Opinión

El Barinazo (la gran enseñanza de elecciones en Barinas)

Lo de Barinas ha sido un estallido de ciudadanía y democracia en medio de un régimen dictatorial. El barinazo le despejó el camino a una oposición que pierde la ruta cada cierto tiempo y ha devenido en un sacudón político dentro del régimen.

Barinas, el Barinazo contra el chavismo
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El pueblo de Barinas se le alzó al chavismo y al madurismo en su cara, pues casi toda la cúpula dominante merodeaba por las calles llaneras buscando cambiar la voluntad mayoritaria del ciudadano.

La angustia comienza a apoderarse de la claque chavomadurista, al pensar que los venezolanos sabrán asumir, en adelante, y guiados por el ejemplo de Barinas, cualquier tipo de elección, incluso las que carezcan de condiciones, como la ganada el 9E por la oposición, siempre que sea con una unidad casi total.

La gran enseñanza de Barinas es que, si bien hay que exigir elecciones democráticas, de no lograrse, se puede participar en las elecciones dictatoriales, aprovechándolas para derrotar al régimen. Y los comicios que vendrán (revocatorio y 2024) no tendrán condiciones distintas a las exhibidas en Barinas, si no peores. La dirigencia opositora debe luchar por adelantar las elecciones presidenciales y por mejores condiciones electorales, pero de no conseguirlas, no debe hacer mutis sino que debe preparar una estrategia para utilizar las elecciones manipuladas y sin condiciones que son las que ofrecerá el régimen en 2024.

La fórmula de la victoria

Barinas ha demostrado que las elecciones amañadas se pueden ganar, siempre que se aplique la fórmula: deseo de cambio + unidad lo más amplia posible + alta participación ciudadana= cambio político.

Obviamente, la operación no será tan cómoda como el despeje de una ecuación sobre un papel, sino la difícil solución en el terreno de la confrontación política, del problema venezolano. Y el factor de fondo en todo esto, presentes los otros elementos de la fórmula, es la autonomía del elector al votar frente a una política que pretende controlarlo para siempre. Esa fue la clave que, en Barinas, produjo un nocaut político frente al cual el fraude es casi imposible.

Pero para que ese elector se pronuncie debe la oposición brindarle el instrumento político mediante el cual expresarse, que no es otro que una gran alianza unitaria del mayor número de partidos posibles, en torno a un candidato plenamente legitimado en elecciones primarias organizadas por la propia oposición.

El gran logro de Barinas: La derrota del régimen

El pueblo de Barinas derrotó apabullantemente al régimen neodictatorial de Nicolás Maduro. No derrotó solo a un candidato impuesto por Caracas. No. Venció al sistema. Con sus votos, los barinenses vencieron al TSJ, al CNE, a la AN, al ejecutivo, a la FAN, a las milicias, a los colectivos, a las facciones de la guerrilla colombiana y a otros apoyos internacionales, cada uno de los cuales, tuvo una cuota parte de la responsabilidad del zarpazo del 21N sobre la voluntad soberana del elector barinense. Todo un estallido sociopolítico frente a tanta incuria. Ninguno se atrevió a desconocer el resultado, más bien, el derrotado se apresuró a reconocer al ganador.

La arrogancia sale cara

Otra lección de Barinas es que la arrogancia sale cara. La fatal arrogancia autoritaria del madurismo, aprendida del chavismo, los llevó a realizar una operación temeraria, de usurpación del poder popular a escala regional, pensando que podían torcer la disposición de la gente. Error fatal. La arrogancia les ha salido más cara de lo que esperaban.

No solo perdieron la elección, con lo cual perdió el madurismo. También perdieron la gobernación, con lo cual perdió la familia Chávez, el último reducto de poder que tenían. La familia de más poder político en el país en el siglo XXI, hoy se limita a unos pocos cargos en el Estado. Los barinenses votaron contra los Chávez, pues soportaban un modelo político aparte, dentro del autoritarismo nacional, un gobierno familiar. Una dinastía política patrimonialista, que veía al estado como algo propio y se consideraba como el único gobierno posible en la entidad y la manejaban a placer. En esto devino la “revolución” socialista de Chávez.

Error de cálculo

Y el más grave error fue no saber calcular la reacción de un pueblo al que maltratas, desconociendo su voluntad, al que irrespetas con tanto clientelismo de opereta. No contaban con la autonomía del pueblo. Por más que han intentado capturar el alma popular no han podido, y los barinenses se salieron del corsé chavista, como lo ha venido haciendo el resto de los venezolanos. Los jerarcas creyeron que el clientelismo, el ventajismo, el autoritarismo y la intimidación, serían suficientes para voltear el resultado del 21N.

Y la gente les demostró que había más rechazo en Barinas y sumó unos cuantos puntos más de participación. Con lo cual le están diciendo a los Chávez que ya pasó de ellos. Hace rato que el chavismo y el madurismo entraron en un declive electoral cada vez más pronunciado. Si en Venezuela hubiera elecciones libres, justas y limpias, ya hubieran salido del poder.

Pero, también pueden salir en elecciones no libres, injustas y corruptas. Este es el gran mensaje que manda Barinas: El aprendizaje no es solo que si se puede ganar, sino que se puede ganar usando las elecciones autoritarias para salir del autoritarismo. Preparemos esa estrategia con tiempo. Este 9 de enero comenzó un período en el cual se debe preparar e implementar la estrategia para salir del madurismo y del régimen en 3 años. Tenemos por delante el trienio del cambio democrático, iniciado con buenos augurios por el barinazo.

El régimen no es tan inteligente como creen algunos

El régimen, al que muchos consideran todopoderoso, no demostró mucha inteligencia en este caso. Lo que pudo ser una derrota por pocos votos el 21N, se transformó el 9E en una derrota completa y apabullante tanto del madurismo como del chavismo, por más de 43 mil sufragios.

Según el CNE, con una participación de 51,89 %:

Sergio Garrido (MUD + otros partidos): 172.497 votos – 55,36 %;

Jorge Arreaza (PSUV): 128.583 votos – 41,27 %

Claudio Fermín (Alianza Democrática): 5.996 votos – 1,77%.

Y lo más importante es que sus manipulaciones autoritarias permitieron que surgiera un movimiento social y político articulado electoralmente; un espíritu de cuerpo ciudadano; una nueva identidad política, en respuesta integral al chavismo y al madurismo. Barinas dejó atrás la política del siglo XXI e, invita, al resto del país, a seguir su ejemplo.

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