En el mercado

Cerveza Toch demuestra que es posible emprender en Táchira

Fotos: Rosalinda Hernández
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Pese a la crisis económica, política y social, persiste una generación de jóvenes emprendedores que dan lo mejor de sí, porque están convencidos que “en Venezuela todo está por hacerse”. Es el caso de la cerveza Toch, hecha en Táchira.

«Si todos nos vamos… ¿quién va a construir el país?”, se pregunta Jorge Luis Escalante, tachirense, arquitecto y creador de una nueva y exitosa marca de cerveza artesanal del estado Táchira.
De naturaleza emprendedora, a pesar de tener su propuesta de cerveza artesanal en pleno desarrollo, deja saber que su creatividad no descansa y tiene más ideas “revoleteando” en la cabeza. Solo espera el momento para concretarlas. Así es Jorge Escalante, creador de la cerveza Toch.
Si emprender en los actuales momentos cualquier tipo de negocio en Venezuela, resulta difícil,  en el Táchira pudiera parecer una misión imposible, cuando se refiere a sortear extensos cortes no programados de electricidad.
En algunos municipios, por ejemplo, se superan las 50 horas continuas sin luz, además de la escasez de agua potable que en algunas zonas, como las limítrofes con Colombia, puede extenderse hasta por dos meses, lo que obliga a la compra de camiones cisternas cuyos precios oscilan entre 100 mil y 150 mil pesos colombianos, unos 555.000 y 830.000 bolívares al cambio del día.
Encontrar el gas para el procesamiento y preparación de los productos, es otro de los grandes desafíos que enfrenta un emprendedor, pues la empresa PDVSA Gas, única encargada de la venta y distribución del insumo, ha tardado hasta cinco meses en llenar los cilindros a las comunidades.
En las largas colas para surtir combustible en la región, se pueden pasar hasta dos o tres noches de espera, lo que imposibilita y demora la distribución y movilización a los productores, como también la llegada de materia prima.
Pero incluso así, hay venezolanos como Jorge que apuestan y trabajan duro por el país.

Toch
Un sueño de larga data

Hacer cerveza artesanal no nació de imprevisto. Fue una propuesta bien pensada y poco a poco concebida desde hace más de 10 años. Nació en las aulas de la Universidad Experimental del Táchira, (UNET) cuando Jorge era apenas un estudiante que como muchos otros, sueñan con cambiar el mundo, innovar y hacerlo mejor.
Durante un periodo de pasantías universitarias, el emprendedor tachirense, viajó a Irlanda, allí permaneció durante algunos meses y se alimentó en conocimientos para ejecutar el proyecto que se había trazado: la fábrica de cerveza.
A pesar de estar en el lugar perfecto, en Dublin, para iniciar o emprender el sueño, no fue allí donde se quedó.
“En Irlanda hay tantos tipos de cerveza que una persona, en la vida, no podría probarlas todas. Allá la gente está acostumbrada a tomar cerveza como aquí tomarse un café. Conocí y aprendí, pero no era allí donde quería estar”, dijo con determinación.
Llegó un momento en el que tuvo que decidir entre un mundo de opciones y desafíos, en medio de una vida tranquila y olvidarse del sueño que empezó cuando apenas era un estudiante, o regresar a Venezuela y concretar lo que se había proyectado, por lo que había trabajado.
Regresó porque sentía que la idea tenía que embotellarse en el Táchira.
“En Irlanda también uno puede cambiar el mundo pero la diferencia no se nota mucho. Aquí es donde se puede. A pesar de todo, Venezuela es como un lienzo blanco donde uno puede empezar a construir y armar una obra de arte. Allá todo está armado, aunque muchas cosas se pueden mejorar”, comentó Jorge Escalante.
Con apenas 50 euros, el único capital que le quedó para emprender, más allá de la experiencia adquirida para iniciar el sueño cervecero, llegó a Venezuela.
Las cosas poco a poco fueron tomando el rumbo necesario. Después de Dublin, se adiestró en el oficio a través de un curso que impartieron en San Cristóbal y en él obtiene los principios básicos para arrancar un emprendimiento propio.
“Me asocié con un amigo y un cuñado. Con los 50 euros empecé a comprar lo necesario para empezar: termómetro, densímetro, pipeta y algo de materia prima. Al comienzo hasta las ollas eran prestadas”, recuerda.
El concepto con el que Jorge siempre quiso sellar su emprendimiento, tenía que estar estrechamente ligado a la región, debía ser algo netamente tachirense. Así se crea la marca: Toch, diminutivo del regionalismo “toche”, la palabra de uso común en el argot popular tachirense da origen a la marca de cerveza artesanal.
“Toche, culturalmente, es una expresión muy nuestra, es algo que nos identifica. Es una palabra característica del Táchira”.

Tener la palabra “toche” como marca de una bebida, seguramente no sería bien visto, entonces Jorge recordó que cuando estuvo en Dublin, quería decir “toche” pero no sabía cómo pronunciarlo en inglés, de tanto bromear con amigos, acordaron en decir Toch, y de allí sale el nombre de la cerveza.
La cerveza más tachirense
Empezó analizando el mercado al que se iba a dirigir el producto, con la intención de acertar en la propuesta.
“Empecé a darme golpes porque a uno no le enseñan en la universidad sobre emprendimiento, ni economía o marketing. A uno lo enseñan a armar curriculum para llevarlo a empresas buenas con la intención de que nos vaya bien en la vida. No es así, de esa manera nadie garantiza que le irá bien”, señala.
El desánimo nunca sobrevino, ni siquiera cuando el mercado tampoco ayudaba y muchas personas no creían posible que desde el Táchira pudiera salir una marca de cerveza artesanal para Venezuela y el mundo. Pocas personas creyeron en el emprendimiento y convencer a la gente fue uno de los pasos más difícil, relata.
“El tachirense es de carácter desconfiado, un poco cerrado y testarudo pero una vez que te abren las puertas, no se te cerrarán. Eso lo sabía, soy de aquí, y por eso insistí tanto hasta lograr esa confianza”, relata.
Superada la primera etapa, hubo que enfrentar otro paso difícil: encontrar la materia prima (cebada y lúpulo) en el país, misión imposible por lo que era necesario conocer los mecanismos para importarla.
Otro de los obstáculos a sortear era el envasado porque no era posible conseguir las botellas. El gobierno para ese momento había eliminado la tercerización y las compañías que compraban las botellas de vidrio a las fábricas fueron eliminadas. Ahora debía comprar directamente a los fabricantes.
“Todo se puso complejo, la única fábrica que producía botellas la manejaba el gobierno y para poder comprar tenía no solo que tener todos los registros y permisos al día, sino también tenía que comprar más de 3.500 botellas. Todos los obstáculos posibles, nada sencillo para un emprendedor”, recuerda el tachirense.
Nada lo amilanó y a cada obstáculo le llegaba la solución. Al final logró comprar la paleta de 3.500 envases de cerveza de un tercio (350 ml), el tamaño indicado para este tipo de producto.
Toch y sus variedades
Ya con nombre propio y concretado el producto, la marca Toch, sale al mercado tachirense hace cuatro años, con siete variedades de cerveza que van desde los sabores más suaves y apariencias claras hasta aromas fuertes y oscuros.
Cada una de sus presentaciones está relacionada con el espíritu e idiosincrasia del habitante de la región, además de estar inspirada en las raíces andinas.
TOCH

Hidalguía es el nombre escogido para la cerveza de apariencia más clara, suave y viva que se produce, con 5.8 grados de alcohol. Su nombre representa la nobleza y confianza de las personas del campo tachirense. Su base es el trigo cultivado en el municipio Jáuregui, como ingrediente extra que la distingue de las demás.
Mística es una cerveza de jengibre y miel con 5.8 grados de alcohol. Está inspirada en la mística del paisaje (paramos, montañas y en los atardeceres de la ciudad) y en las personas que lo habitan.
Ojos rojos es una cerveza que representa el café en los ojos de los tachirense, tiene 6.8 grados de alcohol. Fue la primera cerveza que se lanzó, la que superó las pruebas y continuamente fue mejorando. Lleva un toque de panela (papelón) como un adicional al resto de la preparación.
Titán es una cerveza roja que se identifica con el trabajo. Su nombre fue extraído de una estrofa del himno del estado Táchira: «El trabajo es la fuerza suprema que nos lleva cual nuevo titán a la meta sublime de los pueblos que saben triunfar”. Tiene papelón, remolacha y un toque frutal de cascaras de mandarina. Es la que contiene mayor grado alcohólico, 8 grados.
Nativa es una cerveza negra elaborada con trigo oscuro. Es refrescante, suave y sedosa a pesar del color. Tiene unos toques ahumados y 5.6 grados de alcohol.
Rebeldía fue el segundo tipo de cerveza que salió al mercado y ha sido no solo la más cotizada, también la que más problemas ha dado. Es amarga y está elaborada con sabores tostados que la hacen particular. Un dato curioso, durante su elaboración, siempre surge algún detalle técnico en el laboratorio. Su nombre está relacionado con la idiosincrasia del tachirense, más allá de los últimos acontecimientos políticos y sociales que han marcado a la región. La rebeldía del tachirense se remonta a siglos pasados.
Sereno es una cerveza oscura tan tranquila como el sereno de la noche. Su característica principal es el sabor fuerte que originan los ingredientes tostados en la preparación. Tiene toques dulces y 6.5 grados de alcohol.
Solo pero seguro
En el camino del emprendimiento, se fueron quedando los socios de Jorge. Ahora, con el apoyo de su padre y unos primos, el arquitecto tiene la certeza que no es nada fácil emprender una idea de negocio en Venezuela.
“Casi nos vimos en la quiebra en dos festivales a los que asistimos. Vendimos absolutamente toda la producción, pero ese fin de semana lo siguió la mega devaluación del bolívar, cuando la plata cayó en el banco ya no nos alcanzaba ni para comprar la materia prima. Empezamos otra vez de cero, era la tercera vez”, recordó.
Cuando se le pregunta a Jorge Escalante sobre por qué tanto insistir en algo que parece difícil de consolidar, la respuesta está ya pensada:
“El proyecto está estudiado y es factible. Si yo tengo una idea, un plan, también sé que van a haber mil obstáculos para concretar. Si se hace con dedicación, ningún obstáculo nos va a detener. La convicción me hace seguir, creo en lo que hago”.
Con un representante de mercadeo contratado para la marca, la cerveza Toch empezó a llegar a los bodegones de San Cristóbal y la gente empezó a conocerla y a buscarla.
Barquisimeto fue la segunda capital de un estado del país donde tuvo aceptación. Luego siguieron Barinas y Portuguesa. Más allá de las fronteras (España, Austria, Estados Unidos, Chile), ha llegado el sello Toch, y se espera seguir expandiendo la marca, especialmente en territorios de Sur América.
En Táchira existen tres casas cerveceras más, que trabajan unidas en medio de una competencia sana para surgir a pesar de los tiempos difíciles a los que se enfrentan.
Coordenadas
Para conocer más la marca puede seguirla en instagram @cervezatoch]]>

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