Opinión

Así es el panorama del mercado del fútbol venezolano

En esta columna, Carlos Domingues analiza cómo se mueve el mercado de fichajes y las razones que mueven a cada club. En general, opina, la mesura está dominando en las finanzas de los equipos de primera división

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Fútbol venezolano

En esta labor de comunicador deportivo hay responsabilidades tácitas. Una, es la que tiene que ver con explicar y dar a conocer al aficionado, cómo son las formas y los manejos en el fútbol. ¿Por qué? Porque hay reclamos, quejas, inconformidades que se expresan desde el desconocimiento.

En estos días de mercado de fichajes en el torneo nacional, surgen muchas interrogantes acerca de los refuerzos y las negociaciones para incorporar futbolistas. Están los equipos que jugarán fase de grupos de Libertadores, los otros que disputarán competencias internacionales y el resto. En este panorama, hay varios perfiles: los que quieren ser competitivos en el escenario continental, los que quieren pelear campeonato y los que se arropan hasta donde la cobija les permita.

En Venezuela, son pocos los equipos que no se planteen como presupuesto del año, aspirar a ser campeones. Sí, créalo. En un fútbol tan modesto como el nuestro, donde los mecenas hoy día marcan el perfil del propietario, prácticamente todos, grandes y chicos, quieren ir por el título o cuando menos, por un cupo internacional que les permita un financiamiento a corto plazo.

Ahí comienza el error: la planificación no tiene como prioridad la sustentabilidad. Son pocos los conjuntos que piensan a largo plazo. El cortoplacismo prevalece y en cierto modo es comprensible porque las instituciones no son rentables. Poco a poco se han ido incorporando a los trenes dirigenciales gente preparada, estudiada, para tomar decisiones partiendo del conocimiento adquirido y de cómo administrar en la escasez. Sin embargo, siguen siendo los dueños quienes tienen la última palabra y la gestión depende más del ánimo y las ganas del propietario.

¿Cuándo fue la última vez que un equipo venezolano vendió a un futbolista al extranjero? La mayoría de los casos son préstamos, cesiones. Otros, se van cuando finalizan contratos que por media en Venezuela, son de solamente un año de duración. Un año te permite no hipotecar los recursos en caso de crisis y el futbolista lo ve bien para maniobrar su estadía de acuerdo a sus intereses.

Lo que acostumbramos a ver en otros campeonatos, eso de tramitar renovaciones antes que los contratos culminen, poco se estila en el país. Los arreglos suelen hacerse una vez terminadas las temporadas (ya los equipos saben si jugarán competencia internacional para planificar con esos recursos), por lo que es lógico que futbolistas que han tenido un desempeño destacado o quieran emigrar o fichar en un club donde pueda cobrar mejor.

Una realidad es que el futbolista venezolano y sus agentes han ido aprendiendo (aunque todavía pecan en algunos casos) que los clubes nacionales que ofrecen villas y castillos, salarios astronómicos, no son de fiar. Vale más aprovechar una oferta modesta en el extranjero o fichar por equipos que tengan compromisos internacionales, que correr detrás de un fajo de billetes que, en la mayoría de los casos, no van a cobrar en su totalidad.

Vista la realidad del mercado, fichar bien en Venezuela es realmente una hazaña. Los futbolistas del campeonato que destacan, exigen salarios que no se ajustan a la realidad financiera del campeonato nacional y eso hace que los equipos negocien con futbolistas con un desempeño modesto, repatriar futbolistas criollos fuera de nuestras fronteras o traer extranjeros, de allí que la LigaFUTVE evalúe la posibilidad de ampliar el número de foráneos en las plantillas.

Ya, ni a golpe de chequera, como pasaba hasta hace unos años, los equipos pueden garantizar armar “trabucos”. La Guaira, equipo que acostumbraba a mostrar lujosas nóminas, hoy va por la modestia y la formación de futbolistas. Táchira, con buena plata garantizada por su clasificación a fase de grupos de Libertadores, es el que más se ha movido incorporando a jugadores que han destacado en equipos de presupuesto contenido, de calidad indiscutible. Otros, como Caracas, se mueven con prudencia en medio de una serie de bajas importantes, de las cuales depende la estructuración de cara a 2022.

Esa es la realidad del mercado. Ya no hay plata de sobra para tirar la casa por la ventana. Los equipos son prudentes. Los salarios han bajado, las exigencias son las mismas. Ser rentables: el reto de todos para hacer del fútbol nacional un espectáculo que no sea volátil.

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