Venezuela

En Caracas la basura es hoy el símbolo de la decadencia nacional

El próximo 10 de diciembre se llevarán a cabo en Venezuela las elecciones municipales, en las cuales serán escogidos por el voto popular 335 alcaldes. La alcaldía del municipio Libertador, en Caracas, es una de las más importantes, tanto por su peso político como porque concentra una muestra de los principales males que agobian a todo el país: el colapso de los servicios públicos, la violencia criminal, el deterioro urbano y el hambre de familias enteras que hurgan en los desperdicios.

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En Libertador -que cubre la mitad de la llamada Gran Caracas- se encuentra la sede del Palacio de Miraflores, donde funciona el despacho presidencial; también alberga la mayoría de las sedes de los poderes públicos, entre ellos el Consejo Nacional Electoral (CNE) la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y la mayoría de los ministerios.
La próxima autoridad que asuma la responsabilidad de administrar esta violenta ciudad, deberá enfrentar y buscar solución a una larga lista de problemas que no resolvió el alcalde saliente, Jorge Rodríguez, uno de los hombres duros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de la llamada «nomenklatura» que sustenta al presidente chavista Nicolás Maduro.
Uno de los problemas por resolver es la recolección de basura, que hasta ahora ha sido el dolor de los ciudadanos.
Caracas, una ciudad embasurada
En la capital de Venezuela se producen unas 2.500 toneladas de basura diariamente, lo que se traduce en 75.000 toneladas de desperdicios cada 30 días. Las autoridades de la alcaldía del municipio Libertador, que hasta hace poco fue encabezada por Jorge Rodríguez, ahora nuevo ministro de Comunicaciones, es el ente encargado de las labores de aseo urbano, a través de la empresa Supra.
En los últimos meses los habitantes de las 22 parroquias que conforman el municipio Libertador han levantado su voz de protesta para denunciar el pésimo servicio de recolección de basura. Es evidente la acumulación de desperdicios a cielo abierto en diferentes calles, avenidas, urbanizaciones, barriadas y demás espacios públicos.
“En la parroquia El Paraíso nos hemos visto en la obligación de quemar la basura para evitar los malos olores, proliferación de moscas y animales rastreros. Especialmente los fines de semana la situación se torna critica por la falta de recolección de desperdicios, un problema que afecta la salud de todos por igual, especialmente de los niños”, dijo Freddy Castillo, vecino de la avenida El Ejercito.
En distintos sectores de la parroquia Sucre, especialmente en la zona de Los Magallanes y la avenida Bolívar, la basura ha tomado las aceras y parte de la vialidad. “Todos los días es el mismo panorama: las calles llenas de basura, mal olientes. Es muy desagradable especialmente cuando en los lugares en donde se acumula la basura tienen que caminar los niños rumbo a la escuela”, señaló Maria Castro, vecina de Catia.
En la zona de El Junquito, así como en otros sectores de Caracas, los vecinos además de quejarse de que no se cumple el horario de recolección, también denuncian la falta de contenedores para colocar los desperdicios.
“En la vía principal de El Junquito, tenemos que colocar las bolsas de basura en el piso, ya que no hay contenedores de basura y los pocos que se encuentran están rotos, en muy mal estado, son otra basura más”, señaló Zulay Astudillo, vecina de la zona.
En la parte alta de La vega, los vecinos se han organizado y han hecho operativos de limpieza. Con sus propios medios trasladan la basura a otros lugares, en donde si pasan los camiones recolectores, ya que en la comunidad hace tiempo que el servicio es de pésima calidad.
Comiendo de la basura.
Diariamente en las calles de Caracas, aumentan los hombres, mujeres y hasta niños que buscan entre las bolsas de basura restos de alimentos para calmar su hambre, ante la falta de dinero para comprar comida. Los dueños de panaderías y restaurantes señalan que grupos de personas esperan a cualquier hora del día que saquen las bolsas con los desperdicios.
“Antes el problema eran los perros callejeros que rompían las bolsas buscando comida, ahora es la gente la que rompe las bolsas y riega los desperdicios, situación que le genera un grave problema a los obreros al momento de recoger los desperdicios”, señaló uno de los comerciantes en el centro de Caracas.
Otro de los comerciantes señaló que, tal como lo dice la ordenanza, se respetan los horarios de sacar la basura. “Lo que no se cumple es el horario de recolección de los camiones y los desperdicios se van acumulando”.
Sin equipos
Es común ver a los obreros dedicados a las labores de la limpieza que laboran para la empresa Supra Caracas recogiendo la basura sin los equipos necesarios para su labor. En su mayoría no cuentan con uniformes, guantes y tampoco tapa bocas.
Las autoridades municipales no cumplen con las disposiciones de la Ley Orgánica de prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, Lopcymat.
“En la empresa la mayoría de los camiones están parados por falta de repuesto. No nos han entregado los equipos de seguridad industrial y para colmo de males nos deben pasivos laborales. En la ciudad la mayoría de los contenedores no sirven, los vehículos especiales para levantarlos y vaciarlos en los camiones no sirven y nosotros tenemos que voltear los contenedores para sacar la basura de forma manual”, dijo uno de los obreros.
De forma rudimentaria crearon un método para recoger la basura del suelo, utilizando una sábana que llenan con desperdicios y luego descargan en el camión, tras un gran esfuerzo en cada cargada. Muchas veces terminan con parte de la basura encima, recogen los desperdicios con la mano, con pedazos de cartones, así como escobas y palas dañadas.
“Nos da mucha lástima tener que ver, cuando llegamos a recoger la basura, que hay personas revisando los desperdicios. Revisan hasta cuando las bolsas están dentro del camión, en busca de comida, especialmente en los alrededores de los mercados y las ferias en donde venden hortalizas”, dijo otro de los trabajadores.
Los caraqueños no saben cuál es el monto que pagan por el servicio de aseo urbano. La cancelación se realiza conjuntamente con la factura del servicio de electricidad, pero desde hace meses dejaron de llegar los recibos.
“El servicio de aseo urbano es uno de los peores que tiene Caracas, es un secreto a donde van a parar los recursos económicos que cancelamos. Los usuarios no vemos que colocan nuevos contenedores, no hay camiones, no hay equipos, Las Mayas está repleta de desperdicios, igual que las calles de la ciudad y los trabajadores se quejan de las deudas que tienen. No hay autoridad que supervise la empresa Supra”, dijo Olga de Llovera, vecina de la parroquia San Juan.
Las Mayas
En noviembre del 2008, cuando ya terminaba su segundo período de gobierno al frente de la alcaldía del municipio Libertador, Freddy Bernal, actual ministro de Agricultura Urbana, reinauguró, la planta de transferencia de basura, ubicada en la zona de Las Mayas, en la parroquia Coche, con la promesa que se acabaría el problema de la recolección de desperdicios en Caracas.
El día de la reinauguración, Bernal estaba acompañado por Jorge Rodríguez, aspirante a ser el nuevo alcalde de la ciudad y de Aristóbulo Istúriz, candidato a la alcaldía Metropolitana.
“Esta es una importante obra de la arquitectura moderna. La planta fue equipada con cuatro bocas compactadoras que podrán operar simultáneamente, lo que permitirá que se reduzca el tiempo de permanencia de los vehículos recolectores en el lugar y que a su vez éstos efectúen más recorridos en Caracas. Vamos a empezar las labores con 8 camiones, pero dentro de una semana se sumarán 20 nuevas unidades, para trasladar la basura hasta el relleno sanitario de La Bonanza, esto disminuirá el problema de aseo urbano y ya no veremos la basura regada en las calles”, dijo Bernal.
Esta promesa no sólo no se cumplió, sino que con Jorge Rodríguez como alcalde del municipio Libertador, el problema se ha incrementado. Las calles de Caracas se mantienen llenas de basura y en la planta de transferencia de Las Mayas hay toneladas de desperdicios acumulados.
César Rivero, vecino del sector Turmerito, señala que los habitantes de las comunidades que se ubican alrededor de la planta de transferencia de Las Mayas no soportan los malos olores, las moscas y animales rastreros.
“Dentro de las instalaciones se pueden observar las montañas de basura, una gran cantidad de camiones recolectores parados por falta de repuestos. Allí se puede ver llegar vehículos, no aptos para ello, que trasladan basura, entre ellos camiones de estaca, hemos denunciado la situación, a principio de año una comisión de la Asamblea Nacional, inspeccionó las instalaciones y declararon la alerta sanitaria, pero lejos de ofrecer solución, el problema se ha incrementado”, dijo Rivero.
Es así que el servicio de aseo urbano, es uno de los primeros problemas que tiene pendiente el alcalde que sea electo el próximo 10 de diciembre, en el municipio Libertador, donde es más grave y patente un drama sanitario que atraviesa toda Venezuela.
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