Mercados

¿Espejismo en Wall Street?: Las bolsas suben mientras millones de familias están arruinadas

Pero la euforia de los mercados está alejada de la realidad de millones de personas preocupadas por saber si mantendrán sus trabajos en los próximos meses a medida que se implementan nuevas restricciones ante la segunda ola de contagios del coronavirus.

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La paradoja de la economía estadounidense continúa: Wall Street goza de buena salud mientras el consumo baja, las pequeñas empresas luchan por sobrevivir y millones de desempleados pronto se encontrarán sin recursos en medio de un rebrote del coronavirus.

La Bolsa de Nueva York cerró en máximos históricos el lunes, entusiasmada por la perspectiva de una vacuna contra el covid-19 anunciada por Moderna, una semana después de un anuncio similar de Pfizer y BioNTech.

Pero la euforia de los mercados está alejada de la realidad de millones de personas preocupadas por saber si mantendrán sus trabajos en los próximos meses a medida que se implementan nuevas restricciones ante la segunda ola de contagios del coronavirus.

«El repunte de la bolsa es bueno, pero no afecta la renta que dispone un gran segmento de la población. Wall Street no es ‘Main Street’,» estimó el economista Joel Naroff.

Este martes, la Bolsa de Nueva York se vio atrapada en esta dicotomía: abrió a la baja decepcionada porque el consumo, principal motor de la economía estadounidense, se ralentizó en octubre.

Las ventas minoristas aumentaron por sexto mes, para alcanzar los 553.300 millones de dólares en octubre, apenas un leve aumento de 0,3% respecto a septiembre y menos pronunciado que en los meses previos, indicó el Departamento de Comercio.

Y pese a que las ventas superan en 5,7% su nivel del año pasado, hay preocupación por lo que ocurrirá en las semanas venideras.

«La perspectiva a corto plazo es preocupante», advirtió Gregory Daco, analista de Oxford Economics.

Inseguridad alimentaria

«Creemos que las ventas se contraerán en noviembre y diciembre a medida que aumenten las hospitalizaciones. Esto también podría llevar a más despidos y cierres permanentes de negocios», consideró la economista Diane Swonk en un tuit.

Estados Unidos sufre una preocupante progresión en los contagios de coronavirus, lo que conlleva nuevas restricciones a la actividad en ciudades como Chicago o Filadelfia y estados como Dakota del Norte, cuyo gobernador republicano se había resistido hasta el momento a dictar medidas restrictivas.

Esta segunda ola también coincide con el vencimiento del plazo a fin de año de la ayuda extraordinaria aprobada por el Congreso en marzo, tras un acuerdo con la Casa Blanca, en momentos de una paralización generalizada de la actividad económica del país al inicio de la pandemia.

A fines de diciembre, los subsidios por desempleo volverán a ser por un máximo de seis meses.

Las personas que perdieron sus trabajos en los despidos masivos en la primavera boreal ya no serán beneficiaros de esas prestaciones.

Y tampoco habrá más subsidios para trabajadores autónomos y pacientes de covid-19, a quienes se les habían extendido temporalmente los derechos de desempleo.

«La inseguridad alimentaria aumenta», alertó Swonk.

La Casa Blanca, en medio de una transición problemática en la medida que el presidente saliente Donald Trump no reconoce al mandatario electo Joe Biden, dio rienda suelta al Congreso para acordar una nueva ayuda económica.

Pero los desacuerdos entre demócratas y republicanos son tan profundos que parece difícil que logren un compromiso en las próximas semanas.

Biden, que asumirá el gobierno el 20 de enero, exhortó el lunes al Congreso a votar «rápidamente» un plan de asistencia a la economía, alertando que «las cosas se pondrán más difíciles» para las pequeñas empresas y los hogares fragilizados.

Ventas en línea

Las pequeñas empresas aguardan una nueva ronda de préstamos como parte del eventual próximo paquete de estímulo.

Según el diario The Wall Street Journal, muchas de esas pequeñas empresas cerraron sus puertas pese al programa PPP de cientos de miles de millones de dólares que aportó el gobierno federal en créditos y garantías y que se quedó sin fondos en agosto.

Y las tiendas tradicionales sufren mientras que las ventas online se disparan: aumentaron un 29,1% entre octubre de 2019 y octubre de 2020.

Las ventas de los grandes almacenes cayeron 4,6% en octubre respecto a septiembre y un 11,9% desde octubre de 2019.

Incluso el gigante mundial de la distribución Walmart, considerado un barómetro del consumo en los hogares de bajos ingresos y la clase media estadounidense, quiere enfocarse en el desarrollo de sus ventas en línea, que se han disparado desde el inicio de la pandemia.

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