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¿Cómo es Carlos El Chacal?, el terrorista que se ufana de 83 asesinatos

La personalidad de Carlos, sobre el que ya pesaban dos cadenas perpetuas en Francia por otros hechos y en prisión desde 1994, protagonizó el nuevo juicio, en que recibe una tercera pena máxima.

Carlos El Chacal
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¿Cómo es Carlos «El Chacal»? La justicia francesa profundizó este jueves en la vida del venezolano Ilich Ramírez Sánchez con el fin de desentrañar su personalidad, un elemento clave para fijar su condena por un atentado mortal en París en 1974.

Tras dos días de juicio, el tribunal destacó la «especial violencia» de este atentado perpetrado para «presionar al Estado». El condenado de 71 años recibió el anuncio de la pena en pie y con un «muchas gracias».

Es su tercera condena a cadena perpetua en Francia por actos de terrorismo.

El fiscal había pedido la prisión de por vida por ese acto de «una violencia ciega e inédita», que representa el «primer atentado indiscriminado» en Francia.

El ataque en Drugstore tuvo lugar el 15 de septiembre de 1974 en París. Sobre las 17H10, una granada desde un restaurante ubicado en un piso superior estalló en la planta baja de la entonces popular galería comercial.

«Fui el primer miembro extranjero oficialmente de la resistencia palestina», «soy comunista», aseguró este hombre de 71 años, quien durante la segunda jornada de juicio repasó una trayectoria que transcurre por cuatro continentes.

Primer atentado indiscriminado

Esta figura de la lucha «antiimperialista» de los años 1970 y 1980 es juzgado por tercera vez por el ataque contra la galería comercial Drugstore Publicis en la capital francesa, que dejó dos muertos y 34 heridos, y por el que fue condenado inicialmente a cadena perpetua.

Con esta cadena perpetua, el venezolano, en prisión en Francia desde su detención en 1994 en Sudán, suma tres, tras la del triple asesinato en 1975 en París y cuatro atentados con bomba cometidos en Francia en 1982 y 1983 (11 muertos y 191 heridos).

La personalidad de Carlos protagonizó el juicio, máxime cuando ya tenía una firme sentencia de culpabilidad.

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En Caracas, algunos chavistas nostálgicos piden que les regresen a Carlos El Chacal para resguardarlo. Foto: El Estímulo

La lucha armada

Ramírez Sánchez nació en 1949 en Venezuela en el seno de una familia politizada. Su padre era un abogado «comunista» y «ateo» y su madre era «socialdemócrata» y «católica, pero no fanática», explicó. En 1964, se unió a las juventudes comunistas.

¿Por qué escogió la lucha armada? «Yo no lo escogí. Fueron las circunstancias históricas», respondió el antiguo miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), que descubrió esta causa en la universidad Patrice Lumumba de Moscú.

De su período en la entonces Unión Soviética, adonde llegó en 1968, recordó que «los profesores rusos [le] respetaban muchísimo» –«yo era importante en la universidad»– y que incluso los servicios secretos de la época se interesaron en él.

Tras su expulsión de la universidad dos años después, se marchó primero a Líbano y después a Jordania, donde se sumó a la «resistencia palestina». «Yo era muy respetado» en Jordania, sin embargo el FPLP consideró que era «más útil en Europa», agregó.

Personalidad en clave

El hombre, que se vanaglorió la víspera de haber «matado a al menos 83 personas, pero nunca inocentes», se mostró más a la defensiva cuando el juicio evocó sus actividades en el Reino Unido y en Francia, sobre todo en el atentado de Drugstore Publicis.

«¿Quién me ha visto tirar una granada? No hay nada. Es un caso prescrito», aseguró Carlos, que se niega a reconocer la autoría de los hechos, aunque  ya fue declarado culpable por ello. «Yo no soy un traidor», agregó durante un tenso interrogatorio del fiscal.

Su interrogatorio, que estuvo salpicado de referencias a las mujeres –«Me gustan las mujeres»– y referencias despectivas a los homosexuales, llega un día después de que una serie de testigos respondieran a las preguntas del tribunal sobre su personalidad.

Su amante en el momento del atentado dijo que no era alguien violento. «No lo veía como una persona capaz de hacer eso», dijo la mujer de 74 años, quien pasó seis meses en prisión preventiva y que intentó «olvidar». «Gracias y adiós», le dijo Carlos al terminar su declaración.

Manipulador y seductor

El último testigo del miércoles por la noche, un agente de los servicios de inteligencia franceses, lo describió en cambio como un «combatiente revolucionario» con una fuerte idea de «superioridad», «manipulador», «romántico» y «seductor».

Y al inicio de la segunda jornada de audiencias, el acusado mostró su carácter. «Escúchenme. Me han robado bolígrafos», gritó Carlos, vestido con traje chaqueta claro, pañuelo en el bolsillo y fular, desde el banquillo de los acusados nada más entraron los magistrados.

Un informe de la prisión de Poissy, a menos de 30 kilómetros al oeste de París, ya lo describe como un seductor y como un «contestatario». «Siempre busca entablar conversación con el personal», sobre todo el «femenino», según el documento.

El centro penitenciario lo describe además como alguien «egocéntrico», cuyo «capital de simpatía se reduce con los años». Ramírez Sánchez «no tiene el respeto que espera» obtener, sobre todo de parte de los reclusos más jóvenes, agrega el informe.

«No me han dejado en paz, incluso si el 99% del personal de la administración [penitenciaria] son correctos», aseguró el hombre de pelo y bigote blancos, cuando su abogada, Isabelle Coutant-Peyre, le pidió que explicara sus 10 años pasados en aislamiento.

Si los siete magistrados del tribunal le imponen cadena perpetua, sería la tercera tras la del triple asesinato en 1975 en París y cuatro atentados con bomba cometidos en Francia en 1982 y 1983 (11 muertos y 191 heridos).

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