Sucesos
En junio de 2011, revista Clímax investigó un caso que dejó a la opinión pública con la boca abierta. Un puñado de transexuales de la Av. Libertador, que se dedicaba a la prostitución, saltó de las camas a las páginas rojas de sucesos. Entonces, más de cinco asesinatos alarmaron a las autoridades. En 2016, algunos vecinos de la zona comentan que la historia no ha cambiado mucho. Un nuevo grupo de extorsionadores tima a quienes venden sus curvas en las calles del deseo Mientras Luisa cogía falsos y remendaba faldas, su hijo Luis Alberto, en la habitación contigua, rizaba sus pestañas. Desde que se estiró su esbeltez, en lugar de las sudaderas, gorras y koalas, gustaba de lentejuelas, carteras y labiales. Frente al espejo, el muchacho también retocaba el escote de su blusa verde manga larga. Esa noche del viernes 13 de mayo de 2011, pese a los malos agüeros que la tradición popular le achaca a la fecha, exhibiría sus coqueteos y gracias en la concupiscente avenida Libertador de Caracas. “Siempre supe que era diferente. Al principio me costó aceptarlo. Pero la sangre duele. Llama. Además, era hermosa”, se persuade Luisa con ese dejo que rezuma ternura y dolor. Antes de salir de su casa, en el barrio 5 de Julio de Petare, Luis, mejor conocido en sus andariegos y calenturientos trajines como “Luisa” —acaso en honor a quien lo parió—, no podía imaginar que los malditos destinos ya habían profetizado su suerte. Volvió al espejo para aprobar el maquillaje y soltó: “mamá quédate quieta. Tengo que hacer mucho dinero para ponerme bella. Si llego temprano te traigo unas empanadas”. Y partió en alegres zancadas. “No le pude decir adiós”, se lamenta la progenitora y el sonido del portazo final, que hizo retumbar el rancho, quiebra en añicos no sólo su talante luchador sino también su maternidad en luto.
8 feb 2015
19:00 PM