Viciosidades

¿Cómo es eso de que ellas prefieren tirar sin condón?

La pausa en el clímax, el sonidito para abrirlo, de repente (si tardas mucho) hasta se reduce la erección: podría entenderse que existan razones que hagan que los hombres prefieran el sexo sin preservativo. Pero, ¿las mujeres? ¿Nunca has escuchado a alguna decir que le fastidia el amiguito de látex?

Composición gráfica: Yiseld Yemiñany
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Casey Copen, socióloga y experta en estadística, lleva más de 10 años investigando el uso del condón y su relación con las enfermedades venéreas en Estados Unidos. Recientemente, en una encuesta realizada a 11.300 hombres y 9.000 mujeres, encontró que solo 24% de los hombres y 19% de las mujeres afirman usar condón cada vez que tienen sexo.

Casi 20 millones de casos nuevos de enfermedades venéreas (¡susto!) son registrados cada año en Estados Unidos. Y sin embargo, la mayoría sigue tirando sin protección.

Según Copen, la decisión de usar o no condón depende de tres factores: el deseo de una mujer de quedar embarazada, la experiencia utilizando otros métodos o la relación y situación que envuelve a la pareja sexual.

Estos testimonios de tres caraqueñas de entre 20 y 25 años, nos pudieran sacar de algunas dudas respecto a qué piensan las mujeres sobre usar “el gorrito”. También sorprenden.

Andrea usa pastillas y cuando tiene un novio estable le da sin condón y con “pull out” (para ustedes que son marginales, eso significa «acabar afuera»). “Aunque no siempre, si estoy con pastillas sólo eso”.

Es importante saber que la mayoría de las pastillas anticonceptivas prometen 99% de efectividad (si se le olvida un día a la mujer, esa efectividad se reduce) pero los riesgos de enfermedades de transmisión sexual siguen presentes.

Aunque sea tu novio «de confianza».

Esto es un “chileo” generalizado que no se logra entender.

“Es la primera vez que tengo un ‘culito’, entonces estoy usando condón” me dice Andrea justificando su flojera: “Me ladilla el condón, prefiero no usarlo si tengo la confianza. Se siente menos y no es que me irrita pero siento como resequedad o no sé cómo describirlo”.

La excitación es la causa de la lubricación vaginal y Andrea asegura que un condón la excita menos, también que le cuesta más acabar. Pero caemos en una vieja regla, un buen “pre game”, “foreplay” o “predespacho” hace que acabar para la mujer sea realizable. ¡Sean dadivosos, vale!

Andrea confrontó a sus novios por las ETS. Les preguntó si se habían hecho algún examen y hasta ahí. Prefirió creer en la buena fe del otro. Y del otro. Y del otro.

El caso de Carmela es distinto. “No soy la más responsable para preguntarle porque sé que mucha gente se cuida full, pero uso condón cuando no reviso y sigo el método del ritmo cuando estoy sexualmente activa”.

El método del ritmo (o método del calendario) te ayuda a predecir tus días fértiles al hacer un seguimiento de la duración de los ciclos menstruales durante varios meses. Sin embargo, se considera uno de los métodos anticonceptivos menos efectivos. Según Mayo Clinic, aproximadamente 24 de cada 100 mujeres que utilizan la planificación familiar natural como método anticonceptivo quedan embarazadas durante el primer año.

Y, obviamente, el método del ritmo tampoco te ayuda a prevenir la transmisión de enfermedades.

Carmela piensa que la diferencia entre usar y no usar condón es abismal: “Hay muchísima más sensibilidad cuando no se usa y se disfruta más, a mi parecer. Cuando tengo una pareja sexual estable, prefiero no usar”.

“¿Tienes miedo al VPH?” parece no ser una pregunta que se hace esta generación que comienza a ser sexualmente activa. “Sí le tengo miedo», responde Carmela: “Si voy a hacerlo sin condón es porque conozco suficiente a la persona para saber que estamos siendo responsables y que ambos estamos seguros”.

La confianza, otra vez. Como si no existieran las mentiras. ¿Qué estarías dispuesto a jurar para meterle a la chama que te gusta?

Francesca, en cambio, no usa condón casi nunca. Dice que sólo tiene sexo con parejas estables y se cuida del embarazo tomando anticonceptivas, pero sin ninguna otra protección.

Le tiene miedo a las enfermedades de transmisión sexual, admite. Pero un factor externo determinó sus preferencias: “No sé si es porque a mi primer novio no le gustaba usar condones, entonces yo maltripeaba porque él no quería, pero a mí sinceramente me da igual usarlos o no”.

Explica que su novio actual estuvo enfermo justo antes de empezar la relación y se hizo todos los exámenes, pero Francesca nunca los vio.

“¿Eso se hace? ¿La gente pide los exámenes? No sé, simplemente le tengo confianza y ya”.

Ella ha tenido cinco parejas sexuales en total. Suponemos que todas le han dado la confianza necesaria. ¿Es esta una generación muy crédula o qué?

Hablemos del virus de papiloma humano: se estima que 80% de la población mundial podría contagiarse -en algún momento de la vida- de alguno de los 200 tipos de VPH que se han identificado. Para ponerlo en un contexto más próximo: afecta a 1 de cada 10 mujeres y a 2 de cada 10 hombres.

Y hagamos una breve visita al virus de la inmunodeficiencia humana: en la actualidad hay al menos 37 millones de personas que son VIH positivo y según la Organización Mundial de la Salud 1 de cada 4 portadores de VIH no sabe que el virus está en su cuerpo.

Una encuesta de 2012 hecha en Caracas -avalada por OnuSida, Unicef y la Organización Panamericana de la Salud- reveló que 5 de cada 10 encuestados pensaban en ese momento que no podrían detener el acto sexual para ponerse un preservativo y que solo 34% de los hombres y 25% de las mujeres utilizaban condón siempre.

Y esto le va a encantar a quienes apuestan a confiar: «De la población que se ha iniciado sexualmente, 4 de cada 10 personas se ha realizado alguna vez una prueba de VIH, pero 6 de cada 10 no lo ha hecho nunca (56% de las mujeres y 59% de los hombres)».

Andrea, Carmela y Francesca son jóvenes de clase media-alta, con estudios universitarios, que manejan información. Y sin embargo, para ellas el condón es poco menos que un fastidio. Esta nota nació de escuchar en una fiesta a otras tres mujeres que no han cumplido 30 años decir cosas similares y menospreciar los riesgos del Sida. ¿Es un asunto generacional?

La gente que hoy anda en torno a los 40 años creció bombardeada por alertas constantes sobre los riesgos de contagio de VIH y de enfermedades de transmisión sexual. ¿Qué ha pasado con esas campañas? ¿Por qué jóvenes como ellas perciben los riesgos tan ajenos a su círculo íntimo cuando en realidad sus propios criterios y decisiones las exponen?

Sí, el condón podría ser un poco fastidioso. Pero no más que una colonia de verrugas de VPH en tu vagina o en la punta del pene de tu novio «de confianza». O que el ardor de una gonorrea. Y tampoco será menos fastidioso que tener que aprender a vivir y a lidiar con el VIH en tu cuerpo, como ya lo hacen al menos 150 mil venezolanos.

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