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China promete reducir su huella de carbono, pero después de 2030

A última hora China reveló sus nuevos compromisos climáticos justo antes de la apertura de la conferencia de la ONU en Glasgow (COP26). Estas son algunas de las promesas e interrogantes que plantea el primer contaminante mundial

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En su nueva contribución anunciada el jueves, China prometió alcanzar su máximo de emisiones «antes de 2030» y la neutralidad carbono «antes de 2060»,compromisos ya adoptados públicamente por el presidente Xi Jinping.

Su país se compromete a reducir su intensidad carbono (emisiones de CO2 en relación con el PIB) en más de 65% respecto a 2005.

Pero China no precisó en cuanto elevaría su máximo de emisiones en valor absoluto y si puede seguir aumentándolo sin límite hasta 2030.

China se compromete igualmente a aumentar hasta entonces su cuota de combustibles no fósiles al 25% de su consumo.

El gigante asiático promete incrementar sus capacidades de energía solar y eólica pero no precisa cómo alcanzará sus objetivos climáticos.

¿Es suficiente?

Según los ecologistas, esta promesas no bastan para limitar el calentamiento climático planetario por debajo de dos grados, como se ha comprometido a ello el mundo en París en 2015.

Algunos esperaban que el país más poblado del planeta abandonaría el carbón y alcanzaría el máximo de emisiones antes de 2030, y reduciría la contaminación de industrias pesadas en los próximos cinco años.

«Si esperamos hasta 2030 (para empezar a reducir las emisiones), la curva que deberá seguirse entre 2030 y 2060 es tan rígida que muchos la consideran como de ciencia ficción» analiza Li Shuo, de Greenpeace Asia.

La importancia de China

Con más de un cuarto de las emisiones de efecto invernadero, los compromisos de China son más importantes que los de cualquier otro país.

El país cuenta con más de un millar de centrales eléctricas de carbón, es decir más de la mitad del parque mundial. Y hay otras en construcción.

Para el emisario estadounidense sobre el clima, John Kerry, estos proyectos de centrales podrían reducir a la nada los esfuerzos del resto del mundo para alcanzar los objetivos climáticos.

La producción eléctrica

Pese a sus compromisos, China -que produce 60% de su electricidad a partir del carbón- ha incrementado estos meses su extracción de hulla para hacer frente a averías de corriente.

Aunque ha prometido que 80% de su electricidad sería renovable en 2060, las inversiones en este sector se han reducido.

Y el segmento nuclear apenas representa el 5% del balance eléctrico chino.

Según los expertos, China ha tardado en presentar sus últimos compromisos debido a la reanudación de la producción de carbón.

«Han esperado hasta última hora para poder tener en cuenta las prioridades del país sin dañar demasiado su imagen internacional», estima Li Shuo.

Pekín ha prometido dejar de financiar proyectos de centrales de carbón y reducir su producción nacional en 2026.

¿Los árboles, la salvación?

China debe aumentar sus bosques en 6.000 millones de m3 respecto a 2005 con el objetivo de absorber CO2, según sus últimos compromisos.

Pero plantar bosques a toda prisa amenaza la biodiversidad, advierte el ecologista Zhu Jinfeng. Y esta biodiversidad es crucial para la adaptación del planeta al calentamiento.

El peso de la política

El régimen comunista soporta mal las presiones internacionales y no duda en obtener a veces réditos con fines políticos.

Su emisario para el clima, Xie Zhenhua, explicó a fines de octubre que Pekín esperaba ver las promesas de los demás grandes países antes de publicar las suyas.

En un contexto de fuerte degradación de sus relaciones con Occidente, el poder chino advirtió a Estados Unidos que la cooperación en materia climática puede verse afectada.

China acusa a los países ricos de no ayudar lo suficiente a los países pobres a adaptarse a las medidas que exige el calentamiento.

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