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Guaidó recobra impulso con negociaciones en México / Opinión

Esas no son buenas noticias para Maduro cuyo gran objetivo desde 2019 ha sido erradicar a Guaidó como opositor, cosa que no ha logrado. Ello explicaría sus ataques contra el líder opositor desde el 14 de agosto, porque sabe que este se recarga en su liderazgo con la iniciativa de México.

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Guaidó

No se sabe cómo terminarán las nuevas negociaciones entre chavismo y oposición en México, a partir del viernes 13 de agosto de 2021, si en éxito o en fracaso, total o parcial. Lo que si no admite dudas, es que la nueva ronda de encuentros entre el gobierno y sus opositores ha significado el relanzamiento de la figura de Juan Guaidó como el dirigente fundamental de la oposición. Vale decir, como aquel con el cual hay que hablar para buscar desenredar la situación venezolana.

A la hora de establecer el interlocutor del régimen en la mesa de negociación había muchos candidatos. O al menos muchos creían que debían ser convocados por ser parte de la oposición, o por ser miembros importantes de la sociedad civil. También, por creer que una institución era la que debía ser convocada.

Pero, los actores involucrados (Noruega, México, Rusia, Unión Europea, USA, Maduro y la oposición venezolana) decidieron que la “oposición” con la que debería sentarse el régimen venezolano era Juan Guaidó y lo que él representa. Nadie más.

Guaidó tiene la llave

A pesar del decaimiento de su liderazgo en el ancho mundo del ciudadano opositor en Venezuela, Guaidó sigue siendo, entonces, el interlocutor legítimo del mundo involucrado en las negociaciones. Y Maduro lo sabe. Para conseguir algo que alivie su situación financiera, solo Guaidó tiene la llave para abrir la caja fuerte.

Y el país también se da cuenta que, para buscarle salidas a la dramática situación humanitaria del país, solo Guaidó (quien sigue reconocido por Estados Unidos y la Unión Europea como presidente interino hasta tanto haya elecciones  libres) puede mover los intereses internacionales para que se avoquen a ello.

Esto equivale a un reconocimiento del régimen a quién es su oponente fundamental, aquel que puede representar a la mayoría del país que desea un cambio político democrático. Aquel que puede contar con un respaldo político del país a la hora de convocarlo a alguna iniciativa en favor de destrancar la realidad. Incluso, aquel que puede llamarlo a votar en unas eventuales elecciones libres, acordadas con el régimen.

Respaldo internacional

Pero, al margen de lo que se logre en la capital azteca, Guaidó saldrá fortalecido como el opositor con el que busca negociar Maduro y su régimen. El tipo con quien hay que hablar. Porque sabe que tiene el respaldo internacional decisivo para levantar las sanciones parcial o totalmente, porque sabe que es el único que puede comprometer al país democrático en algún acuerdo y porque cualquier otro actor, por más importante que sea, no cuenta con este perfil.

Sectores como el de la llamada Mesita (un grupo de supuestos opositores aliados del gobierno) y organizaciones de la sociedad civil, se quejan de no estar invitados.

Pero, en realidad, ¿qué podían aportar en una negociación donde el gobierno busca algo que solo Guaidó puede conseguir?

Disminuir el impacto de las sanciones y reconocerle al chavismo sus elecciones de 2018 y 2020. Estas dos solicitudes pasan por una decisión de la comunidad internacional que solo reconoce a Guaidó como líder o presidente interino, es decir, como el único con capacidad ejecutiva para comprometer al país.

Los demás actores que pretendían estar en México, no solo no representan la mayoría política venezolana, sino que solo podrían generar discusiones interminables, especialmente críticas de Guaidó.

Qué puede ofrecer Maduro

En la negociación el punto de tranca está en lo que puede ofrecer el régimen madurista. Mientras Guaidó puede aportar el levantamiento de sanciones, Maduro no parece tener nada de un peso equivalente que ofrecer en este terreno. Solo se aceptarán intercambiar elecciones libres por sanciones. Esa es la piedra de tranca de México 21.

«El logro menor para Guaidó sería intercambiar el levantamiento de sanciones por una promesa de condiciones democráticas para 2024 aunque para muchos en Venezuela cuesta tragar esa idea».

Y ese es el signo de estas negociaciones: las expectativas y aspiraciones de las partes están en las antípodas. Son excluyentes unas de otras, cuando sabemos que Maduro no tiene disposición a negociar su continuidad en el poder, al menos hasta 2024.

Más allá de eso, de los logros concretos de estos nuevos diálogos, sin embargo, la figura de Guaidó resurge reloaded. Esas no son buenas noticias para Maduro cuyo gran objetivo desde 2019 ha sido erradicar a Guaidó como opositor, cosa que no ha logrado. Ello explicaría sus ataques contra el líder opositor desde el 14 de agosto, porque sabe que este se recarga en su liderazgo con la iniciativa de México.

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