Farándula

Miss Petare, una historia que inspira (IV)

Isabella Rodríguez fue la primera Miss Venezuela post Osmel Sousa. La de José Félix Ribas estuvo en el huracán de señalamientos por el cambio en la gerencia de la organización y, también, de lo que busca ahora el certamen. Nina Sicilia, la nueva regente del concurso, habla de una mujer que tiene cómo inspirar a todas

Daniel Hernández
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90, 60, 90 ya no son las medidas del Miss Venezuela. La organización evolucionó y ahora, aunque se sigue valorando el físico, la belleza no se mide por la cantidad de cirugías sino por su trascendencia. Así lo defiende a capa y espada su gerente general, Nina Sicilia, Miss International 1985, quien asumió las riendas del certamen después de la salida de Osmel Sousa, en febrero 2018, tras más de tres décadas dirigiendo el concurso.

La nueva directiva asumió ese cambio como una salto adelante y no como un rompimiento con lo anterior. “Yo veo todo como evolución. No hemos roto con nada, ni pretendemos hacerlo. Siento que hemos tenido mujeres de todo tipo, durante toda la vida en el Miss Venezuela”, dice la gerente.

Nina Sicilia es la que manda

«Es tanta su buena vibra, su química, la luz y la alegría que ella desprende cuando está entre la gente, que atrapa la atención aunque no hable inglés»

Cuando Isabella Rodríguez se convirtió en Miss Venezuela 2018 no sólo tuvo que cargar con las críticas en redes sociales debido a su lugar de origen, Petare, sino también con el peso de ser la primera miss, en mucho tiempo, que no había sido preparada por Osmel Sousa. Para Nina Sicilia, la concursante del Miss Mundo -que compitió por el cetro global el sábado 14 de diciembre- es la representación de la mujer venezolana, esa que vive el día a día en la calle, la que padece y sale adelante: “Creo que Isabella es una mujer venezolana 100%, que nos representa a todos 100%. Ella ganó el concurso en buena lid y es la Miss Venezuela que tuvimos en 2018”. De Petare para el mundo.

Isabella en la Quinta

—¿Una miss como Isabella hubiese sido posible con la antigua directiva y Osmel Sousa?

—Yo pienso que sí. Isabella no tiene nada distinto a lo que es una mujer venezolana. Es hermosa, con talento, inteligente, responsable y con ganas de echar para adelante. Entonces siento que en cualquier momento ella hubiera brillado. Cuando le toca hablar con alguien, tiene una soltura natural, tiene buen humor, que siempre he considerado fundamental, es muy responsable, se traza la meta y la trabaja hasta que la consigue.

«Es maravilloso ver cómo la gente se identifica con ella, ver cómo ella ha representado una fuente generadora de estímulo y superación constante»

—¿Recuerda el proceso de selección de Isabella durante el casting? ¿Cómo fue?

—Sí, absolutamente. Isabella se postuló a través de la página web del Miss Venezuela como lo hicieron en ese año, no recuerdo, 600, 700 personas o más. Se hizo una primera revisión de factores básicos fundamentales que se exigen para poder pasar al siguiente paso. Ella entró en ese grupo y fue convocada junto con el resto de las aspirantes. Se hizo lo que llamamos Evaluación Presencial Integral (EPI), que duró tres días, con 80 o 90 muchachas. Asistieron personalmente a la Quinta Miss Venezuela, y las evaluamos personalmente.

Isabella, cuando estaba sentada en esta misma sala donde estamos nosotros ahora, con un grupo muy grande de jóvenes, llamaba mucho la atención. De hecho, recuerdo perfectamente el traje con el que vino. Uno de color off white, así beige, corto, con el que grabó su video de presentación al Miss Mundo. Quisimos usar el mismo traje, porque además se ve bellísima.

Escaleras alfombradas, no como en Petare

A diferencia de los castings tradicionales, donde la candidata entra en traje de baño con un número, camina por una pasarela y al final está sentada la Inquisición, en una mesa con una botella de agua y un lápiz, nosotros hicimos una evaluación integral: en toda la quinta habían actividades, teníamos un set de fotografías, porque aunque no fueran modelos profesionales queríamos ver su desenvoltura; teníamos un área de maquillaje y estilismo donde ellas se arreglaban ellas mismas; teníamos una entrevista de personalidad con la doctora María Mercedes Gessen, que es la asesora psicológica, para evaluar su desenvolvimiento y después pasaban a la pasarela donde estábamos nosotras viendo su desenvolvimiento y les hacíamos una entrevista. Es un casting muy completo. Personalmente no quería números, quería nombres y así fueron llamadas. Y de verdad, ella impactó desde el primer momento, su estilo, su manera de ser, su brillo, siempre llamó la atención.

«En cada actividad a la que vamos la gente se nos acerca y nos comenta su ilusión: ‘Mi niña ahora sí está segura de que puede lograr lo que se proponga'»

¿Qué significa tener a una representante de Petare en el Miss Venezuela?

—Es trascendental. No sólo con su belleza física, porque ella es bella desde que nació y no fue construida en una mujer bella, sino que también desde la responsabilidad social, porque en cada actividad a la que vamos la gente se nos acerca y nos comenta su ilusión: “Mi niña ahora sí está segura de que puede lograr lo que se proponga”. Y no es una falacia, no es un comentario común sobre luchar por tus sueños y alcanzarlos. Cuando Isabella dice en el video: “Mucha gente piensa que este es un lugar donde las ilusiones y los sueños se pierden, pero yo quiero decir que yo soy una prueba viviente de todo lo contrario”, eso para nosotros, desde Miss Venezuela, y en el momento país en el que nos encontramos, es absolutamente fundamental. Además, porque se trata de gente bonita, de gente buena. Todos necesitamos superarnos, ser íntegros, buscar la excelencia. Por eso es tan importante que hayamos tenido tres reinas cada una de diferentes estratos: Isabella, Melissa y Thalía.

Habla de la gente del barrio, ¿cómo ha sido la recepción de la gente en Petare?

—Cada vez que Isabella tiene alguna actividad, yo procuro desocupar mi agenda y acompañarla porque es maravilloso ver cómo la gente se identifica con ella, ver cómo ella ha representado una fuente generadora de estímulo y superación constante, no sólo para niñas que desean ser reinas, sino también para una mamá que tenía un emprendimiento, ponerse a coser o no sé, y no se atrevía, pero se da cuenta que vivir en esa comunidad no es una limitante. Ha sido inspirador y por eso el hashtag #BellezaQueInspira, eso es lo que estamos buscando.

«Tiene una soltura natural, tiene buen humor, es muy responsable, se traza la meta y la trabaja hasta que la consigue»

Porte de reina

¿Qué cualidades tiene Isabella para obtener la corona del Miss Mundo?

—Todas. Si hablo objetivamente, desde un punto de vista gerencial, académico, espero que el inglés no nos haga una mala jugada. Ella ha estado en clases de inglés, hizo su speech en inglés. Entiende mucho, bastante, se defiende con algunas cosas, pero obviamente no es bilingüe y no domina el inglés como Melissa (Jiménez) -quien concursó en el Miss International 2019- o como Thalía (Olvino) -participó en el Miss Universo-. Es tanta su buena vibra, su química, la luz y la alegría que ella desprende cuando está entre la gente, que atrapa la atención aunque no hable inglés. Lo vivimos en el evento aniversario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Había una cantidad de delegaciones diplomáticas, muchos de ellos hablan algo de español pero la mayoría habla inglés, y la referencia que tenemos del personal que estuvo con Isabella, es que se robó la atención de todos, todas las delegaciones quisieron tomarse fotografías con ella. Ella se entendía con todos, de verdad que tiene una luz, un sabor, que es inevitable quererla conocer y acercársele.

La necesidad agudiza el ingenio

De la crisis venezolana no se salva nadie. La situación por la que atraviesa el país también tocó la puerta de la Quinta Miss Venezuela, pasó y se puso cómoda.

Nina Sicilia, Miss International 1985, fue quien asumió las riendas del certamen después de la salida de Osmel Sousa, en febrero 2018

Nina Sicilia considera que llevar adelante el certamen es complejo, un acto de resiliencia y buena voluntad porque han tenido que “agudizar el ingenio constantemente” y resolver por vías que, con unas partidas presupuestarias holgadas, hubiesen sido impensables.

Convenios comerciales e intercambios publicitarios representan algunas vías de escape para el certamen de belleza: “Como el Miss Venezuela no está para la situación actual, hay que optimizar recursos, apuntar a lo verdaderamente esencial, a lo efectivo, apoyarse en gente joven y talentosa”.

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