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Francesco Stifano: “Espero poder hacer más que Noel”

El técnico asume la dirección del Caracas con la idea de mejorar lo hecho por el histórico predecesor. La tarea no es sencilla, pero Stifano se la juega y asegura que su equipo tendrá un estilo diferente

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Tiene 41 años y los aparenta. Ya no es aquel joven técnico con sobrepeso que se fue a dirigir a Colombia hace dos años. Ese cambio físico en Francesco Stifano es futbolísticamente muy significativo: “Lo primero que me dijeron al llegar a Colombia es que no podía dirigir con tantos kilos de más”.

El nuevo técnico del Caracas lo que no ha cambiado es su personalidad y su don de gente tras estar un par de años al frente de un Primera colombiano como Aguilas Doradas, pero viene impresionado con la lealtad y el respeto que se maneja en el balompié del país vecino. Ese aprendizaje ya lo trasladó a sus nuevos dirigidos, al dirigirse a cada uno de ellos de forma franca. Para muestra, un ejemplo: “A Richard Celis le dije que las florituras no lo van a llevar a ninguna parte. No es posible que un jugador con quince goles y diez asistencias no haya emigrado. Tiene que saber que las florituras están de más”, sentencia tajante.

Impresionado con el vecino país

El profesionalismo y el respeto con el que se relaciona el futbolista colombiano le hizo aprender que él también debe transmitir ese cambio de mentalidad al jugador criollo. “El jugador es un ser humano que uno debe respetar. Que el jugador debe aprender que cultural e integralmente debemos ser otros para poder crecer. Me marcó que en el fútbol colombiano las cosas se hacen por capacidad, convencimiento, compromiso, por lealtad”, revela Stifano, conocido por su cercanía con los dirigidos y el entorno que lo rodea.

Stifano se encuentra con un nuevo y distinto fútbol nacional: “Me encuentro con un fútbol de un crecimiento importante y vertiginoso. Me da gusto. Con 16 equipos el torneo será competitivo, todos se están reforzando de gran manera hay mucho interés en los que están involucrados. Veo más profesionalismo, equipos surgiendo positivamente como Hermanos Colmenárez y UCV”, asegura, resaltando siempre que la posibilidad de que menos equipos en la máxima categoría puedan hacer más atractiva la competencia por concentrar a los mejores futbolistas en menos equipos.

¿Retroceder?

Dirigir dos años en Colombia para luego regresar a Venezuela puede entenderse como un retroceso o estancamiento en su carrera, pero él pone un alto en esa sentencia y argumenta bien por qué no lo es: “Depende a dónde vuelvas y por qué vuelvas. Si vuelves a un equipo como Caracas donde vas a jugar Copa Libertadores y todo lo que representa, es un paso hacia adelante. Si te llama un equipo como este y lo comparas con otros de afuera y ves dónde está considerado Caracas, en mi carrera estoy dando un paso adelante”, afirma.

América de Cali en Colombia y Huachipato en Chile negociaron con el caraqueño en su momento, pero las condiciones no estaban dadas para asumir en esos equipos. Incluso Zamora lo tentó a principios de diciembre, cuando aún dirigía a Aguilas Doradas. Varias ofertas en el tapete y se decantó por Caracas, por regresar al país, aun cuando su meta es continuar su labor allende nuestras fronteras. “Teníamos unas propuestas del fútbol extranjero y no eran lo que queríamos en ese momento. Mi sueño es hacer dos años importantes con Caracas (tiene contrato por dos años con el rojo), pero quiero volver al extranjero y dejar claro que el sueño de uno como técnico venezolano es dirigir en algún momento la Selección”, responde.

Más que Chita

Habla de su Caracas. Tiene en mente hacer una buena Copa Libertadores, un reto mayor al que ya logró con aquel gran Zulia de la Copa Sudamericana 2019 que alcanzó los Cuartos de Final: “Saber que las últimas fases de grupos de los equipos venezolanos en Libertadores han sido buenas me hace una ilusión grande. Elegimos hacer una buena Copa y dársela a nuestro fútbol”, indica quien está a gusto con lo que le han dado en la Cota 905, más allá que el eterno rival, Táchira, se esté armando hasta los dientes: “Estoy muy contento y satisfecho. Falta un par de jugadores por llegar, uno para el medio y otro para el ataque que nos va a dar profundidad. La satisfacción es que hoy cuento con la mayoría de jugadores que fueron figuras el año pasado; estamos haciendo un equipo realmente competitivo”, complementa.

Es segunda vez que recoge el testigo campeonil de un ganador como Noel Sanvicente. En Zamora lo hizo: con la vara muy alta, logró superar a su mentor. Con él, mantiene una relación muy cercana: “La primera persona con la que hablé fue con Noel cuando me llamaron de Caracas; estoy seguro de que él tuvo mucho que ver con mi llegada cuando decidió no seguir. Hay una amistad y confianza enorme. Espero poder hacer más que Noel”. La vara está alta, otra vez.

Avisa que quiere dar continuidad estructural e institucional a lo que venía haciendo Sanvicente con las categorías menores, pero en el campo, será otro Caracas el que veremos: “Dependiendo de los que terminen quedando como volantes ofensivos y si llega el otro delantero, voy a tratar de jugar con dos atacantes y dejo un volante ofensivo de jerarquía en el banco. No vamos a cambiar gran cosa, pero le vamos a dar un toque personal a Caracas”, finaliza.

Francesco Stifano asume el reto más importante de su carrera en Venezuela. El club más campeón no quiere perder el paso campeonil de los últimos años y confía en el técnico caraqueño para mantenerlo. En un campeonato más competitivo, el Caracas de la autosustentación tratará de seguir a tope con un técnico probadamente triunfador.

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