Venezuela

En Táchira se compra gasolina sin colas y a cualquier hora en pesos colombianos

La crisis de combustible cada día empeora en el estado Táchira. Durante la mañana de este viernes, interminables colas ocupaban calles y avenidas de San Cristóbal, volviendo intransitables las zonas adyacentes a las pocas estaciones de servicio que abrieron al público en la capital tachirense. La situación de desabastecimiento genera un mercado paralelo de venta de gasolina que va en aumento.

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Fotografía: Rosalinda Hernández

Los tachirenses se están viendo obligados a acudir al mercado negro para poder surtir los vehículos de combustible que están obligados a pagar en moneda extranjera, denunció el diputado a la Asamblea Nacional (AN), Franklyn Duarte.

“Cada día es peor la crisis del combustible. En recorrido pude constatar las largas colas en las estaciones de servicio y hay gran cantidad de ellas que están cerradas porque desde hace varios días no llega la gandola de gasolina. En las pocas donde se está surtiendo, las largas colas no tienen cuando terminar por lo que los tachirenses han optado por comprar el combustible en el mercado negro, entre 30.000 y 50.000 pesos el recipiente de 20 litros”, dijo Duarte.

La gente ha buscado la manera de resolver el día a día y quienes no pueden hacer una cola por razones laborales optan por repagar el combustible, una manera de subsistir y mantener operativo el vehículo, detalló el parlamentario.

La dirigencia del PSUV en Táchira, responsable  del abastecimiento de gasolina, «está obligada a dar una respuesta a los tachirenses sobre el desabastecimiento y hasta el momento no lo ha hecho», precisó Franklyn Duarte.

A su juicio, el partido de gobierno empleó meses atrás “falsos positivos” para después “ellos (PSUV) agarrarse el negocio de la gasolina y pasarla directamente a Colombia (…). Invito a los voceros del PSUV, a quienes usurpan el poder y tienen el control del combustible, a que den una solución a los ciudadanos antes que explote el Táchira”.

«No es posible que solo sea el mercado informal el lugar donde los habitantes del Táchira consigan los litros o cantidad de gasolina que quieran y que necesiten porque en las estaciones de servicio no hay gasolina, y en las pocas que llega las filas para surtir combustible controlado (venden entre 30 y 40 litros) son largas y a veces pagando en pesos colombianos un cupo en la cola», reiteró el diputado nacional.

En la frontera aumenta la crisis

En el municipio Junín, en la frontera del Táchira con Colombia, la escasez de combustible se vive peor y sus habitantes aseguran que el alcalde oficialista, Ángel Márquez, maneja la distribución de la gasolina como un negocio personal.

“No solo tienen el control de gas que han convertido en una mafia. Lo mismo sucede con la distribución de gasolina a las estaciones de combustible donde llegan esporádicamente las gandolas”, dijo Walter Chacón, habitante de Rubio.

Denunció que se ha creado un censo automotor en donde deben estar inscritos todos los vehículos que aspiren a poner gasolina en una de las dos únicas estaciones de servicio que sobreviven en la población fronteriza.

“Han reiniciado el censo para poder someter a la población de Rubio. Han cobrado entre 20.000 y 15.000 pesos colombianos (entre 100.000 y 133.000 bolívares) por el censo de cada vehículo. Se forman dos colas paralelas, la de quienes pagan y salen rápido y otra de personas que desafortunadamente no tienen dinero para pagar y deben esperar tres y cuatro días para poderse censar”, denunció.

Según Chacón, el alcalde ha perdido el norte y en lugar de dedicarse a solventar los problemas de la zona y mejorar los servicios públicos se ha dedicado a controlar el despacho del gas, la gasolina y cobrar por cada servicio que requiera autorización de su despacho, convirtiéndose en “el principal chantajista” de las comunidades.

Par quien no se somete a estas decisiones no le queda otra opción que recurrir al mercado alterno de combustible para surtir su vehículo, detalló Gabriel Fuentes, también habitante de Rubio.

“Todo es una mafia en Táchira y para todo hay que pagar. Mi carro no tiene el TAG para poder surtir de manera normal en las estaciones de servicio y no lo tiene porque para solicitar la cita hay que pagar 20.000 pesos, no hay otra manera de conseguirla. Cada dos semana compro gasolina a los revendedores, los precios varían dependiendo como están de abastecidos. Esta semana aumentó porque no han llegado muchas gandolas y la pimpina (recipiente de 20 litros) la están vendiendo en 30.000 pesos (200.000 bolívares, cinco salarios mínimos) y necesito dos recipientes (40 litros) para llenarlo”, explicó Fuentes.

Llamado a PDVSA

Luego de denunciar la permanencia de ciudadanos durante cuatro días en colas para comprar gasolina, expuestos a robos y demás actos vandálicos, el dirigente político del partido Copei y habitante de la población fronteriza de Capacho, Josè Gregorio Roa, señaló que en la frontera no queda otra opción que acudir al mercado negro para comprar la gasolina, cuyos precios pueden llegar hasta los 40.000 pesos colombianos (266.000 bolívares o al cambio del día).

“Los funcionarios que custodian las bombas de gasolina, prefieren llenarse los bolsillos que venderla al pueblo, que no es contrabandista y la utiliza para el día a día”.

Roa hizo un llamado de atención a PDVSA: “Ya no más humillaciones para el Táchira, ni para la frontera (…) se necesita gasolina para trabajar, para el transporte que ha venido en decadencia, impidiendo a la gente salir de sus casas porque no todo el mundo tiene pesos para pagar”.

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