Cultura

“La llamada”, el fenómeno teatral español, llega a Caracas

Este musical, atípico por donde se le mire, ya ha sido visto por más de 2 millones de personas dentro y fuera de España. Es una obra desenfadada e irreverente donde Dios se expresa con las canciones de Whitney Houston en un campamento de verano cristiano, donde pasa de todo

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Como una original comedia que “habla de la amistad, la fe, el primer amor, el reggaetón, el electro-latin y Whitney Houston” definen a su obra musical La llamada sus dos autores y directores. Se trata de Javier Calvo (Madrid, 1991) y Javier Ambrossi (Madrid, 1984). Ambos ya no son personalidades individuales, por lo menos artísticamente. Desde hace casi una década también conforman un ente conocido como Los Javis.

En su primera encarnación artística se colocaron en el corazón de la industria actuando uno (Calvo) en series como Física y química y el otro (Ambrossi), en El amor en tiempos revueltos y Cuéntame. Pero querían otra cosa, algo que fuese más suyo. De esta manera empezaron a escribir sus propios guiones, hasta cosechar el éxito en los vericuetos de lo alternativo del sistema teatral, con su muy particular éxito inicial como autores.

Empezó siendo un espectáculo underground para menos de 100 personas, el primer suceso de esta pareja artística y sentimental. Se estrenó en el único espacio que entonces les ofrecieron: el vestíbulo del madrileño Teatro Lara, aledaño a la Gran Vía, el 2 de mayo de 2013, durante ocho funciones a lleno completo. El éxito de público y de las críticas que lo avalaron, lo alzaron hasta el escenario principal el 18 de octubre de 2013, donde llegaron a colgar el cartel de “no hay localidades”, desde entonces y hasta ahora, en todas y cada una de las funciones de las ocho temporadas realizadas.

Irresistibles ingredientes

La llamada se ha paseado por más de treinta ciudades, dentro y fuera de España, incluyendo Moscú, con una audiencia estimada en  más de 2 millones de espectadores. En Latinoamérica ya ha llegado a México, Chile, República Dominicana y Argentina. Ahora le corresponde el turno a Venezuela, pues sus derechos fueron cedidos a Ventura Producciones, empresa que conjuntamente con Sonia Villamizar, como coproductora, la estrenará con un reparto propio, de artistas predominantemente emergentes, en un primer ciclo de cinco funciones, a realizarse en el Teatro del Centro Cultural BOD del 29 al 31 de octubre.

Javier Ambrossi y Javier Calvo, Los Javis, pareja artística y sentimental

Dora Mazzone (Sor Bernarda),  Cristina Mosquera (María), la Vero Gómez (Milagros), Stefany Frade (Susana) y Henrys Silva (Dios) llevan el peso histriónico de este montaje, que cuenta con la dirección general de Guido Villamizar, la dirección musical de Zarik Medina, Delia Dorta como coach vocal y Nika Díaz en la coreografía. Ramón Pérez Pina estuvo a cargo de la escenografía, así como  Valentina Sánchez lo está de la iluminación, Guillermo Felizola de la fotografía y Jesús Navas en la asistencia de dirección.

Desenfadada, inusual y divertida 

El relato se construye teniendo como escenario principal al  campamento cristiano de verano La Brújula. La acción se centra en dos historias paralelas: la de María y Susana, dos amigas que sueñan con triunfar en el reggaeton, hasta que la primera de ellas empieza a recibir visitas nocturnas de Dios, que para más señas aparece cantando canciones de Whitney Houston. Y por otro lado está la de Sor Bernarda y la novicia Milagros, unas monjas modernas cuyo lema es “La música hace milagros”. Mientras que María empieza a sentir la llamada de Dios, la hermana Milagros, joven, inocente, admiradora de Presuntos Implicados  y con muchas dudas sobre su fe, se replantea su vocación.

Cabe resaltar que a pesar de tratar el tema de la religión, La llamada no es una obra espiritual ni muchísimo menos propone preguntas trascendentales.  El diario español El País publicó en 2019 que esta pieza “se ha convertido en el musical millenial definitivo”.

Dora Mazzone, Cristina Mosquera, Stephany Frade, la Vero Gómez y Henrys Silva, los protagonistas

“Todos necesitamos escuchar que hay un sitio para nosotros, seamos como seamos y deseemos lo que deseemos”, afirma Javier Ambrossi, creador junto a Javier Calvo de este fenómeno teatral que este 2021 cumple ocho años en cartelera,  todo un récord para una obra de pequeño formato. Tanta ha sido su resonancia, que en 2017 llegó a la gran pantalla la adaptación cinematográfica, con éxito de crítica y público, incluyendo cinco postulaciones a los premios Goya, de las cuales obtuvo el de mejor canción para La llamada, del cantautor español Leiva.

Fanáticos “Llamaders”

Su partitura, que vibra entre el electro latino, el reguetón y canciones de Whitney Houston y de Presuntos Implicados, es la clave en el triunfo de esta comedia musical. El otro ingrediente que le otorga un apreciable y particular atractivo son los diálogos cargados de humor costumbrista y surrealista, diseñados para conectar con público de todas las edades, pero especialmente con los más jóvenes. Tanto, que en España el espectáculo cuenta con una legión de cientos de llamaders, como se hacen llamar sus miles de seguidores vía redes sociales.

Las selección de canciones está formada por temas originales compuestos por Alberto Jiménez (cantante de Miss Caffeina), así como dos canciones de Whitney Houston, I Will Always Love You (Siempre te amaré) y I Wanna Dance with Somebody (Quiero bailar con alguien) -en el montaje venezolano le agregaron una tercera: I Have Nothing (No tengo nada)-, Presuntos Implicados, Henry Méndez y cantos religiosos, entre otros. Todo ello acompañado de una banda de cinco músicos.

José Luis Ventura, coproductor, desea que la gente disfrute de un musical distinto, muy diferente

Retoques a la venezolana

En conversación con El Estímulo, José Luis Ventura, de Ventura Producciones, coproductor de la versión venezolana de La llamada, dijo que se había hecho con los derechos de este musical hace varios años, aunque es ahora cuando ha decidido desarrollar el proyecto. Están ensayando desde hace tres meses y no tuvieron que hacer casting, por cuanto, tal y como se hizo en España, en su lugar prefirió apostar por artistas emergentes, con algunos de los cuales ya había trabajado en otras producciones.

-Esta obra la vi en  España en 2016, antes de ser el suceso que resultó. Hablé con Javier Calvo y Javier Ambrossi, Los Javi, que en ese momento no eran tan ultra conocidos como ahora. Yo compré los derechos y la iba a montar en 2018 o 2019, pero no se pudo. Luego vino la pandemia en 2020 y para hacerla ahora, en  2021, invité a Sonia Villamizar para hacer este montaje como coproductora.

-Vamos a conservar todos los elementos originales de la obra, aunque por supuesto va a tener algunos retoques nuestros: estamos usando otro tema más de Whitney Houston, además de los dos que ya tiene. Le inventamos una canción al personaje que interpreta Dora Mazzone, que en el montaje original no existe, pues la monja nada más canta un tema. Además de que los personajes que se nombran en la obra los trajimos más hacia las Américas. Lo que va a sonar es como más urbano, no como allá hacen lo latino, que es con mucha más fusión. Aquí los trajimos más hacia el reguetón, al lenguaje más actual de los jóvenes en este momento. Conservamos los temas originales y nosotros agregamos dos más.

Ilustración del montaje venezolano del musical de Los Javis

Pese a las dificultades

-¿Solamente lo montarán en Venezuela?

-Tengo los derechos de La llamada para Venezuela y Miami. En principio la estaremos presentando aquí durante un año, con miras a llevarla, en 2022 o 2023, a Miami, con un elenco de allá.

-¿No es riesgoso asumir esta obra en Venezuela, en una situación como la que vivimos?

-Entendemos las dificultades, pero hay que seguir. Aquí se hizo una inversión importante, tenemos un año para probarla. La idea es motivar al público a que venga a verla. Es una obra super fresca, que le llega a la gente joven, que es precisamente lo que queremos lograr. Todo es riesgoso en este momento en Venezuela, pero hay que seguir.

-La idea es llevarla también a otras partes del país, además de Caracas  Presentarla en otras ciudades, las que se puedan, las más cercanas por lo menos. Hay muchas cosas implicadas en esta producción, 18 personas entre músicos, actores, técnicos, escenografía, iluminación, sonido… Por ahora nos estamos basando en este primer empeño, luego con cinco funciones más en diciembre y comenzaremos a girar después, pues tenemos solicitudes de Valencia, Maracaibo, Lechería, Barquisimeto y hay bastante interés en Ciudad Bolívar, desde donde nos han escrito.

-¿Cuánto tiempo durará esta primera temporada?

-Lo primero serán estas cinco funciones. No la vamos a hacer por temporadas sino por funciones. Utilizaremos este método para ver cómo marcha. Haremos estas cinco funciones en el teatro del Centro Cultural BOD, luego, en mes y medio, volveremos a montarla y así estaremos alrededor de un año.

Stephanie Frade y Cristina Mosquera, un dueto muy particular

Novedoso y actual

-¿Cómo fue el proceso de selección del elenco?

-Realmente no hicimos casting. Ya teníamos el elenco en nuestra mente cuando decidimos producir la obra. Estoy trabajando con Cristina Mosquera, con la que hicimos hace dos o tres años Lucy en el cielo con diamantes y que ahora es una de las protagonistas; está Stefany Frade, otra chica joven que estuvo en A todo volumen; como Dios está Henry Silva, Dora Mazzones que sería la madre superiora y la Vero Gómez, una artista joven que está empezando en la actuación, pues más que todo se ha hecho en la radio, en la Mega.

-Esto es algo novedoso, porque en Venezuela actualmente no está pasando mucho en lo que es la parte artística, no hay nada nuevo. Lo que se ha hecho son remakes de algunas obras de teatro. De hecho, creo que La llamada es lo único nuevo que hay en este momento.

Es sin duda un reto…

-Lo que estamos haciendo es tratar de usar el mismo esquema que usaron en España. Los hemos seguido muy de cerca siempre y he tenido bastante contacto con ellos. He visto cómo se ha desarrollado allá la obra y estamos usando el mismo esquema de publicidad y diseño gráfico, usando casi las mismas fórmulas para tratar de llegarle a la gente más de hoy, que es el público al que ellos le hablan. Esta es una obra para toda la familia, pero en realidad se concentra más en el público joven: tienen el mismo lenguaje, se habla del reguetón, de las drogas, del amor en cualquiera de sus formas; o sea, que no hay límites para nada. Es bien interesante, tal y como se puede ver en la obra y también en la película que hicieron después.

-¿La dotación del acompañamiento músical es igual que en España?

-Son cinco músicos, en nuestro caso, allá son cuatro. A diferencia de España, todas las canciones tienen arreglos vocales, que han estado a cargo de Delia Dorta. Tratamos de mantener los temas que son, pero con arreglos nuestros.

-¿Cómo marchan los ensayos?

-Llevamos tres meses ensayando bajo la conducción de un director joven, Guido Villamizar, quien salió del grupo Skena. Estamos dándole oportunidad a muchachos muy creativos porque, como te digo, el lenguaje que se maneja queremos proyectarlo a un público juvenil.

¿Futuros famosos?

-Están repitiendo entonces el mismo esquema que en España, con un elenco joven integrado por gente desconocida o poco conocida…

-Exactamente. De hecho, todos los que comenzaron en España eran totalmente desconocidos, ahora es cuando son conocidos.

-Incluyendo a Los Javis…

-Así es. Todos ellos, Belén Cuesta, Macarena García, todos han ganado Goyas y cimentado sus carreras con otros trabajos a partir de aquel momento. En nuestro caso, la más experimentada, y por supuesto primera actriz, es Dora Mazzone, intérprete de la madre superiora. Todos los demás, si te pones a ver, son actores jóvenes, nuevos.

-¿Tus expectativas en torno a este montaje?

-Mis expectativas son llegarle al público, generar que la gente venga y disfrute de un musical distinto, muy diferente. No es El fantasma de la ópera o Cats. Esto es otra cosa, es un espectáculo juvenil que se propone llegarle a ese público.

-¿Muy costoso?

-Todo ahora es un dineral. Es costoso, como están todas las cosas aquí…

Inevitables restricciones

-¿Cuáles serán las restricciones sanitarias de la sala por el Covid, siendo una obra presencial?

-El teatro del Centro Cultual BOD tiene una capacidad aproximada de 445 personas, pero por las restricciones sanitarias estamos manejando solamente 200 personas para las dos salas, que son necesarias para poder mantener el distanciamiento social, a razón de 100 personas en cada lado, y cada una con dos puestos de por medio. Con todas la medidas de seguridad que establece la institución.

-Además de este espectáculo, ¿qué otros eventos estás desarrollando?

-Seguimos girando con Yordano. Y esta es una primicia: el 3 y 4 de diciembre estaremos con él en el Centro de Acción Social por la Música, sede de conciertos de El Sistema, en Quebrada Honda. Ya antes estuvo Guaco haciendo la grabación de su disco. Yordano va a estar allí con la Orquesta Latinocaribeña Simón  Bolívar. Y con Nella, a quien manejo aquí en Venezuela, tenemos también previsto hacer algo allí. Yo siempre he vivido de la cultura y del espectáculo. Eso es lo que sabemos hacer y tenemos que seguir haciéndolo.

Henrys Silva como Dios

Coordenadas

Las funciones de La llamada serán el viernes 29 de octubre (7 pm), sábado 30 y domingo 31 (11:30 a.m. y 5 p.m.). Las entradas para esta temporada de estreno ya se pueden adquirir, vía online, a través de espectáculo.live y goliive.com. También a través del teléfono 0412. 2529478.

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