Economía

¿De verdad es la hora de los emprendimientos?

En octubre fue sancionada la Ley de Fomento del Emprendimiento y su vigencia coincide con que algo se está moviendo en la economía nacional generando la ilusión de estar en fase de recuperación. ¿Es así? ¿Llegó el momento de invertir?

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Es verdad que la caída del PIB se detuvo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la economía venezolana crezca 1,5% tanto en 2022 como en 2023. Y cree que la inflación cerrará en 500% en 2022.

El presidente de DatinCorp, Jesús Seguías, estima que la hiperinflación ya pasó. Y Nicolás Maduro dijo en fecha reciente que “Venezuela no se arregló, pero está mejorando”. En medio de todo esto, está la Ley de Fomento del Emprendimiento, promulgada el 15 de octubre de 2021.

Ecoanalítica vaticina que el flujo de caja del gobierno por exportaciones petroleras tendrá un repunte de 141,4% en 2022. Pareciera un momento propicio para los emprendedores.

Se ha creado todo un andamiaje digital, como el portal Vitrinavenezuela.com, para registrar los nuevos emprendimientos, y hasta una línea de motos para delivery lanzó Maduro el mes pasado en cadena nacional.

Surgen algunas interrogantes: ¿realmente estamos ante la recuperación de la economía del país? ¿qué cosa diferencia el rebusque del emprendimiento? ¿cuáles son las potenciales fuentes de financiamiento? Y puestos en la situación de emprender: ¿cuáles son los mejores nichos? Para dirimir estas dudas, conversamos con tres expertos en la materia.

¿Se recupera la economía?

Ronald Balza Guanipa, decano de la Facultad de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), no está tan seguro de que se pueda hablar de una recuperación económica de Venezuela.

“Lo primero es saber hasta qué punto se ha detenido la caída en el PIB y en qué sectores, pero no es algo que podamos medir con toda la información necesaria. El Banco Central de Venezuela dejó de publicar información nacional el primer trimestre de 2019, y después de eso vino la pandemia. De modo que lo que suele verse como signos de recuperación de la economía parece más por evidencia anecdótica o por observación de sectores como el comercio. En Caracas además, no tienen en cuenta los problemas de recuperación que implican que no haya servicio de luz, agua o Internet”, comienza por limpiar de polvo y paja.

Por lo tanto, le parece que no es muy preciso presumir una recuperación general de la economía. Lo segundo, avanza, es que la guerra por la invasión de Rusia a Ucrania ha disparado los precios del petróleo, pero no sabemos “a qué destina esos recursos el gobierno desde 2016, que fue cuando presentó el último presupuesto”.

No se sabe qué tanto pueda incidir el aumento del ingreso petrolero en la recuperación del país. Por otro lado, no se ha visto –argumenta- de manera pública que haya acciones para mejorar los servicios de luz, agua y telecomunicaciones.

Con respecto a la Ley de Emprendimiento dice haberla leído, y sazona con algunos condimentos: “La ley define el emprendimiento con la condición de que se registre como tal, y eso vale por dos años, luego tiene que pasar al registro mercantil, así que lo que se registra como emprendimiento deja de serlo al pasar al registro mercantil”, aclara Ronald Balza.

Dice que se podría considerar que todo emprendimiento es una empresa, porque combina factores de producción para generar un producto, y puede generar empleo. Pero hay empresas grandes, medianas y pequeñas, dependiendo de la cantidad de empleados, si tienen edificios, flotas de vehículos, etcétera.

Al hablar del emprendimiento ahora algunos suponen -porque está en discusión-, que es una forma de autoempleo. El ingreso podría ser relativamente bajo. Pero si el emprendimiento crece no depende solo del financiamiento, sino de la capacidad para vender.

¿Y el financiamiento?

A veces cuando se habla de las personas que trabajan en su casa haciendo tortas, ejemplifica, eso no necesariamente termina en una panadería, pero “la persona no queda con deudas. Hay que preguntarse cuál es la función del financiamiento, y si lo debe acometer el gobierno”, explica Balza.

También hay que preguntarse, indica, si hay que enfocarse en financiamientos diferenciales, cuando las grandes empresas no pueden financiarse con la banca local, porque la misma se redujo de forma sustancial, no hay un mercado de valores masivo en Venezuela, y pedir préstamos afuera es costoso. Muchos emprendimientos se financian con ahorros.

En este orden de ideas, le parece más importante pensar en la solidez del mercado financiero local, que en si el gobierno puede crear un fondo de financiamiento de emprendimientos o no, porque al final “no rinden cuentas de nada”.

En su lado de la cancha, Luz Aimara Morales es directora del Centro de Innovación y Emprendimiento de la UCAB. Le parece que uno puede ver como una buena noticia la Ley de Fomento del Emprendimiento, que surjan iniciativas emprendedoras: “Entre los artículos tienen un apartado que se refiere a estímulos tributarios, simplificación de trámites, pero para tener todos estos beneficios debes estar en el Registro Nacional de Emprendedores”.

Se habla –explica- de un Fondo Nacional para el Emprendimiento como forma para financiar a través de recursos aprobados por el Ejecutivo, recursos reembolsables a emprendedores, de bienes provenientes de donaciones, entre otras formas de financiamiento.

¿Y la confianza?

Pero, “lamentablemente para emprender se necesita confianza, y esto lo da el marco jurídico, ya ahí hay una barrera”. Luego, se van a simplificar los trámites de registro, pero tenemos la nueva Ley de Registros y Notarias, más el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras. Ahí hay una contradicción en la seguridad jurídica.

La banca no es una opción real de financiamiento, asegura, el networking es lo que trae las posibilidades, dar a conocer el producto. “Todo el que está trabajando en formación de emprendedores trata de dar alguna oportunidad de posicionar el producto. Pero no hay caminos institucionales para que los aportes ocurran”, se refiere a la cruda realidad de aquel que sale de su zona de confort.

-¿Qué diferencia hay entre rebusque y emprendimiento?

-Actualmente muchas personas están emprendiendo, pero es para cubrir las necesidades básicas de su núcleo familiar. Eso es lo que se conoce como un emprendimiento de subsistencia. Se diferencia de un emprendimiento dinámico, o gacela, en que estos tienen potencial de crecimiento. La diferencia entre uno es el enfoque del emprendedor. El producto o servicio puede ser el mismo, pero la diferencia está en el modelo de negocio. Uno es a pequeña escala, y el otro tiene todo un potencial de crecimiento, porque tiene la aspiración de poder constituirse en una empresa.

-¿Cuáles son los mejores nichos para emprender en Venezuela hoy?

-Todo lo que tiene que ver con servicios. La producción está muy disminuida y terminan siendo de mejor calidad los productos que se importan. El producto local tiene que pagar permisos y demás, y con esta Ley de Emprendimiento eso se va a suavizar, pero al final termina siendo mucho más costoso producir aquí.

Algunos emprendedores tecnológicos están ofreciendo servicios para empresas que están fuera del país. Lo triste es que a veces se tiene la idea de que el emprendedor venezolano es bueno, pero cobra más barato. Los buscan como mano de obra barata, pero acá la vida es muy costosa, y estos emprendedores tecnológicos terminan cobrando la tarifa de un emprendedor foráneo. Sin embargo, el hecho de que nos busquen por ser más económicos es un incentivo para jóvenes que se encargan de manejo de redes, trabajo remoto; podemos ser una oportunidad en ese nicho de mercado.

Crear una empresa no es fácil

Consultamos la opinión de Henkel García, director de la firma Econométrica, para tener un ángulo más sobre mercados y economía real.

-Ya se detuvo la caída abrupta del PIB que tuvimos en los últimos 8 años, hay ligeros signos de recuperación, altos precios del petróleo, se habla de un incremento sustancial del PIB petrolero, es un entorno que parecería propicio para emprender. Pero, ¿qué puede decir de la Ley de Emprendimiento?

-En asunto de leyes los abogados pueden dar opiniones con mucha más base. Pero lo que yo he conversado con algunos abogados es que no agrega mucho, y genera algunas restricciones. Crear una empresa en Venezuela no es ni rápido ni barato. Eso va en contra de una eventual política de fomento del emprendimiento. Luego, no tenemos Estado de derecho, ni seguridad jurídica, y eso no es bueno.

-Pensando ya en emprender, ¿cuáles son los sectores de la sociedad que tienen más posibilidades de hacerlo, y cuáles serían los nichos más favorables?

-A mí me parece que Instagram es un gran market place en Venezuela. Ahí hay un gran mercado. Luego está el delivery. Son empresas que tienen facturaciones importantes. Desde comida, y sobre todo vestido y calzado. Emprendimientos que nacieron entre los últimos dos o tres años. Los bodegones están saturados. No he visto empresas que monten fábricas, líneas de producción. La gente tiene que emprender en lo que le guste y sea bueno. Que te guste, que tengas habilidad y sea algo que el mercado necesite.

-¿Qué diferencia hay entre el rebusque y el emprendimiento?

-Muchos son proyectos para redondear el ingreso de tu trabajo. Pero cuando tienes un proyecto delineado que se vislumbre en el tiempo, ahí está la diferencia.

-El gobierno está dando algunos créditos, y exigiendo a la banca que otorgue  créditos que no está en capacidad de dar. ¿Cuáles pueden ser las posibles fuentes de financiamiento para los emprendedores?

-Acá hay mucho de friends and family (amigos y familia), y hay algunas incubadoras, y se abren las puertas a inversionistas ángeles. Hay algunas firmas dedicadas a analizar emprendimientos, pero por lo general son cifras bajas las que se otorgan. A medida que vaya apareciendo el crédito bancario tendrá un efecto importante, porque es la vía de financiamiento más expandida en el mundo.

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