Opinión

Crisis en Venezuela, oportunidad para Irán

Se suele citar que para los chinos las crisis son oportunidades. Tal sentido del proverbio oriental se aplica a las ventajas que están surgiendo para Irán, en respuesta a la crisis que padece Venezuela y que parece ser endémica

crisis en Venezuela
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Los casi 12 mil kilómetros que separan a Caracas de Teherán no han resultado obstáculo en estos días. Tampoco la pandemia de COVID-19, ni las amenazas de Washington. Este domingo 20 de junio arribó a Venezuela un nuevo buque iraní, pero en este caso no vino cargado de combustible, como los cinco que llegaron el mes pasado, sino de comida.

La propia Embajada iraní en Caracas confirmó que se abrirá un supermercado con productos persas en una zona de clase media-alta en el este de la capital venezolana. Mientras esto ocurría, un alto colaborador de Juan Guaidó denunciaba que el alto mando militar venezolano estaba siendo adoctrinado por Irán, en tácticas de guerra prolongada.

Estas son solo dos estampas de lo que ha devenido en una fraterna relación. Gracias a Irán, tras 10 semanas de sequía de combustible, el gobierno de Nicolás Maduro pudo reactivar desde el 1° de junio la venta de gasolina en el país que otrora fue una potencia petrolera.

Además de los 5 tanqueros que llegaron a fines de mayo, se han contabilizado numerosos vuelos no comerciales de la aerolínea iraní Mahan Air a la Península de Paraguaná, en el noroeste de Venezuela, en donde están las principales plantas refinadoras.

El gobierno de Maduro no lo ha confirmado, pero sindicalistas petroleros indicaron que se ha reactivado parcialmente la producción de gasolina en Venezuela, gracias a aditivos y técnicos iraníes.

Irán no tiene nada que perder

Con sanciones de Washington desde 1979, cuando triunfó la Revolución Islámica, el régimen de Teherán ha aprendido a convivir con taciturnas decisiones de Estados Unidos, la presión de la Comunidad Internacional y serios momentos de aislamiento.

Al igual que Cuba, Irán puede enseñarle al régimen venezolano de Maduro como sortear estos meses, apostando a que se produzca la salida de Donald Trump de la Casa Blanca y que el regreso de los demócratas al poder signifique una etapa de suavización.

Irán, ciertamente, no tiene nada que perder. Con infinidad de sanciones sobre los hombros del régimen islámico, Teherán tiene en Venezuela, así como en Cuba, la oportunidad de entrar en el juego geopolítico del continente americano. Una vieja aspiración iraní en su lucha existencial contra Estados Unidos.

Durante la presidencia de Mahmud Ahmadineyad (2005-2013), claramente se manifestó una estrategia geopolítica para marcar la presencia de Irán en América Latina. En esos años, la presidencia de Chávez estableció firmes lazos políticos con Teherán.

Nicho de mercado

En este momento, la relación entre Caracas y Teherán, además del obvio componente geopolítico, representa una oportunidad de negocios para dos regímenes aislados por la comunidad internacional.

Con relación a la gasolina, por ejemplo, en un primer momento el chavismo dijo que el envío de combustible era una demostración de solidaridad de los hermanos iraníes. Sin embargo, para justificar la dolarización y la enorme subida del precio del combustible en el mercado interno, el propio Maduro admitió que la gasolina había sido comprada.

En relación con el buque cargado de alimentos que llegó el pasado fin de semana, el asunto está planteado en términos comerciales. Caracas contará con “Megasis”, el primer supermercado que tendrá exclusivamente productos persas.

Se ha conocido que los precios serán internacionales y dolarizados. No se venderá productos de la cesta básica a precios subsidiados para los más pobres. Esto, a pesar de que Megasis funcionará en un local en el que estaba ubicado un “Abasto CLAP”, en el que sí se distribuía alimentos básicos.

Es muy probable que este supermercado cumpla la función que tuvieron las “Diplotiendas” en la Cuba del período especial: garantizarle productos importados a la comunidad diplomática, con pagos directamente en divisas. También puede ser un lugar para que los altos jerarcas del régimen se puedan abastecer de alimentos en un espacio políticamente seguro.

Cursos militares

Junto con esto, el régimen iraní impartió cursos a militares venezolanos sobre temas de propaganda y guerra popular prolongada, según denunció este lunes 22 de junio Julio Borges, comisionado presidencial para las Relaciones Exteriores del gobierno interino de Juan Guaidó.

Borges aseguró que recibió datos sobre las clases impartidas por asesores iraníes a la Fuerza Armada venezolana, como parte de un esfuerzo para controlar las comunicaciones de los militares venezolanos.

“Tenemos información de que asesores militares iraníes impartieron cursos dentro de la Fuerza Armada Nacional sobre propaganda y guerra popular prolongada. Eso forma parte de los esfuerzos que ya ha venido haciendo Cuba para ejercer control de las comunicaciones del país y de los diversos mandos militares de Venezuela”, resaltó el colaborador de Guaidó.

Teherán, por otro lado, confirmó que está en disposición de seguir suministrando gasolina a Caracas, por lo que se espera el nuevo arribo de tanqueros con combustible a territorio venezolano. La crisis en Venezuela, sin duda, es una oportunidad para Irán.

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