Cultura

El Orfeón de la UCV canta su resistencia

La institución creada en 1943 por el compositor Antonio Estévez celebra sus 75 años con conciertos. El ímpetu se mantiene entre sus integrantes, quienes con fervor asisten a ensayos y conciertos, a pesar del contexto adverso

texto: Humberto Sánchez Amaya | Portada: Cortesía Orfeón Universitario | fotografías en el texto: Betania Ibarra y Archivo Orfeón Universitario
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Quedan pocos alumnos a esa hora. La Facultad de Farmacia apenas alberga a unos cuantos estudiantes que repasan algunos apuntes o esperan a otros para irse juntos. Mientras para muchos la jornada termina, para otros comienza otra.

En el piso 3 es la cita a las 5:30 pm. Los que llegan antes de tiempo se reúnen en el laboratorio de botánica. Ahí conversan, se ponen al día, preparan café y manzanilla para acompañar el ensayo. Uno de los que está en el lugar es el profesor Raúl López Moreno, director del Orfeón Universitario de la UCV, institución que en 2018 celebra su 75 aniversario. Con un vaso de café en una mano, y un atril en la otra, se dirige a la sala que les sirve de encuentro.

OrfeónUCV-cita5Los pasillos empiezan a quedar vacíos, ya son muy pocos los que merodean por ahí, pero empiezan a escucharse voces, la de los integrantes de una agrupación que alista una serie de actividades para conmemorar existencia, tradición y herencia

Empiezan a vocalizar. El piso adquiere otra índole. Ya no son fórmulas las que se repasan, sino notas y estrofas. No siempre han estado ahí. Su sede natural está en los espacios del Aula Magna, su estadio olímpico en el que siempre deslumbran como locales.

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Pero las realidades cambian, y más aún aquellas que alteran dinámicas para procurar el resguardo en tiempos hostiles. Los ensayos por lo general duran dos horas. La Facultad de Farmacia está cerca de una de las salidas más transitadas de la universidad, por estar cerca del Hospital Universitario de Caracas, aunque en la noche, pocos son los que por ahí transitan. La oscuridad no exagera con su amenaza. Quedaron atrás los tiempos en los que las prácticas duraban hasta las 10 de la noche.

Además, no solo es un tema de seguridad. El cambio les ha servido para evitar cualquier contratiempo debido a los paros. López Moreno explica que el edificio debe mantenerse operativo debido a los laboratorios que hay, como aquellos dedicados a la elaboración de sueros antiofídicos.

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Ya en el ensayo, distintas generaciones confluyen con un mismo propósito. Sentados están los que a leguas se les nota que perdieron la cuenta de los escenarios recorridos, mientras a otros todavía se les ve en la cara la ansiedad de quienes dan los primeros pasos. Entre las obras que suenan ese día están “Túrót Eszik a Cigany” de Zoltán Kodály y “Rytmus” de Ivan Hrusovsky.

OrfeónUCV-cita4El salón no cumple las condiciones acústicas, pero sobra ímpetu. Ahí está María Virginia Moreno, de 18 años de edad. Está a punto de comenzar la carrera de Nutrición y Dietética, y llegó al Orfeón de la UCV a finales del año pasado. “Yo solo estaba cantando en mi casa, y una vecina me escuchó. Ella, que es profesora jubilada de la universidad, al día siguiente me trajo para acá.   Le costó convencerme, pero no aceptó un no por respuesta. Desde entonces, todo ha sido excelente”, comenta la joven, quien recuerda entusiasmada lo aprendido en todos estos meses, así como el momento en el que conoció a Felipe Izacaray, director homenajeado en esta efeméride. “Fue emocionante escuchar todo lo que sabe, esa experiencia de tantos años con tantos compositores. Sin dudas, esta acá ha cambiado mi vida”.

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Muy cerca de ella está María Teresa Chacín, quien pertenece al Orfeón desde 1963. Eran los años en los que ella comenzaba a estudiar Psicología. “Primero entré al salón de ensayos que al de clases”, comenta sonriente. No ha sido una participación continúa, pues en ese tiempo no solo ha tenido que cumplir con su agenda como solista, sino ha pertenecido a otras corales. Ahora, cada cinco años se incorpora para los quinquenios de aniversario.

“Han sido años con los mejores, de los que aprendido tanto. Vicente Emilio Sojo nos dirigió, por ejemplo. Ya tengo un año ensayando para este aniversario, pero no sé si participe en el próximo”, asegura.

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No es cualquier empresa. Forman parte de una institución del ideario cultural venezolano, una referencia de la música coral fundada en 1943 por Antonio Estévez, de los más conocidos compositores nacionalistas. Autor, por ejemplo, de la «Cantata criolla».

OrfeónUCV-cita3Ahí están, unos más puntuales que otros, pero se comprende en una ciudad atribulada con dificultades para el transporte. De hecho, uno de los integrantes más antiguos, no pudo llegar porque se cortó el paso por la carretera que comunica a Carayaca, donde vive, con Caracas.

Zoilo Díaz realiza el viaje desde 1982, cuando ingresó a las filas del Orfeón. Empezaba a estudiar Educación, carrera en la que se desempeñó hasta 2016, cuando se jubiló. Ofertas hubo para que impartiera clases en Caracas, pero decidió quedarse en su pueblo, donde fue maestro y director de colegio.

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No le gusta excusarse por las distancias que tiene que recorrer. Fue una decisión que tomó hace años, y por pasión, procura siempre estar a tiempo en cada práctica. Pero no es fácil vivir en Carayaca. De hecho, por teléfono le cuesta hablar. La señal no es buena.

Si bien ha habido momentos de sobresaltos, como la vez en la que en 1988 no encontró en La Guaira transporte hasta su zona y tuvo que dormir en la calle; también rememora con entusiasmo haber compartido con importantes músicos, así como los viajes a países como Argentina, Brasil, Perú, Ecuador, España, Italia, Francia y China. “Han sido buenos años, experiencias con notables directores. Raúl López Moreno, por ejemplo, demuestra profesionalismo y amor por lo que hace”.

Perspectivas de futuro

Para el actual director del Orfeón de la UCV, la institución vive un momento de reconstrucción. “Estos años nos han afectado bastante debido a la situación que atraviesa tanto el país como la universidad. De hecho, hace tres años tuvimos un mínimo de actividades en comparación a lo que tradicionalmente se ha hecho. Llegamos a estar por debajo de los treinta miembros. Ahora, nos estabilizamos en cuarenta. Hemos tratado de mantener el equilibro, especialmente en estos momentos de dificultades para la movilización, el dinero en efectivo y la inseguridad. A pesar de todo, tenemos un buen nivel de asistencia a ensayos y conciertos”, relata el López Moreno.

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Sobre el presupuesto. “Lo que OPSU asigna a la universidad para cultura es ínfimo, no alcanza ni para el funcionamiento de la Dirección de Cultura», revela el profesor. Curiosamente, en junio de 2018 el minsitro de Educación Universitaria, Hugbel Roa, declaró que la agrupación «vence las sombras desde el camino abierto al arte; rompe el cerco que nos impone un modelo internacional que intenta borrar la cultura y las manifestaciones populares», pero no suelta churupos. «Desde hace mucho tiempo las agrupaciones no contamos con recursos para funcionamiento y menos para proyectos. La modalidad que nos ha dado mejores resultados es el patrocinio de entes públicos o privados. Algunas veces funciona y otras no, pero en general ha sido la manera de materializar los planes”, aclara el director.

OrfeónUCV-cita2Tampoco son ajenos al fenómeno de la emigración, como toda actividad humana en el país. “Buena parte de nuestra crisis también tiene que ver con la gente que se va, especialmente las generaciones más recientes. En los últimos tres años, aproximadamente 21 se han ido. Afortunadamente lo hemos revertido gracias a la disposición de este grupo de personas que están acá”, afirma mientras señala a quienes ensayan.

Resalta que desde septiembre de 2017 ha habido un repunte, tanto de aquellos quienes debutan en la música, como de otros que han formado parte de otras agrupaciones corales venezolanas y se suman al Orfeón. “Hay una energía sabrosa”.

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Para celebrar este aniversario, declararon año jubilar, que comenzó en mayo y concluirá el 19 de mayo de 2019, cuando se cumplirán los 75 años del primer concierto, realizado en el Teatro Municipal. En estos meses, han sido varias las presentaciones en distintas partes del país, tanto en Maracay, La Victoria. Villa de Cura, Mérida, entre otros. En noviembre, además, encabezaron la décima edición del Encuentro Nacional de Coros Universitarios en el Aula Magna de la UCV, que cada cinco años llevan a cabo como celebración aniversario.

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“Continuamos porque en la universidad sigue habiendo un caldo de cultivo para el desarrollo artístico. Se ha comprendido que parte de la formación integral de individuo no solo pasa por el aula, sino por otros elementos que hacen del hecho formativo, un hecho universal. Me refiero, por ejemplo, a las artes y el deporte. Además, el Orfeón ha contado con músicos notables del acontecer nacional. Estuvo, obviamente Antonio Estévez, pero también Vicente Emilio Sojo, Vinicio Adames y Evencio Castellanos, que compuso el himno universitario”, acota López Moreno, quien en 2012 asumió la dirección del coro.

OrfeónUCV-cita1Recuerda como hito el año 1965, cuando el Orfeón participó en el primer Festival Internacional de Coros Universitarios. Se realizó en septiembre de ese año en el Lincoln Center de Nueva York, encuentro que se grabó en un disco que todavía se puede conseguir en eBay y Amazon. Los créditos indican que la agrupación interpretó, bajo la dirección de Vinicio Adames, las piezas “Pasaje” y “Adorar al Niño”. “Fue muy importante porque catapultó a la institución internacionalmente”, comenta entusiasmado.

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No exagera. Varias han sido las giras exitosas en otros países. Un periplo que tuvo un episodio amargo con la tragedia de 1976, cuando se estrelló el avión en el que viajaban los músicos que se dirigían al XII Festival del Canto Coral en Barcelona, España. La tragedia ocurrió en el archipiélago de Azores. Fallecieron 68 personas, entre ellos Adames.

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La institución siguió. Raúl Delgado Estévez asumió entonces ese cargo y siguió consolidándose como uno de los principales conjuntos corales del país.

Los conciertos por el aniversario de noviembre apuntaron a las nuevas tendencias compositivas en el mundo. No es que había intenciones de alejarse de las obras tradicionales venezolanas, pero sí curiosidad por mostrar también qué ocurre en otros lares, y relucir a esos compositores venezolanos que no suelen estar comúnmente en los repertorios. “Hablo de personas como Juan Carlos Núñez, Federico Ruiz o César Alejandro Carrillo, quizá con quien el movimiento ha sido más amable. Su reconocimiento internacional en este momento es muy importante. Pero hay otros, como Miguel Ángel Santaella, un joven que estuvo en el Orfeón de la UCV y actualmente se encuentra en el extranjero. Ha reelaborado algunas canciones de la música popular venezolana con la propuesta estética de los nuevos lenguajes internacionales”, asevera.

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