Economía

Venezolanos perciben el desabastecimiento menos grave que en 2016

Hay personas que aseguran existe una mejora de la situación de Venezuela con respecto a hace tres años. El deseo de emprender, de continuar en el país y seguir buscando soluciones se vuelve más común. Unos lo relacionan a la liberación de la política cambiaria y otros con una utopía que terminará en cualquier momento, pero ¿Qué fue lo que pasó?

Datanálisis Divisas Venezuela
Archivo El Estímulo
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Los venezolanos sienten que su estilo de vida ha mejorado con respecto a años anteriores, a pesar de que el país sigue atravesando una crisis sin precedentes. Con el pasar de los días, es más común evidenciar que el patrón de consumo aumentó, pero esa no es la realidad de todos los venezolanos.

No fue hace mucho cuando las personas debían hacer colas de horas para conseguir alimentos y otros productos básicos, ahora el problema es que la mayoría de los bienes solo se ven por medio de una vitrina. A un gran número de personas no les alcanza para comprarlos, aunque hacen lo posible para generar más ingresos.

A pesar de eso, la normalidad parece haber llegado. Determinar los nuevos factores que influyen en esta percepción no ha sido fácil, pero analistas de Datos Group establecieron algunos indicadores que esclarecen cuál es el nuevo motivo de la oscuridad que arropa al común.

Las nuevas políticas económicas, aranceles libres, aumento de comercios crean una atmósfera de cambio que no envuelve a todos. Ante esto, Luis Maturén, gerente general de la marca, presentó la siguiente interrogante en el evento Perspectivas 2020 de Venamcham: «¿Vivimos en una confusión o en una incertidumbre?».

La respuesta, por una parte, da fuerza al argumento de que un porcentaje del país está dentro de una burbuja y pronostica que envolverá a más personas.

¿Qué cambió?

Si bien es cierto que Venezuela continúa estancada en el entorno macroeconómico, la liberación del mercado interno y del control cambiario logró que los venezolanos reactivaran sus movimientos financieros.

De acuerdo con la encuesta del Espíritu Territorial Bruto (ETB) de Datos Group, el índice de confianza del consumidor se recuperó en 51% en 2019 con respecto a años anteriores.

En 2016, el pronóstico de confianza se ubicó en 34%, un porcentaje mínimo en la historia venezolana. El número más bajo registrado antes de ese año fue en 1996, con 36% debido a los reveses de la «Agenda Venezuela» del gobierno de Rafael Caldera.

Maturén señala que, si bien es cierto que los venezolanos compran más, la mayoría sigue teniendo un alto nivel de incertidumbre por causas distintas.

Hace cuatro años, el problema general respondía al desabastecimiento y para 2020 tomó su puesto el alto costo de la vida. En relación a esto, destaca que los venezolanos ven la situación como un intercambio de los actores económicos.

“El desabastecimiento es un problema del gobierno que no deja surtir los anaqueles. El problema del alto costo de la vida es mío que no gano lo suficiente porque el empresario no da el dinero”, explicó el representante.

El rebusque, una forma de sobrevivir

Con una economía hiperinflacionaria, los venezolanos buscan soluciones más allá de su trabajo formal para cubrir necesidades básicas. El mayor objetivo en la carrera por sobrevivir es captar divisas.

Datos Group determinó que 51% de los venezolanos genera ingresos, pero 33% de ese número opta por realizar actividades comerciales extras que aumentan su poder adquisitivo.

Conforme con la encuesta, esas personas que realizan un trabajo adicional reciben remuneraciones en dólares en 57%, ya sea en transferencia o efectivo.

“Tener divisas puede hacer mi vida diferente. Cambia la forma de ser. Tener divisas te da un estatus (…) tú ves cómo las personas  en el supermercado sacan con orgullo el billete de dólar”, expresa Luis Maturén.

La encuestadora totalizó los tipos de ingreso de las personas que trabajan y las que no para saber cuántos reciben dólares.

El 15% obtiene divisas por su trabajo principal, 10% por trabajos adicionales,  20% por trabajos dentro del país y 5% a distancia. Datos Group precisó que aunque 26% de las personas recibe remesas, solo 12% las obtiene en efectivo.

Asimismo, aclaró que es necesario filtrar los porcentajes porque existen cruces en la forma de obtener ingresos. Es decir, hay personas que manejan dólares por su trabajo y por remesas, y agruparlos en distintos segmentos provocaría un número erróneo.

Aun así, la proporción total de venezolanos que tiene ingresos en moneda dura es 27%.

Un país con diferentes realidades

El hecho de que 1 de cada 4 venezolanos tenga estas condiciones de vida crea grupos con diferentes patrones de respuesta que agudizan la sensación de incertidumbre y confusión del resto.

“Hay una realidad en Caracas, hay una realidad en el interior y una realidad en Maracaibo y San Cristóbal”, declara Maturén.

Los números obtenidos muestran que, para 2020, se reactivó la migración interna a Caracas en 22%. El representante relaciona esta situación con la evidente percepción de estabilidad de la capital en comparación con la situación del interior, donde existe una crisis de servicios públicos y hay sectores económicos inmovilizados.

Para el gerente general de Datos Group, la impresión de progreso económico que tienen los venezolanos con respecto a 2016 se apoya en apreciaciones subjetivas.

“Ellos no te dicen que están bien ahora, es que comparado con el pasado perciben que están mejor, aunque saben que la situación es grave y crítica”, explica el representante.

Aseveró que el mercado venezolano tiene que ser consciente de que está lidiando con un patrón de consumo que se mueve por emociones.

Además, entiende que la confianza del consumidor puede transformarse en cualquier momento y por eso, es necesario aprovechar las oportunidades que ofrece cada una de estas realidades.

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