Opinión

¿Maduro se deslinda de Chávez?

Ya casi no hay "ojitos" y la sobreexposición de la imagen del "comandante" ha bajado notablemente tanto como su presencia en el discurso gubernamental. Pero, ¿es una táctica temporal o realmente es el indicativo de que algo ha cambiado en los pasillos del poder? Quizás 2022 traiga la respuesta

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Maduro
Prensa Miraflores

Parece que -finalmente- al pueblo venezolano le está cayendo la locha de que el gran causante de la desgracia que vivimos fue Hugo Chávez y no es solamente Nicolás Maduro. Y pareciera también que al mismo Nicolás Maduro le cayó la locha de que no le conviene seguir usando al «eterno» para conseguir adhesiones, votos o lealtades. ¿Ustedes, amables lectores, vieron el video de Navidad de Maduro?… Tan solo dos referencias tangenciales a Chávez, ambas verbalmente. Su imagen, usada hasta hace poco ad náuseam, ahora ya ni siquiera aparece. Maduro y Cilia salen como una pareja “perfecta”, amorosa, unida, cómplice. Y es que para fingir unidad no hay como los chavistas… o como los maduristas.

Quiero referirme al video en cuestión. Empieza con la familia Bolívar en el patio de su casa, con sus cuatro hijos. La investigación histórica es paupérrima, empezando porque ni siquiera se tomaron el trabajo de chequear las edades de los hermanos Bolívar y Palacios. La mayor era María Antonia. La segunda, Juana. El tercero era Juan Vicente y el menor, el Libertador. Todos se llevaban dos años de diferencia entre uno y otro. En el video, el orden cronológico está totalmente alterado: la mayor es una niña, la única que pegaron; el segundo es un varón, que corre a sentarse en un escritorio y adivinamos que se trata de Simón, cuando Simón debería ser el bebé que camina de la mano de sus padres. Los otros dos niños no coinciden con la edad que deberían haber tenido. Pero esto es una tontería comparado con lo que viene después: la supuesta “Navidad Bicentenaria”, la de 1821, una celebración en la misma casa natal del Libertador, donde alrededor de la mesa navideña están Manuelita Sáenz, Francisco de Miranda, José Antonio Páez, Simón Rodríguez, el Negro Primero y otros dos o tres próceres a quienes no identifiqué, y una mujer rubia que pensé que podría ser Luisa Cáceres de Arismendi, pero la descarté porque ella no era rubia. ¿O lo harían para que se pareciera a Cilia? No me extrañaría, ente tanto disparate.

Miranda había muerto cinco años y medio antes, en 1816. El Negro Primero murió en la Batalla de Carabobo. Bolívar conoció a Manuela Sáenz en Quito, en 1822, es decir, seis meses después de la supuesta cena. Páez estaba entre Valencia y Puerto Cabello sofocando una última rebelión de Francisco Tomás Morales y Simón Rodríguez estaba en Europa. El mismo Bolívar, quien estuvo en Caracas después de la Batalla de Carabobo, a finales de año participó en el Congreso de Cúcuta y de allí partió hacia Bogotá. De manera que ninguno de los “identificables” podía haber estado en la hipotética cena, donde amos y esclavos (o recién manumitidos) departían juntos, algo impensable en aquella época.

Mi pregunta es, ¿por qué si se tomaron tantas licencias no incluyeron a Chávez en la cena? ¿Será de verdad porque molesta? Lo traigo a colación también porque Jorge Arreaza, el candidato del PSUV para la gobernación de Barinas, durante una rueda de prensa el pasado 30 de dciembre, dijo claramente que “no hará lo que le digan los Chávez (su familia política, de paso), sino lo que el presidente Nicolás Maduro le oriente a hacer en la entidad llanera”. ¿No levanta suspicacia esta declaración?

El hecho cierto es que el exceso de dinero que tienen los chavistas no pueden invertirlo en muchos lugares del mundo -incluyendo paraísos fiscales- por miedo a que les lleguen las sanciones y con ellas, los congelamientos de sus cuentas. Esa “burbuja” de bienestar en algunos sectores tiene mucho (si no todo) que ver con que están invirtiendo aquí en Venezuela. Y Maduro ha tenido que callarse la boca y aceptar esas cosas, que antes, para un revolucionario como él, eran anatema. Real politik en acción. Y para ese cambio de rumbo no le conviene la imagen de Hugo Chávez.

¿Es un giro de timón o es mera táctica dilatoria? Solo el tiempo nos lo dirá. Pero los panas autócratas de otras latitudes que han querido mantenerse en el poder han tenido que deslastrarse de sus ideales marxistas ante la apabullante realidad que demuestra que es inviable de toda inviabilidad. Suena entonces lógico el deslinde de la imagen de Chávez. 2022 nos tiene reservada la respuesta…

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