Economía

Vuelan con el ala rota

Aviones en tierra por falta de divisas para comprar repuestos es el más patente de los problemas que vive el sector y que trae como consecuencia constantes retrasos en vuelos y la imposibilidad de aprovechar la demanda de viajeros que no consiguen pasajes en líneas aéreas internacionales. Sin embargo, hay optimismo en algunas empresas.

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El transporte aéreo nacional vive una situación turbulenta. A mediados de septiembre buena parte de la flota continuaba en tierra por falta de repuestos. Mientras, los viajeros padecen las consecuencias, especialmente la demora de los vuelos nacionales e, incluso, internacionales operados por compañías venezolanas.
En el último año la situación ha ido más allá y miles de viajeros han quedado varados dentro y fuera del país. El caso más patente es de Conviasa, que dejó embarcados recientemente a pasajeros en las rutas a Madrid y Buenos Aires, por falta de aviones -fletados en estas rutas- en la reciente temporada de vacaciones. Fuentes consultadas, que no quisieron ser citadas, agregaron la tardanza de la estatal en cumplir los compromisos asumidos en los contratos de leasing.
Pero la demora y cancelación eventual de vuelos es apenas una arista de las que dibujan la crisis que afecta al sector aéreo nacional y que se ha acentuado por la escasez de divisas.
Las presiones también han dejado como resultado un debilitamiento del gremio, lo cual se hace visible en el silencio de muchos años de la Cámara Venezolana de Transporte Aéreo (Ceveta) y el retiro de algunas empresas afiliadas a la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (Alav). En julio pasado, Santa Bárbara Airlines y Laser abandonaron la institución, que agrupa a 24 compañías de pasajeros y carga, la mayoría de ellas internacionales.
Un vocero acreditado, pero no dispuesto a alimentar más la confrontación entre empresas, gremios y Gobierno, asegura que con el control de cambio es muy difícil superar el rosario de problemas que pende de las líneas aéreas venezolanas y que, dicho sea de paso, no distingue entre empresas públicas y privadas.
-A la espera de repuestos-
De acuerdo con el más reciente informe de la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (Alav), actualizado al 15 de septiembre, la flota aérea nacional está conformada por 125 unidades, de las cuales 67 (51,66%) están operativas. El documento precisa que 43 equipos (35,83%) se encuentran en mantenimiento programado o no. La falta de repuestos es la razón por la cual muchos equipos están en tierra.
La fuente asegura que Conviasa que, paradójicamente, cuenta con la flota promedio más joven y que tumbó en 10 años -de 35 a 25- la edad promedio del parque aéreo nacional, tiene muchos aviones parados. Según el reporte de Alav, la estatal mantiene en tierra 14 de 37 aeronaves, incluyendo el Airbus con el que cubría la ruta a Madrid y que está en mantenimiento en Francia desde hace más de un año.
Y en este sector, donde la seguridad es clave, avión que no está apto, avión que se queda en tierra.
“Los aviones que están volando, en teoría, están seguros, pero cada vez que tienen problemas y las empresas no cuentan con partes y piezas, entonces se paran los equipos y en muchos casos son canibalizados (usados como partes repuestos)”, comentó otra de las fuentes consultadas.
Se calcula que en esta industria, las empresas privadas reciben divisas al menos con siete meses de retraso, lo que les ha cerrado la posibilidad de contar con líneas de crédito en el exterior.
Aunque no pasa por el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex), Conviasa se encuentra con la traba de no poder alquilar aviones a menos que deposite por adelantado los pagos de los contratos de leasing (alquiler), problema que se hizo patente con la reciente crisis que atravesó la empresa en rutas internacionales de largo alcance.
A ello se suma que las empresas de reaseguro, todas establecidas en el exterior, exigen a las aerolíneas venezolanas garantías colaterales.
-Otra cara-
Erwin Genie, que hace cinco meses asumió la presidencia de La Venezolana, empresa que a comienzos de este año suspendió por más de un mes sus operaciones al no contar con divisas para pagar el seguro de sus aeronaves, mira el sector desde otra perspectiva.
Asegura que los retrasos que viven los viajeros a diario en los aeropuertos nacionales obedecen a varios factores y no solo a la falta de equipos. Señaló que en esta época del año el mal tiempo obliga a desviar aviones y agregó como problemas que complican el panorama la falta de personal capacitado para trabajar en los terminales, especialmente en rampas y zonas remotas de embarque. Suma el ausentismo que -en su opinión- ha generado la Ley Orgánica del Trabajo y la inamovilidad, las cuales -dijo- impiden que las calificaciones de despido procedan ante las inspectorías. La existencia de un solo autobús para surtir combustible a aviones en Maiquetía es mencionado como otro elemento que contribuye a retrasar las salidas y llegadas de vuelos.
Genie es uno de los nuevos socios de la aerolínea cuya base de operaciones está en Maracaibo.
Señala que de siete aeronaves, cuatro están operativas, aunque el reporte de Alav asegura que la compañía vuela solo con tres equipos.
En enero pasado, cuando suspendió operaciones, La Venezolana contaba con nueve aviones, de los cuales siete estaban en tierra por falta de repuestos.
La flota de Ravsa Venezolana, nombre de la compañía, tiene una edad promedio de 30 años, la segunda más vieja del sector después de Rutaca.
Genie y sus socios son optimistas. La empresa planea incorporar tres nuevas aeronaves a línea de vuelo a finales del mes de noviembre, una vez cumplan con las especificaciones del fabricante y las exigencias del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac).
“Somos vigilantes en el tema de seguridad y de mantenimiento de aviones. Aterrizas en un aeropuerto y sin avisar `caen` los inspectores del Inac, por una luz que no prende”, comentó en entrevista tras asegurar que a diario vuela en aviones tanto de La Venezolana como de la competencia.
“Si no fuese seguro volar en el país, no sería socio en una empresa de aviación”, expresó.
Recientemente, aerolíneas y aeropuertos nacionales fueron objeto de una inspección por parte de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés).
Genie espera que el resultado de esa visita sea positivo para el país y las empresas del sector. La Venezolana aprovechará de solicitar permiso para volar a Fort Lauderdale y Atlanta.
Mientras, la compañía aguarda por el visto bueno del Gobierno a su plan de renovación de flota, que debe contemplar la opción a compra de los equipos cuando se trate de contratos de leasing.
-Sin mucho margen de maniobra-
Genie aseguró que las divisas están fluyendo en el sector y que Cencoex y Veximca, importadora estatal, pagan directamente a proveedores de partes y piezas.
No obstante, uno de los entrevistados, que no quiso revelar su identidad, señaló que las empresas nacionales afrontan la crisis de divisas con vuelos charter que hacen al Caribe, los cuales cobran en dólares a las agencias de viaje.
La fuente resaltó que la escasez de divisas y tarifas nacionales “bajas”, o al menos reguladas, hacen cuesta arriba la renovación de flota por parte de la empresa privada. “La solución no es fácil si hay control de cambio”, manifestó.
La situación que vive el sector, con una buena cantidad de aviones en tierra, no ha permitido que las aerolíneas nacionales hayan podido aprovechar al máximo la demanda de viajeros que se ha generado tras la limitada operación de las internacionales.
Genie asegura que la ocupación se mantiene alta y La Venezolana, que vuela a Panamá, Aruba, República Dominicana y Trinidad, registra una ocupación de 100% especialmente hacia los destinos que están siendo usados por los venezolanos como puente para seguir a otros puntos en el mundo.
“Las (aerolíneas) venezolanas que estamos volando al exterior cada día quisiéramos aumentar la frecuencia de vuelos para captar esa demanda de viajeros”, expresó.
Para realizar esta nota solicitamos entrevista con Pedro González, presidente del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac), pero al cierre de esta edición el Ministerio de Transporte Acuático y Aéreo no había dado respuesta a nuestro requerimiento.]]>

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