Gastronomía

Los vinos dulces, una opción diferente para comidas de todo tipo

Hasta hace algunos años, solo se consideraban para acompañar postres. Y, aunque esto sigue vigente, los vinos dulces comienzan a colarse como armonía de platos entrantes y principales. A Venezuela están llegando nuevas opciones

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Si algo ha evolucionado es el consumo del vino. La individualidad y la innovación se imponen y rompen rígidas normas que antes regían las armonías. Es el caso de los vinos dulces.

Hasta hace algunos años, solo se consideraban para acompañar postres. Y, aunque esto sigue vigente, los vinos dulces comienzan a colarse como armonía de platos entrantes y principales, y lo hacen estupendamente sobre todo cuando las comidas tienen un toque dulce.

Por ejemplo, el asado negro caraqueño explosiona sus sabores acompañado de un vino dulce. Lo mismo la polvorosa de pollo, los guisos de hallaca, los platos en cuyos ingredientes asoma el papelón, la miel, las frutas, o el azúcar.

Las casas distribuidoras están conscientes de estos cambios enológicos y comienzan a ofrecer en el mercado propuestas de vinos dulces para llevarlos a la mesa con frecuencia. El más nuevo es el tinto Astica, de Bodegas Trapiche, que trae Maison Blanche a los anaqueles de Caracas.

El dulce de este vino viene sobre todo de la fruta. Explica Marcela Silva, gerente comercial de Maison Blanche, que en nariz resaltan frutos rojos como frambuesa, mora y fresa. Al gusto es fresco y, por supuesto, frutal, con taninos delicados y acidez equilibrada.

Sugiere armonizar con ellos postres (que siempre deben ser menos dulces que el vino, para no opacarlo), quesos o cremas. En este caso, destaca especialmente en los blandos y en los quesos con toques frutales. Y siempre han sido amigos de los foie gras.

También vale para tomarlo solo e incluso bien frío con hielo, en estas épocas de calor.

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