Venezuela

Estos son los sentimientos que afloran con el hambre

El hambre está mostrando una sombra que no conocíamos en la sociedad venezolana. La angustia, la depresión y el estrés están afectando a las familias, en especial, a muchos padres que no saben qué hacer cuando acuestan a sus hijos con el estómago vacío.

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FOTOGRAFÍA: ANDREA HERNÁNDEZ

Marisol Rodríguez, presidenta de la organización Psicólogos Sin Fronteras, ofreció este jueves una radiografía de lo que sienten los venezolanos con el fenómeno de la escasez de alimentos, un problema que, en su opinión, se ha convertido junto a la violencia en una nueva arma de control social para el gobierno.

Durante el foro «La escasez y el hambre en Venezuela como nueva realidad social» realizado en el Grupo Social Cesap en Caracas, la psicóloga advierte que la sensación de hambre está destruyendo el bienestar individual y colectivo.

Si bien es cierto que este fenómeno no es como el que se registra en el África Subsahariana, Rodríguez afirmó que este problema es inédito para el país y «no sabemos cómo afrontarlo».

«El hambre ya tiene repercusiones en la salud mental para los venezolanos», añadió la especialista al explicar la sensación de duelo que existe entre los ciudadanos por la impotencia de no llenar sus estómagos ni el de sus familiares.

Para Rodríguez, los sentimientos que despierta el hambre son:

Temor

La psicóloga sostuvo que la falta de alimentos genera un profundo sentimiento de ansiedad. Esto, a su vez, provoca una «obsesividad» por tener y encontrar comida entre muchos miembros de la familia. Hay quienes prefieren esconderla «para que no se acabe» en la casa, aseguró. El temor también se siente en la reducción de las porciones de comida. Una angustia y una preocupación que ataca fundamentalmente a los padres de familia, según la presidenta de Psicólogos Sin Fronteras.

Tristeza

La sensación de escasez de alimentos y la ausencia de oportunidades para conseguirla genera una tristeza profunda entre los venezolanos, apuntó Rodríguez. La psicóloga explicó que ese sentimiento lleva a muchos a tener «ideas fatalistas» y un «desmoronamiento» de su rol protector hacia sus seres queridos. No comer también genera una nostalgia «por lo que se comía» y despierta una sensación de «sacrificio» hacia los más vulnerables, agregó. En Venezuela hay un ambiente de pérdida y el duelo por no saciar el hambre.

Rabia

El no obtener alimentos básicos en la calle está generando un cóctel explosivo entre la población:  impotencia, irritabilidad y frustración. Rodríguez recordó que los saqueos en varias partes del país se explican por la alta conflictividad social generada por el hambre. «Hay un debilitamiento y disminución del individuo y sus capacidades» para afrontar las dificultades, sostuvo Marisol Rodríguez.

Alegría 

Pero la escasez y el hambre no solo generan sentimientos oscuros entre los venezolanos, advirtió Rodríguez. Para la experta, la falta de comida que afecta a muchas familias -en especial las pobres- está despertando solidaridad, empatía y respeto hacia el más vulnerable. No obstante, la psicóloga advierte las consecuencias que significa para muchos formarse en «un contexto de guerra» como el que, en su opinión, se vive en el país.

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