Cultura

"Koati", la película animada que le canta a Latinoamérica

Concebida y producida por la venezolana Anabella Sosa-Dovarganes y con la producción ejecutiva de Sofía Vergara y Marc Anthony, en octubre pasado se estrenó "Koati" en los cines de Estados Unidos, un largometraje hecho por latinoamericanos que quieren cantarle y contarle a su gente

"Koati"
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Como cualquier otro líder populista latinoamericano, Zaina, una serpiente coral nativa del trópico, llegó al poder de Xo con la fuerza de un discurso esperanzador que le hizo ganar popularidad entre los habitantes de la selva. Eso gracias a las promesas sobre una vida más igualitaria, en medio de una tragedia natural que los obligó a emigrar hacia un mejor hábitat.

En el camino hacia ese destino, Zaina (con la voz de Sofia Vergara) no tardó en imponer una tiranía, y solo Nachi y Pako, un coatí y una rana de cristal, tuvieron el valor para oponerse. Ellos, con ayuda de Xochi (Evaluna Montaner) y Calli, una mariposa monarca y una cigüeña jabirú, recorren una selva inspirada en los paisajes suramericanos en busca del árbol de la vida, frente a un ejército de serpientes venenosas.

Ese es el argumento principal de “Koati”, una película que busca cantarle a la naturaleza latinoamericana, como lo hizo “El rey león” con África en 1994. Pero, que va más allá, pues está producida por Upstairs, Latin WE y Los Hijos de Jack, y además cuenta con el respaldo del World Wildlife Fund (WWF), una de las mayores organizaciones de protección ambiental del planeta.

La idea original es de Anabella Sosa-Dovarganes, una venezolana, graduada en Comunicación Social por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), que, después de ganar experiencia ofreciendo servicios de animación y postproducción a empresas como Matell, Procter & Gamble, Disney y Nickelodeon, decidió crear, junto a sus socios, una historia que destacara los valores latinos, audiencia que cada vez es mayor en los Estados Unidos. Y en la producción ejecutiva están la actriz Sofía Vergara y el cantante Marc Anthony.

"Koati"

—Sorprende que haya salido de Caracas a producir una película animada en Estados Unidos. ¿Cómo ocurre todo eso? Es todo un sueño.

—Cuando me gradué de la UCAB, me fui a Boston a hacer una maestría en Gerencia de Medios de Comunicación, una especialidad en todo lo que es el negocio del entretenimiento. Al terminarla, me vine a vivir a Miami y me asocié con una casa productora que quería abrir una postproductora. Desde entonces, me muevo en el área de producción de contenido, animación y postproducción. Empecé con comerciales para televisión y algunas agencias de publicidad. Hacíamos servicios de edición, corrección de color, postproducción de audio y animación en 2D y 3D. Éramos esencialmente una compañía de servicios, pero, a medida que fue evolucionando la tecnología, los contenidos empezaron a tener más fuerza y comenzamos a asumir un poco más el rol de empresa productora. Entonces, ya le ofrecíamos servicios a plataformas digitales como Univisión, Discovery Channel y Nickelodeon.

Luego, hace como cinco o seis años, mis socios y yo decidimos aprovechar todo ese conocimiento, es decir, la infraestructura y las relaciones que habíamos hecho, para crear un contenido propio, que se pudiera distribuir y comercializar a nivel internacional.

Entonces, entre los socios de mi casa postproductura –que es Upstairs–, nuestros clientes y los colaboradores más cercanos, como Luis Balaguer, de Latin WE, que estaba junto a Melissa Escobar y Sofía Vergara, decidimos conceptualmente que lo íbamos a hacer y duramos como dos años en ese desarrollo. Definimos qué iba a ser, la audiencia, el formato, los posibles escritores para el contenido. Incluso, pensamos en una serie para televisión.

—Pero al final se decidieron por una película animada para el cine.

—Sí, entre todos los socios y los colaboradores más cercanos, como Melisa Escobar, Sofía Vergara y Luis Balaguer, de Latin WE; Felipe Pimiento y Marc Anthony de Magnus Media, Julio Reyes Copello de Art House, decidimos producir la primera película animada que le cantara a las bellezas naturales de Latinoamérica y su gente.

Creímos que la mejor opción era una película animada que fuera un regalo para Latinoamérica, un canto para la región y sus cualidades. Un poco lo que hizo “The Lion King” con África, que fue cantarle a ese continente y a sus bellezas naturales. Quisimos mostrar una realidad que es conocida por poca gente a nivel internacional. Con ese concepto en mente, buscamos el apoyo del World Wildlife Fund (WWF), una de las organizaciones protectoras del medio ambiente más grandes del mundo. Les propusimos la idea y aceptaron hacer con nosotros el desarrollo de la película.

—¿Y qué fue lo más difícil de ese desarrollo?

—Se suele decir que hacer una película de animación siempre es como correr una maratón, y es absolutamente cierto. Uno tiene que perseverar y mantener viva la inspiración, y transmitir esa inspiración a su equipo, y hacerlo durante un largo período de tiempo y eso es muy complicado de mantener. En mi caso fueron cinco años. Y si le agregas una pandemia, la cosa es mucho más complicada. Los estudios se cerraron. Teníamos más de 1.200 personas trabajando desde la casa durante el último año de la producción en Estados Unidos, México, Argentina, Chile, Brasil, España, Cambodia, Inglaterra, Venezuela, Canadá, Tailandia… Un mundo de gente, todos trabajando y en una crisis mundial de salud e incertidumbre. Se convirtió en un escenario muy complicado y desafiante. Encontrar la luz al final del túnel después de tantos desafíos es increíblemente satisfactorio y un testimonio del coraje y la perseverancia de todos en nuestro equipo.

—Aparte de lo costoso que resulta hacer una película animada.

—Sí, la animación es extremadamente costosa y requiere del trabajo y talento creativo de mucha gente. La animacion 2D es un trabajo 100% artesanal ya que implica pintar la película a mano cuadro a cuadro. Y para poder hacer eso necesitábamos presupuesto. Felizmente conseguimos inversionistas privados, logramos una coproducción entre México y Canadá, así como fondos de incentivo cultural que nos ayudaron mucho con la estructura de financiamiento. A partir de ahí, armamos todo el equipo: el director es Rodrigo Pérez-Castro, quien es mexicano pero ha vivido toda su vida en Canadá. Él ha trabajado para películas como «Ice Age» o «Rio» y es una persona con muchísimo talento y experiencia. Una vez que lo tuvimos, seguimos con el resto, entre ellos Simón Varela, nuestro production designer, que ha trabajado en reconocidas películas como «Book of Life» y «Finding Nemo». Tambien hicimos 10 canciones originales para el soundtrack (Marc Anthony, Becky G, Carlos Rivera, Tini, Mau & Ricky, entre otros) producidas por Magnus Media y Sony Music Latin.

"Koati"

—El director es mexicano y el producer designer es salvadoreño. Eso aparte de usted, que es venezolana. ¿Fue intencional hacer un equipo de origen latino? ¿Hay más venezolanos dentro de la película?

—Quisimos sumar el mayor número de personas latinoamericanas posible, que estuvieran en el mundo de la animación, por supuesto, pero que también quisieran cantarle a Latinoamérica. No es una película mexicana, colombiana o venezolana, aunque sea una tendencia en el cine darle una región específica a las películas. Quisimos hacer una cinta para toda Latinoamérica en general. De hecho, nuestro mundo es un resumen de las cosas más lindas de América Latina y no de una región en particular. Dentro de la animación 2D no hay muchos latinoamericanos, pero sí a nivel de talento. Te pudiera decir que 80% de todo nuestro talento es latinoamericano, con representación de Venezuela, claro. Entre ellos Evaluna Montaner, Orlando Urdaneta, tres o cuatro compositores musicales y dentro del diseño de sonido también hay.

—Además de producirla, concibió la idea. ¿Cuál fue su función?

—Soy la creadora y la productora. Me encargué de identificar el concepto, definir cómo serían los personajes, imaginar el mundo y la trama. Y con esos elementos contratamos al resto del equipo de desarrollo,produccion y post-produccion.

—O sea, lideró toda la creación del mundo, de los personajes y de la trama. Ahora, ¿por qué un coatí y no otro animal como protagonista?

—La decisión de que el héroe fuera un coatí fue porque es un animal que está presente en gran parte de Latinoamérica. Y como te dije, el concepto era que la película tuviera presencia en una extensión amplia. El coatí no es un animal bonito, es decir, no es el animal que esperas que sea un héroe. Pero la película le canta a eso: es una historia fabulada de personajes que luchan y que logran los objetivos a pesar de que no necesariamente son los reyes de la selva o los más bonitos. Esa fue la razón por la que elegimos a este animalito, al menos a nivel conceptual. A nivel de técnica, queríamos un animal que pudiera utilizar las manos, pues a la hora de animar eso es muy importante, porque se podía animar de una manera mucho más humana.

—Los coatíes son juguetones y si le soy sincero, no los conocía hasta hace poco que tuve a uno en mis manos. Ahora los veo en todos lados.

—Sí, son muy juguetones. La gente no los conoce hasta que uno se los menciona y empiezan a verlos por todos lados, como tú dices. A nosotros nos pasó eso mismo en México: fuimos a visitar y vimos muchos coatíes.

"Koati"

—Otros animales latinoamericanos presentes en la película son la rana de cristal, la mariposa monarca, la cigüeña jabirú y la serpiente coral. Leí por ahí que algunas de estas especies están en peligro de extinción. ¿La película busca educar sobre la preservación de especies de fauna?

—Todos los animales de la película son latinoamericanos y, sí, varios están en peligro de extinción. Pero “Koati” no es una película documental ni que busca enseñar directamente. Lo que busca es el entretenimiento y que a los niños les guste, que se enamoren de los personajes. Ahora, si se enamoran del personaje y lo conocen, lo van a querer cuidar también. Entonces, ahí es donde entra el rol del WWF. Ellos empezaron a comunicar cuáles eran los animales de la película y cómo hacer para protegerlos: en especial con la mariposa monarca, el jaguar, el axolotl y la rana de cristal. Ese fue el compromiso de la película: vamos a entretener, pero también a concientizar a esta nueva generación.

—Y no queda duda de que el escenario es una selva latinoamericana.

—Claro, están el Salto Ángel, los cenotes, el santuario de las mariposas. Es un mundo utópico donde está representada Latinoamérica con su naturaleza. Al ser una película de puros animales, sin seres humanos, no hay mención a nada que haga referencias a lugares o tiempos. Hay unas pirámides mayas, pero no es el centro de la historia. El centro de la historia es el exilio de Nachi y su lucha contra Zaina.

"Koati"

—Vimos “Up”, “Coco”, “Encanto”. ¿A qué se debe ese boom de películas animadas sobre Latinoamérica? ¿A una audiencia latina que cada vez es mayor en Estados Unidos? ¿O las historias clásicas están agotadas?

—Creo que es fórmula de comercialización que manejan los grandes estudios de animación donde tratan de capitalizar mercados y apropiarse de una narrativa local que le da diversidad a su portafolio. Por eso ves “Coco” (México), “Encanto” (Colombia), “Raya” (Asia), “Luca” (Italia). Pero el talento es 100% de Hollywood sin ningún compromiso verdadero ni conocimiento del mundo y la narrativa que están queriendo representar. Es una fórmula que les ha funcionado bien y, con el acceso a las nuevas plataformas de distribución digitales, la audiencia les ha crecido. Lo lindo y único de “Koati” es que más de 80% de nuestro equipo son profesionales de primera en el mundo del entretenimiento y la animación, pero con un corazón y una herencia latina genuina y un compromiso a cantarle a nuestra gente y a nuestra tierra.

—Y ese mensaje parece estar muy presente en la película: no importa de dónde vengas, cualquiera puede ser un héroe de su propia historia.

—“Koati” tiene su propio sabor único. Es una comedia de acción y aventuras, pero también impulsamos una cierta visión poética en la forma en que retratamos visualmente este mundo. Un realismo mágico que le da una esencia latinoamericana muy particular. Los personajes y la trama están inspirados en las esperanzas y los sueños, los desafíos y las luchas de nosotros, los latinoamericanos de hoy. Tocamos dinámicas de poder y luchas sociales que son muy particulares de la región, lo que la hace muy auténtica.

Tampoco rehuimos explorar el lado más oscuro y agridulce del poder incontrolable de las fuerzas de la naturaleza, el ciclo de muerte y renacimiento, que son una parte esencial de cualquier buen mito.

El diseño de producción y dirección de arte de esta película es sobresaliente y muy diferente a cualquier otra película. Creo que la belleza radica en el hecho de que queríamos mantener una apariencia 2D mientras capitalizamos y maximizamos las nuevas herramientas digitales disponibles para hacer que se viera contemporánea y de alta calidad al mismo tiempo que preservábamos la artesanía de la animación dibujada a mano, tradicional. Es un regalo de América Latina para el mundo. Y esperamos que el público se enamore de nuestra naturaleza y se sienta inspirado con los personajes.

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