Javier Pacheco, un delivery bailarín que lleva alegría a domicilio

Al son de La Vaca Mu del grupo musical Mala Fe y con su uniforme de delivery de PedidosYa, Javier Pacheco se viralizó por primera vez en las redes sociales. El video lo publicó inicialmente en la red social TikTok, donde sus pasos de baile lograron acumular más de 400.000 vistas y 500 comentarios en tres horas.

Javier, quien ya había hechos algunas publicaciones en la red social, no esperó tener tanto alcance y menos que se difundiera en otras como Instagram y Facebook: «Yo lo hice como a las 4:00 de la tarde. En ese momento ya no había nada porque no es hora de almuerzo ni de cena. Estaba todo flojo y agarramos – sus compañeros y él – un teléfono y dije: ‘Me voy a ir al semáforo a bailar’. Lo monté y resulta que (…) se volvió viral. A la gente le gustó».

@deliverybailarinofficial #pedidosya ♬ La Vaca – Mala Fe

«Qué rico trabajar así», «Yo esperando mi pedido y él bailando», «Gracias por tu linda actitud. Así somos los venezolanos», «Dígame si el pedido es una sopa», fueron algunos de los comentarios que el joven, que ahora se hace llamar «delivery bailarín» recuerda de ese primer TikTok que posteó en febrero de 2021.

Delivery para generar más ingresos

Jeferson Javier Pacheco tiene 25 años y se incorporó a PedidosYa en noviembre de 2020 porque su trabajo anterior, como seguridad en una embajada, no le alcanzaba para sostenerse y afrontar la realidad que le venía: en pocos meses se convertiría en papá.

«Mi pareja estaba embarazada, y (…) tuve que optar por otro trabajo y meterme a delivery, que era lo que estaba dando en ese entonces», cuenta.

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Al principio le costó acostumbrarse, pero con el tiempo le tomó cariño a su empleo: «Me gusta de mi trabajo la química. Estoy en la calle y aprendo. Es un trabajo chévere porque uno conversa con las personas y se adapta. Día a día siempre hay algo nuevo, a pesar de las circunstancias».

Del año que lleva como delivery, ha aprendido que lo más complicado de su labor es mantener y trabajar la tolerancia: «Hay algunos clientes que te tratan mal. Tú estás alegre hoy y mañana te puede pasar algo. (…) no se dejan tratar y uno como siempre con la buena educación porque se supone que estás trabajando y debes entregarle su pedido bien. A pesar de como esté la situación, tienes que saber tratarlos. Siempre uno tiene que trabajar con la mejor actitud».

Y con la mejor actitud se refiere a comenzar la jornada a las 7:00 am, y explotar su personalidad en el transcurso del día ya sea haciendo mercado para los clientes o buscando el pedido en una cadena de comida rápida: «Soy una persona divertida. Siempre ando jugando y con buen humor».

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Un repartidor solicitado

«¿Por qué haces eso?», era la pregunta recurrente de sus colegas repartidores cada vez que Javier pedía ayuda para hacer un video tras ver el éxito del primero. Al principio les daba explicaciones, pero con el tiempo ellos comenzaron a buscar situaciones para filmar los bailes en sus tiempos libres.

«Tengo dos personas exclusivas que sí me han ayudado a grabar. Los llamo y les digo: ‘en este sitio hay un evento, vamos para allá y vienen. Grabamos y nos vamos'», dice el delivery.

¿Cuáles son los escenarios? Espacios públicos. En los más de 100 vídeos que acumula, destacan las zonas más reconocidas de la ciudad: la avenida Francisco de Miranda altura Chacao, la plaza Francia en Altamira, Centro Lido, cadenas de supermercados tradicionales, centros comerciales e incluso los mismos establecimientos donde busca los pedidos de los clientes.

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Cuando se le cuestiona sobre si ha incumplido su horario de entrega, Javier dice con confianza que solo le ha pasado dos veces: «Yo llamo al cliente y le digo que me tardaré 5 minutos porque hay mucha cola».

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Y sobre si ha tenido problemas con la compañía que representa, también es claro: «A las empresas les gusta. A PedidosYa le gusta, ellos me dicen: ‘de verdad que estamos agradecidos contigo porque a los clientes les gusta’. Hacen un pedido y dicen: ‘Quiero que lo lleve el delivery bailarín’. Pero es suerte que yo lo lleve y el cliente me reconozca'».

Es esa simpatía la que le ha dado la oportunidad de colaborar con la promoción de los emprendimientos de sus propios vecinos, en la parroquia El Valle, e incluso de darle visibilidad a negocios que no necesariamente están afiliados a la compañía para la que trabaja.

«Mucha gente me escribe por Instagram: ‘¿Cómo hago para contactar contigo. Quiero que hagas un video en mi local. Mi local está desde cero y quiero que lo des a conocer'», expresa. Las propuestas son varias y las toma con gusto, pero confiesa que hasta ahora solo una empresa, especializada en distribución de accesorios y repuestos para motos, le ha ofrecido un intercambio que le permitió poner su vehículo y herramienta de trabajo al día: «Me siento muy agradecido».

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La fórmula: ser auténtico

El delivery bailarín tiene ahora una comunidad que supera los 202.000 seguidores en TikTok y está formada por repartidores y migrantes venezolanos en Argentina, Chile, Panamá, México, Perú, Ecuador y hasta de Europa. Algunos creen que está fuera de Venezuela, pero siempre les responde que no, que continúa en el país para que las personas vean que «aquí también se puede ser feliz y trabajar».

@deliverybailarinofficial #Viral #venezuela #Chacao ♬ sonido original – Nene0130

Javier señala que aprovecha los videos para despejarse y divertirse, no para vivir. Reconoce que, al igual que sus compañeros, a él también le toca entregar pedidos bajo la lluvia torrencial en la autopista Francisco Fajardo o apresurarse para que la noche no lo agarre en las calles de Caracas.

«Yo me he limitado a no tener moto nueva. No me gusta tener moto nueva porque tienes el 80% asegurado de que te roben o te pase algo. Yo trabajo como hasta las 5 de la tarde, no espero que se haga de noche. No me gusta la oscuridad, no me gusta la noche porque ahí es donde pasan los accidentes y (…) muchas cosas», confiesa.

Pero antes de pensar en todas esas situaciones, que claramente le afectan, no duda en afirmar que su energía la enfoca más en su familia, el baloncesto y en tomar lo positivo de los comentarios que lee todos los días en las redes sociales: «Me dicen: ‘Mi abuela se ríe mucho contigo. Mis papás se ríen mucho contigo. Mándale saludos a mi familia. Me encanta tu actitud. Gente como tú es que se necesita en Venezuela'».

Sobre su experiencia publicando su día a día como repartidor solo puede decir una cosa: «Yo siento que logré ser yo mismo, porque así soy yo realmente, fuera del personaje. Fuera de mi casa. Yo siento que di a reconocer cómo es mi personalidad».