Banca y Finanzas

Banca venezolana sufre una lenta y silenciosa extinción

Siete años de depresión económica con cuatro de hiperinflación arrasaron buena parte de la economía venezolana. Uno de los sectores más golpeados ha sido el de la banca y finanzas, con instituciones que a duras penas sobreviven hoy, llevadas a su mínima expresión. En las condiciones actuales serían incapaces de respaldar una anhelada recuperación del país.

BCV asfixia a la banca con encaje legal
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En Venezuela, 30 bancos y 760 agencias han cerrado sus puertas, el número de cajeros automáticos activos se desplomó de 9.395 en 2013 a 2.823 en 2021; más de la mitad de los empleos en la banca se han perdido y el tamaño del sistema bancario nacional es equiparable al de un solo banco muy pequeño de Brasil.

La reciente reducción del encaje legal de 85% a 73%. o la autorización dada por el gobierno a los bancos para prestar el 10% de sus depósitos en divisas, no resolverán este proceso que ha llevado a la casi total extinción a un sistema financiero que era uno de los más prósperos de América Latina.

En el año 2000, los depósitos y los créditos bancarios en Venezuela equivalían a 17,2% y 10% del Producto Interno Bruto (PIB), respectivamente. En la actualidad, ambos indicadores representan menos del 1% del PIB.

Tota lña cartera de crédito sumada de todos los bancos públicos y privados del país cerró en 2021 en 1.492 millones de bolívares. A la tasa de cambio de cierre de diciembre eso supuso apenas 326,5 millones de dólares, de acuerdo a las cifras de Sudeban, la Superintendencia .

Eso representa apenas 11,4 dólares en crédito activo por cada venezolano dentro del país.

Lo que es más, todo el patrimonio de la banca venezolana era de apenas $1.194 millones al cierre de 2021. En promedio, cada banco valdría solo $42 millones si todos fueran del mismo tamaño.

Como señala un reciente trabajo de El Estímulo: TODO el sistema bancario venezolano es del mismo tamaño en activos que el Global Bank de Panamá, el cual a su vez representa apenas el 4,1% de todos los activos del sistema bancario de la pequeña nación del Canal.

 Números rojos

La “revolución socialista del siglo 21” redujo la economía venezolana a una quinta parte de lo que era en 2013, cuando Nicolás Maduro asumió la Presidencia de la República tras la muerte de Hugo Chávez, y la banca fue uno de los sectores más afectados por la recesión económica que postró al país hasta el año 2021.

El sistema bancario que ha logrado sobrevivir está hoy en peligro de extinción y las medidas recientemente tomadas por el gobierno para reactivar la intermediación financiera, un factor clave para sostener el crecimiento económico, no son suficientes para remediar su crisis actual.

Entre 2016 y 2021, 30 bancos murieron en Venezuela, producto de intervenciones y privatizaciones estatales o fusiones privadas. Indicadores claves del sector se mantuvieron en rojo en ese período: se perdieron 33.240 empleos bancarios (44% del total), 760 agencias bancarias cerraron sus puertas (21% del total) y se redujo a la mitad el número de cajeros automáticos activos durante la pandemia, de acuerdo con la Federación de Trabajadores Bancarios y Afines (Fetrabanca).

Gráfica 1: Empleos, agencias y cajeros perdidos (2016-2021)
Año                  Bancos           Empleos          Agencias           Cajeros
2016                    58                     75.000                 3.550                   9.395*
2019                                              50.300                 3.250                  7.512
2020                                             46.400                 3.100                   5.762
2021                   28                      41.760                  2.790                   2.823

*2013
Fuente: Fetrabanca, IIES y Sudeban*

En la actualidad, el tamaño del sistema bancario nacional es equiparable al de uno solo de los bancos de Brasil, Colombia o Panamá.

Encaje como pañito de agua

El gobierno anunció semanas atrás la reducción del porcentaje de los depósitos del público esterilizados en el Banco Central, el llamado encaje legal, desde 85% a 73% del total. También autorizó a los bancos a prestar el 10% de sus depósitos en divisas. Se supone que estas  medidas sean un factor determinante para la reactivación del crédito bancario y la sostenibilidad del crecimiento económico iniciado en 2021, pero eso no resolverá esta crisis de la banca venezolana.

«Como sector económico la banca sigue achicándose, cada día se cierran más oficinas, más sucursales y los empleados tratan de buscar nuevos horizontes y no es nada fácil. El encaje legal está afectando mucho a la banca y los créditos son muy escasos, para no decir que fueron casi nulos en el 2021”, resalta Claudio Rivas, secretario general de Fetrabanca. la federación de sindicatos del sector.

Evolución del encaje legal en Venezuela

Abril 2014:       21,4%

Octubre 2018: 31%

Febrero 2019: 57%

Abril 2020:     93%

Enero 2021:    85%

Enero 2022:   73%

Fuente: BCV

Depósitos bancarios insignificantes

Las bases de datos que maneja el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), muestran cifras aún peores.

Durante el gobierno de Nicolás Maduro, más de la mitad de los empleos bancarios se han perdido: 53,8%, para ser exactos.

“En el año 2000, los depósitos bancarios equivalían a 17,2% del Producto Interno Bruto (PIB, o suma total de riqueza que genera un país). El año pasado solo representaron 0,10%. Y si evaluamos la relación créditos-PIB, que es otro indicador clave para medir la bancarización de un país, en 2000 los créditos representaban 10% del PIB y al cierre de 2021 ni siquiera llegó al 1%”, señala el doctor en Economía Luis Zambrano Sequín, profesor e investigador del IIES-UCAB.

Entre los principales factores que han afectado al sistema bancario en los últimos años destacan el reducido nivel de actividad económica interna, las muy elevadas tasas de inflación, las restricciones impuestas por las decisiones de política monetaria y financiera, dirigidas a minimizar el crédito interno, y el acelerado proceso de dolarización.

Crédito bancario como proporción del PIB en 2020

País        Crédito interno como % del PIB

Chile                             147.7

Ecuador                        50.5

Costa Rica                    90.9

México                          64.3

Panamá                        95.0

Venezuela                    0.05

Fuentes: IIES de UCAB, a partir de datos del Banco Mundial y FMI

“Las restricciones de liquidez generadas por un encaje legal desproporcionado, la baja demanda crediticia consecuencia del bajo nivel de actividad interna y el elevado costo del crédito inducido por la indexación del valor de los préstamos a la evolución del tipo de cambio, han determinado que los bancos en Venezuela más que intermediarios financieros se desempeñen como custodios de efectivo y valores y proveedores de servicios transaccionales”, concluye el IIES en su Informe de Coyuntura Económica publicado esta semana.

Los economistas del IIES estiman que las dos medidas del gobierno referidas anteriormente (encaje legal en 73% y créditos indexados del 10% de los depósitos en divisas) permitirán incrementar el crédito interno en 2022, pero de manera insignificante: el aumento oscilará entre $161 millones y $184 millones.

Demanda insatisfecha

Proyectan que eso aumentaría la cartera de crédito en 57% y que la relación crédito interno/PIB podría elevarse hasta 7%, en el mejor de los escenarios posibles. Pero ese porcentaje aún quedaría muy por debajo de los niveles que prevalecen en otros países de la región y que esto no permitirá satisfacer la demanda existente.

“Aunque son incrementos importantes en términos relativos, en términos absolutos el impacto de estas medidas es más bien reducido; la relación crédito/PIB, seguirá siendo, por mucho, la más baja en la región latinoamericana y en el mundo”, enfatiza el IIES.

La firma de consultoría Ecoanalítica, por su parte, calcula que el sector privado requiere alrededor de $6.000 millones de financiamiento para poder reactivarse y que para que esto ocurra no solo se debería liberar el encaje por completo (bajarlo de 73% a 10% o 5%), sino optimizar el ecosistema para permitir a los bancos operar en divisas con un marco macroprudencial y regulatorio distinto al actual.

En modo supervivencia

El sistema bancario venezolano actual es muy distinto al previo a la revolución socialista, no solo por las cifras en rojo de sus balances, sino también por el amplio dominio de la banca pública sobre la privada, entre otros factores.

Por ejemplo, el Banco de Venezuela, un banco público desde 2008 y con vínculos muy estrechos con la autoridad fiscal y la monetaria, ejerce una clara posición de dominio en prácticamente todas las áreas relevantes: en 2021 poseía el 62% del patrimonio total de la banca, el 67% de los activos totales, concentraba el 46% de las captaciones totales del público y el 86% de los depósitos en divisas. Además, tenía en su cartera de inversiones el 88% de los títulos y valores colocados por el sector público en el sistema financiero local.

Sin embargo, la banca privada sigue predominando en el área de concesión de créditos: otorgó el 75% de los préstamos el año pasado.

La banca privada ha perdido mucho terreno en los últimos años y es probable que esta tendencia se profundice en 2022 y los venideros, a menos que haya un cambio estructural en el modelo económico venezolano. Hoy no solo está en juego la supervivencia de entidades bancarias pequeñas, como las dedicadas a las microfinanzas que han salido del mercado en los últimos años, sino otras de peso global, como el Citibank, cuya salida definitiva se formalizó a finales de 2021.

¿Negocio inviable?

«La banca venezolana no solo es minúscula, y por ende no puede apoyar al sector privado, es que además el negocio se está volviendo inviable y los resultados preocupan», resaltó el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica recientemente.

Desde su perspectiva, el problema no es solo el encaje legal. El tema de fondo es que esta economía en bolívares cada vez es más pequeña y por eso resulta recomendable ampliar los créditos en divisas y activar lo antes posible un sistema de compensación bancaria en el sistema bancario nacional.

El economista y analista de riesgo bancario Leonardo Buniak sostiene que, al reducir el encaje solo a 73%, no se va a lograr reactivar el crédito bancario de manera significativa ni volverán los préstamos para hipotecas, ni vehículos ni de tarjetas de crédito. Incluso duda de la posibilidad de que esto permita aumentar las carteras de crédito empresariales y comerciales en forma importante.

Buniak asegura que esa medida solo permitirá a la banca reducir sus niveles de incumplimiento del encaje.

En 2021, ese incumplimiento superó los mil millones de bolívares y supuso multas y aumento de costos financieros importantes para los bancos. Al bajarlo a 73%, el nivel de incumplimiento se reducirá y mejorará los niveles de rentabilidad de la banca, pero no permitirá prestar al país lo suficiente como para acelerar el crecimiento de la economía venezolana, de acuerdo con el experto en riesgo bancario.

ABV: Sin crédito no se puede crecer

“Con el encaje legal impuesto, la banca se ha reducido profundamente y ha tenido que reducir personal y agencias, eso es en todos los bancos. El conjunto de la banca venezolana es hoy menos que un solo banco brasileño. Cómo vamos a ser capaces de financiar las necesidades individuales de los venezolanos si todo lo tenemos en el Banco Central”, advirtió José María Nogueroles, presidente de la Asociación Bancaria de Venezuela (ABV) y fundador de Banco Nacional de Crédito, durante una entrevista concedida a Unión Radio.

La dramática disminución del sector financiero nacional responde a las políticas públicas aplicadas por el Ejecutivo y sus consecuencias, entre las que destacan la megadevaluación de la moneda nacional, 50 meses de hiperinflación y 8 años de recesión en los que se mantuvo la economía venezolana, desde 2014 hasta 2021.

Sin crédito no hay crecimiento

“El sector financiero de Venezuela está muy disminuido, por una sencilla razón: no hay ningún país en el mundo que puede vivir con un encaje legal a la banca de 93% (ni 85% ni 73%). Yo respeto mucho a la gente del Banco Central de Venezuela, creo que ellos tienen un objetivo (controlar la inflación), pero con un encaje así ninguno de nuestros muchachos hoy puede tener acceso a una vivienda, a estudios, a trabajo a veces… porque con un encaje de esa magnitud no hay crédito. Y si no hay crédito no hay manera, no hay posibilidades de crecer”, declaró Nogueroles.

En Europa, Estados Unidos, Chile o Costa Rica, un matrimonio joven puede comprar un apartamento o una casita con un préstamo bancario y pagarla en 30 años, si sus miembros cuentan con un empleo o tienen otro tipo de ingresos, pero aquí en Venezuela las nuevas generaciones no tienen esa facilidad.

“La tuvimos en el pasado y tenemos que volver a ello. ¿Cómo? La autoridad monetaria lo que intenta es restringir la hiperinflación que sufrimos hasta hace poco. Todavía seguimos en inflación alta, no en hiper, pero seguimos en inflación. El problema de Venezuela básicamente es que hoy en día casi todo se importa, y al importar tú no estas creando fuentes de trabajo. Eso hay que cambiarlo. Tenemos que producir aquí la mayoría de las cosas que consumimos y para producir tenemos que reactivar el crédito”, añadió.

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