Gastronomía

La arepa también enseña el idioma español

Soy la arepa es el título de un libro, pero no es un libro cualquiera, sino un texto diseñado por Ximena Montilla Arreaza para el aprendizaje del español dirigido a niños venezolanos y demás latinos, que viven fuera de sus países de origen y que corren el riesgo de perder su idioma madre

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soy la arepa

El novedoso libro Soy la arepa es multifuncional, desde el punto de vista de su versatilidad cultural, porque, además de su carácter pedagógico para el lenguaje, también sirve para que los niños conozcan la historia del pan diario del venezolano, la arepa, alimento común en América Latina y que se presenta en preparaciones similares: pupusas en El Salvador, gorditas en México, changas o tortillas asadas en Panamá.

Su autora, Ximena Montilla Arreaza, es especialista en el área de la enseñanza de idiomas, psicopedagoga bilingüe con énfasis en Educación Especial, mención Trastornos del Desarrollo Intelectual y Dificultades en el Aprendizaje.

la arepa
Ximena Montilla Arreaza, autora del libro Soy la arepa

Lo que llamó la atención a esta venezolana, investigadora de técnicas alternativas y metodología de enseñanza del español como lengua afectiva. fue observar la cantidad de “latinos” viviendo en diferentes partes del mundo, especialmente en Estados Unidos, pero que no hablan español porque perdieron por completo su idioma madre, lo que resulta preocupante.

Así nació la idea de Soy la arepa como una forma de aprender el español afectivamente. Ximena Montilla comenta que la enseñanza de un idioma como lengua afectiva es fundamental para su aprendizaje y su memoria. Ha vivido y puesto en práctica sus técnicas pedagógicas en España, Alemania y actualmente reside en Atlanta, Estados Unidos.

la arepa

¿Qué es la lengua afectiva? Nuestra investigadora explica que es el idioma enseñado a través de lo cotidiano en el hogar, del amor, de lo que se explica en el uso diario de nuestras vidas. Cada vez que se haga una acción de este tipo debe ser hablado y enseñado en español, en el caso de los infantes latinos.

“Debemos enamorar al niño con el aprendizaje y esto se logra cuando se habla en español al momento de transmitir afectos, caricias, el uso diario de los objetos en la casa, esas palabras quedan grabadas y nunca más se olvidan. Los recuerdos de la infancia se atesoran y quedan indelebles en la memoria. Esto es el aprendizaje a través de la lengua afectiva”, explica Montilla y se emociona al conocer que sus postulados se hacen realidad.

La arepa se presenta

Soy la arepa, soy coqueta.
me gusta la variedad,
asada, frita u horneada,
gordita, dulce o salada.

Soy fresquita y redondita,
y me puedes rellenar,
o comerme así solita,
pues aquí, yo soy el pan.

A través de Soy la arepa, su autora pone hablar a nuestro “pan de cada día” en primera persona para contar en rima sus orígenes, diferencias, tipos de elaboración, rellenos, cómo comerlas, lo que permite apreciar lúdicamente la estrecha relación que guarda la memoria culinaria del venezolano con la palabra ancestral “arepa” que no se limita a ser “una especie de pan de forma circular hecho con maíz”, sino que también es infancia, familia, unión, hogar, celebración, desayuno, almuerzo y cena, referencia de nuestro país.

Soy la arepa

Este libro infantil cuenta el origen, y todo lo que se quiera saber de la arepa, pero en verso. Dada su larga experiencia profesional en el diseño de materiales educativos para la enseñanza del idioma español, este recurso resulta atractivo y novedoso para los niños. Les brinda herramientas sencillas para facilitar el aprendizaje y fijar en la memoria el idioma que se adquiere o se trata de no olvidar, debido a la musicalidad de las palabras cuando riman en cada estrofa.

Xiomara Montilla ha diseñado una línea de material educativo para la enseñanza del español dirigida a hispanohablantes profesionales interesados en trabajar enseñando el idioma como lengua extranjera y a familias de habla hispana que quieren preservar la lengua materna en el seno del hogar.

Partida de nacimiento de la arepa

Ante la pregunta ineludible del lugar de nacimiento de la arepa, si es de Colombia o Venezuela, esta pedagoga y consultora educativa en el área de bilingüismo explica, de la manera más sencilla, que la arepa es colombo-venezolana o venezolana-colombiana y que el orden no altera su partida de nacimiento.

“La respuesta es que la arepa es tanto venezolana como colombiana. Hace más de 5 mil años los dos países eran un solo territorio, la misma tierra. Somos lo mismo. Es una tontería decir y discutir si es de uno otro país”, comenta enfáticamente Ximena Montilla.

Soy la arepa

Este vasto territorio, donde no existían fronteras de ningún tipo, estaba ocupado desde hace miles de años por poblaciones aborígenes de América. Los usos, herramientas y costumbres alimentarios eran similares en toda el área que hoy está dividida en dos países con tradiciones y rasgos comunes: Venezuela y Colombia.

En este sentido es imperativo remitirnos al libro “Colombia y Venezuela: Historia, alimentación y saberes compartidos” de las sociólogos Esther Sánchez Botero y Ocarina Castillo D´Imperio.

Esta obra es la investigación más completa y exhaustiva de lo que comparten estas dos naciones en el campo de la alimentación, por lo que es material de consulta fundamental al momento de estudiar las despensas originarias de cada país, su gastronomía y todo lo que comparten como el mismo territorio que son.

“Del maíz y de la yuca -refiere el citado estudio- vienen nuestros panes ancestrales, la arepa y el casabe. Resulta pertinente comentar el caso de la arepa, originaria de nuestras sociedades aborígenes y cuyo proceso ha sido ampliamente recogido y documentado en fuentes arqueológicas y etnohistóricas. En ambos países, a partir del maíz se elaboran diferentes tipos de arepas, con variaciones en función del color, forma y tamaño de sus granos y las técnicas de preparación (desgranar, secar, desconchar, cocinar, triturar o utilizar arena o cenizas en el momento de separar el grano de la cáscara)”.

“Dada la importancia de la arepa en los imaginarios, representaciones y en el patrimonio gastronómico, se plantean y debaten numerosas hipótesis e interrogantes sobre su origen preguntándose a cuál de los dos países le corresponde. En rigor a juzgar por los hallazgos arqueológicos de metates, piedras de moler y morteros de piedra, por ejemplo, en el primer milenio a.C., en el sitio de Mamil (Bajo Sinú en Colombia) o en las poblaciones indígenas que habitaban Camay, estado Lara-Venezuela, hacia 500 años antes de Cristo, obviamente la arepa tiene una antigüedad no comparable con la existencia de la sociedad colonial y menos aún con la republicana”.

“La variedad y permanencia de la arepa -señalan las sociólogas Sánchez Botero y Castillo D´Imperio- su versatilidad y apertura a las adaptaciones y cambios experimentados a través del tiempo, así como el papel que ocupa históricamente en los hábitos de consumo de los sectores populares, reafirman su carácter de alimento entrañable en la cultura alimentaria de colombianos y venezolanos”.

Ximena Montilla lo dice en verso

Fui inventada hace mil años,
cuando no existían fronteras,
entre dos pueblos hermanos,
que me hicieron tradición:
de un lado colombianos,
el y otro, venezolanos.

El colombiano me sirve
como gran acompañante,
de sus variados platillos,
que son ricos y abundantes.

Mientras que el venezolano,
me sirve de guarnición,
o de plato principal,
según tenga la ocasión.

Soy reina en su desayuno,
en el almuerzo y la cena,
siempre la estrella del show,
si me encuentro bien rellena.

Soy símbolo y patrimonio,
parte de su identidad,
vengo a contar esa historia,
y es la vas a escuchar.

Dónde comprarlo

Las ilustraciones del libro Soy la arepa son de Laura Stagno y se consigue impreso o digital a través de la red mundial Amazon, en el buscador Soy la arepa Ximena Montilla.

Para más información se puede contactar directamente con la autora, Ximena Montilla a través del correo [email protected] o por su teléfono +1 6782346407

Bibliografía

Ximena Montilla. Soy la arepa. Clases Listas. Impreso en Amazon KDP. Columbia, Estados Unidos, marzo 2021

Esther Sánchez Botero y Ocarina Castillo D´Imperio. Colombia y Venezuela: Historia, alimentación y saberes compartidos. Fundación Bigott y Fundación BAT Colombia. Caracas, 2020.

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