Justamente en este mes en el que he dedicado a enaltecer el noble oficio de la ilustración y la pintura como tendencia en la moda internacional, el arte se fusiona con la moda para traernos bolsos exclusivos o verdaderas piezas coleccionables como las que nos presenta Anna Cortina. Llenos de lujo y refinamiento, cada pieza está pintada a mano con la máxima exigencia y rigor, una pompa accesible que brinda la posibilidad de coleccionar bolsos, carteras ultra femeninas y sexys, tote bags o weekenders, que son obras de arte al mismo tiempo.
Se trata de una gran idea concebida y llevada a cabo por Anna Cortina y sus artistas, a quienes escoge por sus destrezas, talentos y porque sean capaces de transmitir la esencia de la marca a través del arte. Allí está Philippe Boonen, quien se inspira en la luz. Entre sus modelos está el «Iris» y el «Picasso», siempre con los animales como protagonistas.
Andrea Lukács, crea ilustraciones con formas geométricas muy postmodernas con guiños a Bauhaus y Mondrian. Ella se autodefine como buscadora constante de lo sublime.
Garbikw, a través del estilo Kawaii, expresa su forma de ver el mundo con líneas sencillas y colores planos, una forma más gráfica de entender la moda.
Gadah Al Ajmi se inspira en el realismo mágico utilizando animales, anatomía humana y objetos vintage; e Ivan Forcadell, amante del arte, cree en lo imposible, en que el arte es un estilo de vida, y en que “mientras manche y dé volúuen todo es válido”.
Todo es creatividad. La colección está pensada para la mujer transgresora, que se reinventa, la que quiere sorprender, aquella que valora el lujo, los pequeños detalles y la máxima calidad. El objetivo es esa mujer exigente y apasionada de la moda, que necesita sentirse exclusiva y que entiende el concepto de “arte para llevar”.
Para disfrutar de la totalidad de esta maravillosa e innovadora colección pueden acceder a través de la página web annacortina.com