Sucesos

Las FAES declaran la guerra a la pobreza

Desde el 23 de enero, los grupos más violentos de la Policía Nacional Bolivariana han tomado las zonas populares de Petare. El barrio José Félix Ribas ha visto cómo sus puertas se derriban por patadas que anuncian allanamientos ilegales, detenciones arbitrarias y mucha agresividad. Tanquetas se pasean por las veredas, mientras los habitantes huelen la sangre 

Texto: Gabriela Mesones Rojo | PORTADA: Román Camacho | FOTOS EN EL TEXTO: ROMÁN CAMACHO Y DANIEL HERNÁNDEZ
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“Escuché que el barrio José Félix Rivas de Petare tiene toque de queda. Ningún hombre puede caminar por la calle después de las 6 de la tarde o FAES lo mata en el sitio”, dice Alejandro*, quien vive en San Blas. «Mi zona está siendo patrullada por la PNB desde el 21 de enero. Es peligroso ir por la noche, tienes que caminar por las sombras. Pero en José Félix tienen a las FAES (Fuerzas de Acciones Especiales). Eso es otro nivel”.

Petarecita4Joana, una secretaria, madre de cuatro hijos y habitante del José Félix Rivas confirma el rumor: «Después del 23 de enero, FAES impuso un toque de queda después de las 6:00 pm. Todos están asustados». Horas después de la manifestación del 23 de enero, los vecinos del barrio José Félix Rivas avisaron por WhatsApp que a las 7:00 pm un grupo armado tomaría la calle para protestar. El consejo: no salgas de tu casa esta noche.

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A las 7:30 Joana vio a un grupo de hombres con botellas, palos, piedras y armas largas. Los oficiales de seguridad de FAES, PNB y GNB no tardaron en llegar con equipo antimotín, tanquetas y armas largas. «En Petare no se han reportado saqueos. Estas personas no eran saqueadores, eran manifestantes. Son personas que quieren a Maduro fuera del gobierno. La mayoría de ellos apoya a Guaidó. El barrio entero habla de él y lo apoya”. A las 8:00 pm empezó un tiroteo de tres horas. Joana pensó que había empezado la guerra: «Estaban usando armas automáticas y gases lacrimógenos. Escuchamos gritos por horas”.

Kleiver, padre y mecánico de 26 años, estaba protestando cuando llegaron los cuerpos de seguridad. «Comenzamos a defendernos con botellas y piedras, pero mataron a El Feo. Ahí es cuando dejamos las piedras y sacamos las pistolas. Tuve que irme apenas comenzó el tiroteo. La gente dice que solo una persona murió esa noche. Eso es mentira. Muchos murieron después de El Feo”.

Petarecita3Esa noche las FAES tomaron el control total de la zona. “Están patrullando en motos, camionetas y tanquetas. A veces están a pie, se esconden en los callejones del barrio, silenciosos. Muchos vecinos han reportado ejecuciones durante allanamientos en Zona 7. Se roban los teléfonos inteligentes. Se esmeran en que nadie los grabe”.

“Entran a las casas y amedrentan hasta a los niños”, dice Pablo, obrero de la zona. “Buscan algo, lo que sea, y aprovechan para intimidar”.

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“Las represión de las protestas de 2019 está en manos del FAES por una clara orientación a generar terror”, dice Marino Alvarado Betancourt. Las FAES son conocidas como la brigada élite de los grupos de exterminio de la Policía Nacional Bolivariana. “Por primera vez en la historia de Venezuela se usan grupos comando para reprimir manifestaciones”.

Las FAES se han ganado el miedo y el odio del barrio debido a la violencia de sus intervenciones. En 2018, hasta José Vicente Rangel denunció los atropellos a los ciudadanos y ejecuciones extraoficiales a manos de FAES y OLP en las barriadas populares. “Según cifras oficiales, 4.998 personas murieron en 2017 a manos de las fuerzas de seguridad del estado, aproximadamente 14 personas por día. Lo que sufre el país es una masacre lenta, y las fuerzas especiales del PNB son una pieza clave en el asunto. Podríamos estimar que la PNB podría haber matado a 1.500 personas en un año, una cifra que representa el 30% de los asesinatos en el país», explica Keymer Ávila, investigador del Instituto de Ciencias Penales de la UCV y asesor de Provea.

Petarecita2Actualmente, no hay estudios sobre el perfil de los oficiales de las FAES, ni información pública sobre su estructura o procesos de rendición de cuentas sobre las dinámicas de sus operaciones. Lo único que los ciudadanos saben sobre FAES es cómo operan. La intimidación, detenciones arbitrarias, maltrato físico y ejecuciones son patrones que aparecen insistentemente en cientos de testimonios.

Kleiver confiesa que la noche del 24 fue peor. “Ese día subieron seis tanquetas para José Félix y tres para La Bombilla. Había hasta helicópteros. Desde temprano en la mañana, con la gente caminando para ir al trabajo, FAES le disparaba a quien se viera sospechoso”. Joana tuvo que irse del trabajo antes de las 3:00 pm porque «la calle se había calentado temprano”. Cuando llegó a Palo Verde, parecía un barrio fantasma. “Nadie podía caminar por las calles. El miedo es real”.

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Yorman, un manifestante de 17 años, dice: “La noche del 24 fue un infierno. Mataron a 14 de los nuestros, pero nosotros matamos a uno de ellos. Estamos esperando que Guaidó nos financie, para responder con fuerza. Pero parece que esta vez estamos solos». Kleiver afirma haber escuchado rumores de que los manifestantes lanzaron una granada que mató a varios oficiales.

Las FAES tomaron el control de la zona hasta el 28. Se fueron y regresaron el 29. “Se llevaron a dos amigos míos. Les allanaron la casa, los golpearon frente a su familia, les pusieron una bolsa en la cabeza y los lanzaron a un camión. Uno de ellos es discapacitado. ¿Los van a matar? ¿Los van a torturar? Todos hemos perdidos muchos hermanos en las manos de las FAES. ¿Cómo vamos a salir a protestar con un grupo de exterminio en las calles, mirando todo lo que haces?”.

Petarecita1«Tenemos hasta miedo de hablar sobre lo que que hacen las FAES. ¿Cómo le explicas a alguien cómo te matan? ”, dice un habitante de Petare. «Yo tengo esperanza. Esto es una pesadilla, pero sé que las FAES no estarán acá mucho más. Sé que estamos viendo al gobierno caer. Yo nunca había visto tanta gente salir del barrio como lo vi el 23. Ese día no tuvimos miedo”.

Kleiver asiente: “La gente abrió los ojos. Nos cansamos de que nos maten”.

*Los nombres de todos los entrevistados fueron cambiados para proteger su identidad. La versión en inglés de este artículo se puede encontrar en Caracas Chronicles.

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