La herida que han dejado los controles de cambio y la desconfianza de los inversores se desangra todavía. Y pareciera no haber un parche, una sutura o una cauterización que logren detener la fuga de capitales. En un reportaje para la Revista Clímax, César Batiz, enumera los casos más emblemáticos del problema que aún no logra solucionar el Ejecutivo.
Batiz reseña desde empresas de maletín que se burlan de organismos como Cencoex, o de la extinta Cadivi, hasta inversionistas que envían lejos su dinero porque la inflación se acerca al 70% y devora los ahorros en bolívares. Además de listar los motivos de este escape y dar un paseo por la historia de la fuga de capitales en Venezuela, el periodista se tomó el tiempo de contar cuánta de esta riqueza ya no reposa en los bancos del país.
Este es el resultado de la investigación:
Ahora el Gobierno busca ansioso billetes verdes en mercados financieros, en préstamos con su gran socio comercial, China, e incluso se anuncia la venta de Citgo: la refinería venezolana en Houston, por la cual se estima recibir 10 mil millones de dólares, cerca de 10% de los 111 mil millones que se fugaron en medio del control de cambio.
El reportaje de Batiz prueba punto a punto por qué llega a esa conclusión. Puede leerse aquí.