó atrapado en una mina en Chile, cantó a lo Bisbal, fue un rebelde sin causa y hasta mostró su lado más vil desde una silla de ruedas. Mario Casas (La Coruña, 12 de junio de 1986) ha interpretado personajes disímiles, algunos con mayor tino que otros, que le han permitido hacerse un nombre en la gran pantalla, tras dar los primeros pasos en la televisión.

Que haya trabajado con directores como Álex de la Iglesia, Oriol Paulo, Alberto Rodríguez, Paco Cabezas, Antonio Banderas o Fernando González Molina, demuestra que Casas es mucho más que una cara bonita. Si bien es cierto que existen algunas producciones que poco se recuerdan o que incluso deberían quedar en el olvido, sí que hay algunas películas y series que valen la pena revisar para constatar la evolución del actor. Estas son las indispensables.

El camino de los ingleses (Antonio Banderas)

Sinopsis: Miguelito (Alberto Amarilla) sueña con ser poeta y encontrará a su musa: Luli (María Ruiz). Junto a sus amigos, Babirusa (Raúl Arévalo), Paco Frontón (Félix Gómez) y Moratalla (Mario Casas), compartirá un verano que lo cambiará todo.

Lo mejor: Es el debut de Mario casas y, junto a sus compañeros, muestra una naturalidad que nos da una idea de por qué nació para esto.

Lo peor: Es una película que quiere contar muchas cosas y a veces con un tono poético que se hace infumable.

Adiós (Paco Cabezas)

Sinopsis: Juan (Casas), un convicto que sale los fines de semana, está a punto de perder lo conseguido por querer vengar la muerte de su hija. Sin embargo, Eli (Ruth Díaz), la agente de policía a cargo de la investigación, intenta hacerlo desistir de esa idea, mientras el desarrollo de los acontecimientos nos muestra los grises de la ley.

Lo mejor: Casas hace creíble ese dolor del padre ante la repentina muerte de su hija. Es un actuación muy honesta.

Lo peor: El guion no termina de cerrar bien a cada personaje, por lo que la línea de «evolución» del hombre que interpreta Casas, se trunca.

Grupo 7 (Alberto Rodríguez)

Sinopsis: Ángel (Casas) es un aspirante a inspector de policía, que respeta a la ley como un propósito de vida. Rafael (Antonio de la Torre), Miguel (José Manuel Poga) y Mateo (Joaquín Núñez), en cambio, lideran a un grupo de policías sin escrúpulos, dispuestos a todo con tal de lograr sus objetivos en el departamento de antidrogas. Ellos son el Grupo 7.

Lo mejor: Casas responde como el policía inexperto, que sufre la pérdida de la inocencia.

Lo peor: En una película en la que hay el típico enfrentamiento entre el novato idealista y el veterano realista, hay poco espacio para la sorpresa.

Mi gran noche (Alex de la Iglesia)

Sinopsis: Faltan pocas horas para que empiece el nuevo año y en un plató televisivo, se reúnen varias estrellas y cientos de extras para esperar las campanadas y celebrar juntos la llegada del año nuevo. Pero en realidad, este programa se está grabando en pleno mes de agosto a las afueras de Madrid, con un calor que derrite. La grabación no estará exenta de sorpresas.

Lo mejor: El look de Mario de Adanne (Casas), el antagonista de Alphonso (Raphael). Aunque la película no termina de cuajar, es divertido ver al galán parodiándose y darle un toquecito a lo Bisbal a su personaje.

Lo peor: Eso, que su personaje es una parodia y ahí se queda.

Las brujas de Zugarramurdi (Alex de la Iglesia)

Sinopsis: Dos hombres en una situación de trabajo escasa (Mario Casas y Hugo Silva) atracan una tienda en Madrid y huyen perseguidos por la policía y por la ex mujer de uno de ellos (Macarena Gómez). En la persecución, terminarán en los bosques de Navarra, donde una horda de mujeres que se alimentan de carne humana los espera.

Lo mejor: De nuevo, es interesante ver a Casas en un estridente coctel de este director que tira fuegos pirotécnicos por todos lados.

Lo peor: Es una cinta que después de una muy buena primera hora, decae, dándole mucho peso a los efectos especiales y abandonando a sus protagonistas.

El fotógrafo de Mauthausen (Mar Targarona)

Sinopsis: Francesc Boix (Mario Casas), vive en un campo de concentración, donde  trabaja en el laboratorio fotográfico. Arriesgará su vida al planear la evasión de unos negativos que demostrarán al mundo las atrocidades cometidas por los nazis.

Lo mejor: Casas perdió más de 12 kilos para este papel. Suena a lugar común, pero así como su físico siempre ha sido objeto de dudas para algunos críticos, lo cierto es que aquí se la jugó para responder al realismo de la historia.

Lo peor: Hay una sensación de Deja Vu con este tipo de largometrajes (piense en «El pianista» o «El hijo de Saúl») que le terminan jugando en contra al protagonista.

El inocente (Oriol Paulo)

Sinopsis: Mateo Vidal (Casas) comete un homicidio involuntario. Tras salir de la cárcel, rehace su vida. Sin embargo, una llamada desde el móvil de Olivia (Aura Garrido), su pareja que está embarazada, pondrá su vida en una nueva encrucijada.

Lo mejor: Esa capacidad que tiene Casas para conquistarnos con una sonrisa o hacernos sospechar con una mirada.

Lo peor: La estructura de la serie no permite que nos concentremos en la evolución del personaje principal.

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