Entrevista UB

Actriz, dramaturga, novelista: y apenas tiene 22 años

Isabella García-Ramos está a punto de graduarse en Comunicación Social, pero su hoja de -joven- vida ya acumula obras propias, actuación y textos que esperan por ser publicados. Y apenas empieza su carrera artística multidisciplinaria

Foto de portada: Carolina Arrieta | Fotos en el texto: Carolina Arrieta, Ariadna Sánchez y Bruce Murray
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Desde que aprendió a utilizar un lápiz la imaginación de Isabella García-Ramos ha consumido muchos papeles y blocks: ha ganado concursos de literatura y ya escribió cinco obras de teatro de las cuales dos han cobrado vida en las tablas. También su pluma ha creado tres novelas que hasta los momentos esperan por una editorial que quiera sacarlas a la luz.

A los doce años, por curiosidad, decidió aventurarse en el teatro como actriz y desde entonces no ha perdido el gusto por cambiar de piel. Ha participado en 10 obras de teatro, una de las cuales escribió y fue su debut como dramaturga.

Otra pasión es la fotografía. Los autorretratos son una manera de poder entenderse más, los retratos le permiten descubrir cada ángulo que tiene el otro. Con su lente ha podido “congelar ese momento tan efímero como una obra de teatro o un concierto”.

Además de contar con sus matices de artista agrega la docencia -actualmente está sacando el componente docente en la Universidad Monteávila- , uno de sus sueños es inspirar a la gente y ella considera que la educación es un camino hermoso para hacerlo y para el 2020 se graduará como Licenciada en Comunicación Social de la UMA.

-Por allí me dijeron que te autodenominas Hermione Granger, ¿acaso tienes un giratiempo para que te rinda el tiempo o qué? Esas cinco profesiones que mencionaste requieren de mucha dedicación.

Déjame contarte mi mayor secreto, sí tengo un giratiempo -dice, mientras se ríe-. No vale, no lo tengo pero sí tengo una memoria fotográfica increíble, toda mi vida ha sido así, es muy fácil que recuerde las cosas. Creo que por eso no funciono con agendas. A ver, yo creo que todas las carreras requieren de tiempo, y un buen profesional es dedicado independientemente del área que escogió.

-Vamos a dirigir esto hacia las artes escénicas, ¿qué vino primero, la dramaturga o la actriz?

La actriz, por muchísimo tiempo. Comencé a actuar cuando tenía doce años en el grupo teatral “Colibrí” bajo la dirección de José Manuel Ascensao. La dramaturga llegó mucho tiempo después, llegaría a los 18, en ese periodo que estuve fuera del teatro porque había comenzado con la universidad y el horario no me permitía asistir a los ensayos.

Cuando tenía 20 actué con Federico Pacanins en una obra y en una electiva de teatro que tomé en la universidad. Regresé a Colibrí porque José Manuel siempre había querido abrir un grupo de teatro juvenil, nosotros le insistimos y lo abrió. Allí fue donde surgió la oportunidad de hacer “Prohibidos” porque él no tenía una obra juvenil que montar y estaba abierto a recibir propuestas.

“Prohibidos” es la tercera obra larga que he escrito, pero es la primera que se llevó a escena. Esta obra fue mi debut como dramaturga. Prefiero ser más actriz que dramaturga, pero siempre ha sido mi sueño actuar en una obra en la que he escrito.

Con “Knoche: El doctor que venció la muerte” tuve la oportunidad de ver la obra, no formé parte del equipo y ni del elenco, solo fui la dramaturga, pero fue una experiencia increíble ver como la montaron, aunque me hubiera gustado actuar.

“La vena artística”

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Isabella García-Ramos contó que la fascinación por el teatro viene de sus abuelos y de su madre Cecilia, mientras que la pasión por la escritura proviene de su padre Alberto. “Todos esos gustos se concentraron en mí y de una manera más expuesta”. Desde muy pequeña era muy extrovertida y le gustaba bailar en público, disfrazarse, escribir y contar cuentos. A medida que fue creciendo, se dio cuenta de que esa “vena artística” formaba parte de su esencia.

La escritura se manifestó en ella cuando tenía diez años. En su colegio realizaban concursos de literatura y las postulaciones las llevaban a cabo cualquier día aleatorio para que nadie estuviera preparado. En la primaria de ese plantel se dominaba el inglés y el español para todas las materias. El día que le tocó tuvo que escribir en inglés y elaboró una canción con la temática de ese año: “green hope for the earth” (la esperanza verde para el mundo).

Isabella obtuvo el tercer lugar en el concurso para la categoría de primaria. Fue su mayor logro hasta entonces: estaba en cuarto grado. A partir de allí emprendió su camino para convertirse en escritora.

Reconoce que los “cuentos cortos” no se le dan con tanta facilidad y por eso recuerda con tanto cariño uno que escribió cuando tenía catorce años. La temática era sobre las fronteras y decidió irse por otro rumbo: elaboró la historia de una espía de la Segunda Guerra Mundial que muere en un campo de concentración y su premisa fue que la frontera entre la libertad y la esclavitud era la muerte.

Ese relato contenía bastante drama, el personaje decía que cuando la asesinaran la estarían liberando del sistema opresor en el que se encontraba. Un contenido bastante intenso y profundo para una adolescente. Allí supo Isabella que sus historias siempre estarían cargadas de drama y de mucho aliento, de allí su inclinación a la dramaturgia.

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-“Prohibidos” es la tercera obra que has escrito, ¿las otras dos saldrán de la gaveta para caminar en las tablas?

La primera obra, de teatro juvenil, que escribí se llama “Anastasia, la princesa perdida”. Es una versión que hice de la historia de la princesa Anastasia Romanov basada en la película animada y en el musical de Broadway. Mi adaptación es apta para el público infantil pero sube el tono en algunos detalles porque se toca el tema político en donde se desenvuelve la historia de Anastasia.

La segunda se llama “Sangre de mi sangre” y habla sobre la historia de la Condesa Elizabeth Báthory, mejor conocida como “la condesa sangrienta”, que fue la primera mujer en convertirse en asesina en serie. Es una historia donde se confronta con una chica que representa todo lo que la condesa no es y ellas llegan a tener una relación muy cercana que luego se transforma en una fuerte enemistad.

Las dos obras las han leído solo personas de suma confianza, espero que puedan llegar pronto a las tablas.

-Cuando te entrevisté sobre la obra acerca del doctor Knoche mencionaste que tu género literario favorito es la ficción histórica, allí se ven reflejadas tus cinco obras, ¿quién o qué te llevó a esa fuente?

Creo que no fue algo específico, la historia siempre ha estado presente para mí, en distintos formatos, películas, documentales, libros. La primera saga de libros que leí fue la de Narnia y mi papá es muy fanático de ese contenido.

La historia hoy por hoy es una maravilla y más de una vez la realidad supera a la ficción. Por ejemplo está la historia de la condensa sangrienta, solamente tienes que transcribirla por lo compleja que es. Ese tipo de cosas son valiosas y no las puedes desperdiciar.

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-¿Nunca has pensando en adentrarte en el mundo audiovisual como actriz?

La verdad sí, me encantaría probar esa plataforma. Sin embargo, tengo entendido que la actuación de televisión es completamente distinta porque en el teatro es lineal, pero en el cine o TV depende del director y de cómo quiere llevar el orden del montaje.

– Tienes 22 años, en menos de un año te gradúas de comunicadora, tienes una carrera artística precoz interesante, ¿hacia dónde te quieres dirigir?

El plan es hacer dos postgrados, uno en artes escénicas en Madrid porque quiero seguir en esto y es evidente que este es el camino que voy a tomar. El otro que quiero hacer es de escritura creativa. Eso por ahora. Y seguiremos viendo, porque me gustaría trabajar en las novelas que he escrito, ya sea publicándolas o quizás actuar en algo más audiovisual.

La gente cree que el mundo artístico es solamente contar con el talento, pero la verdad no es así, el estudiarlo y academizar el arte es una cosa sabrosísima. Además, eso te da muchísima metodología y estructura a la hora de crear, algo que puede ser tu valor agregado, lo que te diferencia de los demás artistas que solo cuentan talento. Y ojo, no digo que el talento no sea suficiente, pero he conocido gente que por tener mucha constancia predomina por encima del artista innato.

– Teniendo ese plan en tu cabeza, ¿regresarías a Venezuela?

Sin duda, me gustaría muchísimo volver, hay muchas oportunidades acá. Sé que no estamos por la situación más fácil, pero creo que la evidente migración y la salida del talento en el país ha dejado un enorme hueco y sería una locura no aprovecharlo. Aquí hay mucho por hacer.

Cuando se estrenó la primera temporada de «Prohibidos» en ese momento tenía 20 años… ¿En qué universo una niña de veinte tiene la facilidad de conseguir un director que quiera montar su obra y que ella pueda actuar como la protagonista?

Aquí hay oportunidades que parecieran ser sacadas de películas de Hollywood y eso le ha pasado a la gente en la vida. A pesar de que la cultura del teatro acá no sea como sea el de Broadway, la gente no se rinde y sigue trabajando.

Me han enseñado ser agradecida, este país me ha dado todo, y la manera de darle las gracias a Venezuela es invertir mi trabajo en ella.

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● Marvel o DC Comics: Marvel, DC pero más Supergirl y Wonder Woman.
● Serie favorita: Game Of Thrones.
● Libro favorito: La saga de Harry Potter y El Ruiseñor, de Kristin Hannah.
● Dramaturgo favorito: William Shakespeare. Y en musicales Andrew Lloyd Webber.
● Escritor favorito: Edgar Allan Poe.
● Fotógrafo favorito: Lee Miller.
● Cuál contenido consumes más en tus RRSS: Todo lo referente a la cultura pop.
● Coca Cola o Pepsi: Coca Cola.
● ¿Con cuál actor o actriz te gustaría trabajar?: Alan Rickman (RIP) o Hayley Atwell y Julie Restifo.
● Obra favorita: Macbeth, de William Shakespeare. Frozen y Wicked, en Broadway.

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