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¿Cómo transformará el Covid-19 al FutVE?

La industria del balompié mueve una cantidad de dinero que no es sincera con su realidad y el Covid-19 lo ha dejado al desnudo

¿Cómo transformará el Covid-19 al FutVE?
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El mundo va a cambiar completamente luego de ésta pandemia del Covid-19, si es que logra superarla satisfactoriamente. El golpe económico de un mundo prácticamente paralizado no hará discriminación y todas las actividades productivas serán afectadas. Lo dicen los estudios económicos y la lógica, porque a simple vista usted amigo lector, ya lo vive y lo sufre.

El fútbol es uno de los sectores de la economía mundial que, se estima, va a recibir el varapalo más fuerte. La industria del balompié mueve una cantidad de dinero que no es sincera con su realidad y el Covid-19 lo ha dejado al desnudo. Financieramente es insostenible y el efecto dominó de la crisis parece provocar una serie de decisiones que generarán un conflicto enorme de intereses entre los involucrados.

Mientras los días avanzan y el mundo atiende como prioridad lógica el control del mortal virus, la FIFA como ente rector del fútbol,  trata de prevenir un desplome general y un conflicto (en ciernes) entre clubes y empleados con parámetros que puedan servir de guía para encontrar puntos de acuerdo y proteger de alguna forma los contratos. No obstante, el tiempo va pasando y ya hay acuerdos de reducciones salariales como en España (aplicación del mecanismo ERTE en algunos clubes), finalización de campeonatos como en Bélgica y otras acciones que tratan de atender el golpe que afecta la paralización del fútbol.

FIFA sigue trabajando en ello y el propio Gianni Infantino dejó claro que nada será lo mismo y que la crisis servirá para sincerar el fútbol (sin dejar claro si eso positivo o negativo). ¿Cómo golpea ésta situación al fútbol venezolano? Pues la propuesta económica y deportiva que ha circulado en redes, hecha por la LigaFutVe, entidad que aglutina a los diversos equipos de la primera división nacional, demuestra que el pronóstico es grave.

En líneas generales y sin saber a ciencia cierta la oficialidad del documento (ningún directivo de la LigaFutVe ha declarado sobre el mismo, pero tampoco ninguno lo ha negado), la propuesta plantea un reacondicionamiento económico y deportivo del campeonato de primera división a corto, mediano y largo plazo, que se aplique durante las próximas tres campañas (hasta 2022).

El papel circulado se resume en los siguientes cinco planteamientos:

  1. Reajuste del calendario de la temporada 2020 y del criterio de distribución de los cupos internacionales;
  2. Reconocimiento de los contratos vigentes hasta el 15 de marzo de 2020 y garantizar el pago de salarios partiendo del criterio del mínimo establecido en las normas reguladoras hasta julio de 2020;
  3. Revisión de contratos a partir de julio de 2020 con una nueva escala salarial que establece un tope máximo mensual de 1500 US$ para futbolistas y 3500 US$ para directores técnicos, hasta 2022;
  4. Reducir el campeonato de primera división a 16 equipos en 2021, con instituciones que cumplan la Licencia de Clubes y solventes administrativamente;
  5. Redistribución equitativa de los recursos ingresados por la participación de equipos en torneos internacionales y derechos de televisión.

De plano, a través de sus redes sociales, la Asociación de Futbolistas rechazó esta propuesta fechada el 31 de marzo. Poco más se ha discutido sobre el asunto. José Ramón López, Vicepresidente de la Aufpv, había adelantado que el tema contractual y salarial había que manejarlos «con cordura, porque la situación es complicada para todos. Hay que entender la crisis y cómo afecta a los clubes, pero también hay que recordar que los futbolistas son personas y tienen derechos, amparados por el derecho laboral y las normas FIFA», indicó.

Se pudo conocer que antes de la circulación del papel de la LigaFutVe, había directivos interesados en suspender el salario de futbolistas y técnicos, así como otros que ya tenían un presupuesto garantizado para cubrir los gastos generados en 2020 y la situación le afecta menos. Sin embargo, el grueso de instituciones depende de los recursos provenientes de los negocios de sus propietarios, dado que en Venezuela la mayoría de ellos ampararon sus presupuestos en la venta de los derechos de transmisión internacional los últimos cuatro años, contrato que se venció y del que hay una enorme deuda pendiente.

Es ineludible que la situación obliga al reacomodo de un fútbol que vivía en una burbuja económica que contrastaba con la realidad país, pero la propuesta es un traspaso de la crisis a los empleados como responsables de la misma. La emergencia ha sido el cable a tierra de un fútbol que en los últimos días no se autosostenía pero la propuesta es muy radical y de ahí que ya haya un primer rechazo manifiesto de parte de los futbolistas.

¿Habrá solución? Primero FIFA debe apurar la aprobación de una serie de medidas que permitan orientar de manera común las relaciones contractuales y el destino de las competiciones que están en disputa. Partiendo de eso, el diálogo consiente debe privar, tal como aconseja el abogado deportivo Antonio Quintero: «El acuerdo debe ser el punto de partida para una reducción de salario, diferimiento del pago. Actuar de buena fe, porque en el derecho el que actúa de mala fe, termina perdiendo».

Sobre la propuesta de tope salarial en el fútbol, es un resultado que puede darse después de la crisis del COVID-19. En el fútbol venezolano permitiría sincerar una economía que está muy distorsionada en la relación ingresos – egresos, pero ¿cómo se ajustan contratos que alcanzan cifras fuera de la realidad del mercado venezolano? Será complicado.

Hay otro panorama que puede ser más funesto, pero altamente probable: «Hay equipos que puede que no resistan la crisis y desaparezcan, otros van a quedar muy tocados y no se van a poder levantar», dice Antonio Quintero, recordando que para los clubes en situaciones de quiebra existe un «fondo de Fifpro que permite que los jugadores de clubes quebrados cobren su salario».

Lo cierto es que el fútbol venezolano no será igual. Se acabó el derroche porque no hay plata de dónde. Mucha responsabilidad tienen los dueños y directivos de la mayoría de equipos en no haber encontrado la sustentabilidad de sus instituciones, que siempre dependieron de los negocios de sus dueños, de algunos dólares recogidos en competencias internacionales, de la venta de derechos de transmisión. Pocos invirtieron en canteras, en canchas, en infraestructura para ser vendedores.

El golpe será duro, pero servirá para ajustar un negocio distorsionado, siempre y cuando sea producto del diálogo.

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