Venezuela

Cuarentena y prevención son de vida o muerte por coronavirus en Venezuela

Venezuela es uno de los peores lugares del mundo para afrontar la embestida de Covid-19. El deplorable estado de la red hospitalaria, la nula dotación de insumos y la ausencia de servicios elementales, como agua y electricidad, hacen que eludir la posibilidad de ir a esos centros sea un desafío de similar calibre al de acatar celosamente las medidas de resguardo e higiene

Daniel Hernández/El Estímulo
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Desde hace muchos años el sistema sanitario de Venezuela está colapsado, por lo que es mejor mantener la cuarentena y prevención en casa , con medidas básicas, para evitar el infierno de un hospital en medio de la pandemia del coronavirus.

En Venezuela ni siquiera es relevante la cifra real de contagiados a la fecha.

Lo crucial ahora es evitar un escenario en que la pandemia se extienda, como ocurrió en Europa y en China, coincidieron varias fuentes consultadas por El Estímulo.  Algunas de ellas permanecen bajo condición de anonimato para preservar su integridad.

«Por razones estructurales, no coyunturales, esto va a ser una amenaza para el sistema de salud», advirtió una fuente.

Ya el colapso de la economía ha hecho su parte.

En todo el país hay solo 100 unidades de respiración asistida, según registros de médicos organizados.

Este es un equipo que ha sido esencial en Europa para salvar vidas de pacientes complicados por la Covid-19. Algunos médicos han tenido que elegir a quién salvan.

La precariedad de Venezuela

Si en Venezuela se repitieran las proporciones registradas en la ciudad china de Wuhan, donde se originó la epidemia, haría falta 1.000 veces ese número de unidades, advierte un médico en un mensaje privado para sus compañeros de promoción, que se filtró en días recientes.

El problema adicional es que nadie sabe a ciencia cierta cómo se comportará el virus en Venezuela. De cualquier forma, el sistema sanitario no está preparado para lo peor.

El régimen de Nicolás Maduro ha adoptado medidas de cuarentena y prevención que han sido reconocidas hasta por sus opositores. Cerraron el libre tránsito entre estados y municipios, limitaron horarios del comercio y promovieron información en las calles.

Venezolanos en cuarentena

Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

También ha anunciado que recibe ayuda de China, a través de un «puente aéreo», para enfrentar la pandemia.

Pero en un país sometido a una grave depresión económica y con déficit crónico de alimentos,  la cuarentena tendrá efectos colaterales.

En algún momento habrá que elegir entre flexibilizar el confinamiento o ayudar a resucitar la economía, según analistas políticos.

Cada distancia reduce el riesgo

Los esfuerzos de los sanitaristas y gobiernos en el mundo apuntan a «aplanar» la curva de casos con cuarentena y prevención. Con esto se evitan los picos para ganar tiempo y atacar la saturación de los servicios de emergencia.

Pero ¿qué pasa en un país como Venezuela, donde ya el sistema de salud está colapsado y las personas suelen morir más por falta de medicinas, equipos y atención que por las propias enfermedades?

Líderes mundiales conocidos por su temple y firmeza, como Angela Merkel, han advertido con miedo y preocupación la amenaza que enfrentan inclusive países con envidiables sistemas de salud y protección social, como Alemania.

“Las medidas más sostenibles deben ser adoptadas cuando la incidencia de la infección es baja”, advierte en una entrevista con el New York Times, el epidemiólogo Bill Hanage, de la Universidad de Harvard.

Junto con su esposa, Helen Jenkins, de la Universidad de Boston, han diseñado un simple diagrama para ilustrar cómo evitar cada contacto social puede ser determinante para frenar la expansión de una epidemia.

“Cuando la incidencia es alta, la única forma de salvar vidas ses con intervenciones realmente extremas”, agrega en clara alusión a los confinamientos obligatorios, los bloqueos y la salida de la policía y el ejército a la calle, como en Italia.

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#UnAlientoEnCuarentena | La locutora y comediante Verónica Gómez saluda a todos aquellos que cumplen la cuarentena y recuerda que esto también pasará.

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Altamente contagioso

“El coronavirus puede no ser peligroso para la mayoría de las personas”, dicen.

Si están por debajo de los 40 años y no tienen condiciones de comorbilidad (enfermedades previas, como autoinmunes, del sistema cardiovascular, las asociadas a la edad), “probablemente van a estar bien”, explica Hanage.

«Pero el coronavirus es lo suficientemente transmisible como para infectar un gran número de personas. Y  hasta una pequeña fracción de un gran número puede ser un gran número, ciertamente suficiente como para sobrepasar nuestro sistema de salud”, advierte.

“Si cada persona infectada contagia el coronavirus a otras dos personas, la cadena de infecciones puede crecer exponencialmente”, ilustra el diagrama.

Hasta las 11 de la noche del sábado 22 de marzo en Estados Unidos se habían reportado 26.900 casos confirmados, de ellos 2.693 en el último día, con 46 nuevas muertes (348 en total).

En Venezuela, las autoridades al mando del manejo de esta crisis reportaban 70 casos.

Golpes a la puerta

“Un solo caso ya es una epidemia”, advertía para este artículo un muy reconocido médico sanitarista cuyo nombre preferimos obviar porque ha sido amenazado por las fuerzas de seguridad del chavismo.

De hecho, en la noche del sábado, el periodista Darvinson Rojas fue detenido de manera arbitraria, su casa allanada y su padre golpeado, por la temida FAES (Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional).

Le pedían revelar la fuente de unas estadísticas que ponían en duda la versión oficial sobre el número de casos, según denunciaron la propia víctima y el gremio de periodistas.

Pero, independientemente del número de casos que haya en Venezuela de Covid-19, ya el sistema de salud estaba colapsado, como puede comprobar cualquiera que necesite un analgésico en un hospital.

Es un hecho público: por ejemplo el hospital Periférico de Coche, en el sureste de Caracas, está cerrado y nadie sabe cuándo atenderá aunque sea emergencias.

Este hospital es uno de los centros «centinela», designados por el régimen de Nicolás Maduro para atender la emergencia.

«Esto ya es un mensaje claro», dijo un médico sanitarista a El Estímulo.

Médicos sin tapabocas ni agua

Más de 75% de los hospitales públicos del país no están preparados para atender la pandemia del Covid-19, según gremios de médicos.

“NADA. Ni siquiera nos han dotado de tapabocas, ¡algo esencial! No hay agua en lavamanos, no tenemos ni siquiera alcohol isopropílico. ¡Sin guantes ni lentes!”, se quejaba, en comunicación con El Estímulo, un médico en un dispensario ambulatorio que atiende barriadas pobres del estado Aragua.

Hasta los gatos, muchos gatos, “andan como Pedro por su casa”, por el dispensario, observa sobre las condiciones de salubridad.

Aragua, estado del centro de Venezuela, sufre una crónica contaminación atmosférica. Es provocada por botaderos de basura al aire libre que suelen ser incendiados, por fábricas altamente contaminantes, por el polvo y por el humo de los incendios de cañaverales.

“La gente ha hecho lo que le da la gana. Por aquí la gente juega dominó, relajada como si nada”, dice un joven médico sobre el ambiente en la barriada pobre donde trabaja.

Pobreza incuba la epidemia

No es muy diferente a lo que ocurre en Petare, en el populoso este de Caracas.

Allí el gobierno de Maduro ha ordenado operativos hasta para lavar las calles en la parte baja del distrito, pero arriba en las barriadas no llega el agua desde hace más de cuatro meses, según denuncian los vecinos.

Más de la mitad de la fuerza laboral de Venezuela vive en la informalidad. La mayoría en el comercio ambulante en calles de pueblos y ciudades.

Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Una simple tarjeta de débito, los puntos de pago, aparatos celulares, bolsas plásticas, mostradores, pasamanos, puertas de casas y vehículos, asientos de motocicletas, vasos y botellas, la piel de manos y rostros, el roce de la ropa, pueden albergar el coronavirus.

Cuando la gente circula por la calle, se eleva exponencialmente la posibilidad de hacer contacto con estas superficies.

Pero cómo obligar a estas personas a quedarse confinadas, cuando cada día cuenta para poder comer. No tienen reservas de alimentos en casa, ni fuentes estables de ingresos.

“Dios nos guarde, porque ya sabemos las condiciones de todos los centros de salud”, dice el joven médico.

“Cuando comiencen los pacientes a presentar síntomas, en las condiciones en que estamos y la insalubridad, con estos factores de riesgo la enfermedad puede agravarse. En vez de ser morbilidad va a ser mortalidad”, advierte.

Este profesional teme que en esta semana, la segunda en la fase de incubación del virus, muchos pacientes comiencen a presentar sintomatología.

La realidad del sistema público de salud de Venezuela es pública, notoria y comunicacional.

Esto hace más pertinente la cuarentena y prevención como mejor vacuna para la Covid-19, que se contagia a alta velocidad en todo el mundo.

El enigma del coronavirus

Poco se conoce hoy sobre el comportamiento del coronavirus en climas tropicales, pero anuncios de casos de contagio local en Ecuador, en Venezuela, Panamá, Colombia y Brasil comienza a dejar en entredicho la tesis inicial de que el coronavirus sufre y muere con el calor.

Ya en el trópico absoluto de América del Sur, en la canícula de Centroamérica y en el soleado Caribe no solo hay contagios importados en aviones desde el hemisferio norte, donde transcurre el invierno boreal.

La recomendación es permanecer aislados en casa en el confinamiento indefinido, evitar contacto social y lavarse las manos frecuentemente, mantener la higiene en todo lo que uno toca, usar tapaboca y desinfectantes. En síntesis, cuarentena y prevención.

Estas son, hasta ahora, las únicas fórmulas probadas para evitar la propagación de una enfermedad potencialmente letal entre los sectores más vulnerables de la población en cualquier país.

Pero, ¿qué hay de Venezuela?

Este es el único país del mundo asolado por  una depresión económica que dura seis años en fila. También sufre una de las hiperinflaciones más virulentas  y largas de la historia económica mundial.

En este país se han acumulado durante décadas enormes abismos sociales entre una pequeña élite acomodada y una vasta mayoría pobre.

Los últimos de la fila no cuentan con condiciones de vida esenciales en cualquier país normal, como pueden serlo Italia o España: agua corriente, electricidad estable, seguridad social, alimentación adecuada, transporte público, gas y combustibles.

La vasta mayoría no tiene ingresos suficientes para comprar medicinas, o pagarse una póliza de seguros privada.

“Cualquier que se detenga un minuto de la cuarentena a pensar en estas razones, debería entender que estamos ante una amenaza real”, señaló un analista de entorno que prefirió el anonimato.

Hospitales sin agua

La Encuesta Nacional de Hospitales, ´de agosto y septiembre de 2019, elaborada por “Médicos por la Salud”, una red de estos profesionales, resume este cuadro.

La mayoría de los hospitales de Venezuela reporta intermitencia en el servicio de agua, con suministro una o dos veces por semana.

Apeoximadamente 20% reporta que no tienen agua en ningún momento de la semana, y  solo 9% de los hospitales monitoreados reporta agua de forma regular y continua.

En 83% de las emergencias se reportan fallas constantes en el servicio de agua.

“Venezuela es un caso muy extraño en donde los hospitales no tienen agua”, señala José María de Viana, uno de los más respetados expertos en temas hidrológicos en el país.

“Afuera no se entiende cómo centros de salud de referencia nacional, los principales centros de atención hospitalaria, funcionan sin agua. La gente no lo puede entender, piensan que son exageraciones nuestras, pero es la verdad”, dice.

Si alguien en Venezuela tiene que ir a parar a un hospital público, tiene que llevar por delante su propia agua para beber y para lavarse las manos.

Y asearse aunque sea con baldes.

Esto hace más serio y riesgoso lidiar con cualquier epidemia.

“En esta situación tener dificultades con el agua complica muchísimo las cosas”, dice De Viana, quien coordina estudios de servicios públicos para la opositora Asamblea Nacional (Parlamento).

“El personal sanitario está muy expuesto y es el de mayor riesgo. La contaminación intrahospitalaria es muy importante, y si no hay agua, no tienen mascaras e implementos necesarios para aislarse de pacientes enfermos y hacer su higiene personal, esta es una pelea aún mas difícil que la que le toca a los médicos en otros países”, advirtió.

Otro problema es la falta de luz

Un promedio de 63% de los hospitales reportó fallas de energía eléctrica en 2019, según la misma encuesta. En el año hubo 164 muertes de pacientes atribuidas a interrupciones en el flujo eléctrico.

En 2019 entre 10% y 20% de las unidades de terapia intensiva, tanto de adultos como pediátricas, estuvieron cerradas, y entre 10% y el 15% permanecieron intermitentes durante semanas, incluso meses.

El 51% de las salas operatorias del país estaban inoperativas en el promedio de 2019.

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