Cultura

Galería ABRA inaugura exposiciones de Dulce Gómez y Carelyn Mejías

Desde el 20 de marzo y hasta el 5 de junio se presentan las individuales de estas artistas venezolanas en el Centro de Arte Los Galpones, en Caracas: pintura y fotografía en íntimas exploraciones

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ABRA
Cortesía de ABRA

El domingo 20 de marzo de 2022, a partir de las 11 de la mañana el público caraqueño podrá disfrutar dos nuevas exposiciones en los espacios de la galería ABRA, ubicada en el Centro de Arte Los Galpones.

En el galpón 6 se inaugura Azul, Rosa y Siena, una individual de la artista Dulce Gómez con obras en las que reflexiona sobre el hecho pictórico y los factores que intervienen su código visual.

A su vez, en el galpón 9 se presenta Estado de alojamiento. Archivo, la muestra individual de la artista Carelyn Mejías. La joven venezolana exhibirá un conjunto de obras audiovisuales que, en un ejercicio de memoria personal, buscan abrir diálogos sobre la complejidad en torno a la fabricación de vínculos y sus representaciones; al cuerpo materno como soporte en su rol dentro y fuera de las artes; y a las posibilidades de creación a partir del archivo.

Azul, Rosa y Siena

Desde los inicios de su carrera, Dulce Gómez se interesó por la pintura, el ensamblaje y la instalación. La pintura le ha permitido crear un código propio y establecer conexiones entre las formas de los objetos y el registro de su pensamiento plástico. Sus obras, que parten de elementos desgastados o restos de procesos de restauración encontrados, devienen en abstracciones que apenas dejan entrever la reminiscencia de las formas que las originaron.

En Azul, Rosa y Siena, Gómez reúne en sala un conjunto de lienzos pintados entre 2020 y 2022 en los que se evidencia un código visual encriptado durante el proceso de creación. Guiada por la intuición y el azar, Gómez entreteje trazos y planos de colores para crear una realidad única. Entre las capas de transparencias y aguadas, subyace la materialidad que se diluye en la sorpresa del hallazgo que conlleva la experiencia pictórica.

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La artista nos plantea un análisis del acto de pintar, una reflexión sobre la apariencia, la presencia y la transparencia. En este sentido, Gómez investiga sobre la función de la imagen que parte de la conocida obra Ceci n’estpas une pipe del pintor belga René Magritte. Asimismo, hace una relectura del ensayo escrito por Michel Foucault sobre la obra de Magritte, y sobre la propuesta del filósofo Gilles Deleuze ante la tensión entre el hecho y su semejanza. Por otra parte, la artista revisa la cronología del arte digital y las ideas en torno a la desmaterialización del arte como estímulo; entre lo que se ve directamente en una pintura y lo que se ve en la pantalla de un dispositivo en la versión de un NFT.

Para Gómez, a la hora de crear, el pintor medita sobre “…las influencias, sus dudas y temores y el acto de pintar en tiempo real, derribar las coordenadas visuales, abolir la relación mano-ojo para que surja un hecho nuevo”.

Estado de alojamiento. Archivo

Carelyn Mejías ha usado la fotografía vernácula desde los inicios de su trayectoria como alegoría del afecto a partir del que es posible establecer una reorganización simbólica de su jerarquía familiar. Tras su migración en el 2018, Mejías construye nuevas narrativas, en las que dialoga desde su cuerpo con la reconstrucción, la metáfora y lo poético. La fotografía doméstica no funge entonces solo como vehículo de las emociones, sino que se transforma en una entidad simbólica que le permite representar y reemplazar cuerpos (in)tangibles.

Mejías parte de lo autobiográfico para generar imágenes en las que expresa sus preocupaciones por el archivo, el olvido, las ausencias físicas, la identidad, el desplazamiento, la memoria familiar, la representación de forma afectiva y política, el ámbito íntimo-privado y lo público-social; y más recientemente, la maternidad.

Estado de alojamiento. Archivo es un proyecto en el que la artista da espacio a las incógnitas que surgieron en su vida desde que se volvió madre. Entre fotografía, video, libro de artista y fichas-documentos; recoge reflexiones en torno a nociones como el archivo, la maternidad y el arte. Las obras que hacen parte de la muestra evidencian cómo se relaciona de forma corporal con su hijo en función de sus necesidades y las etapas que transita durante su crecimiento.

“Es mi ejercicio de memoria personal para no olvidarme que puedo y sé hacer algo más que maternar”, afirma.

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Así pues, Mejías se desprende de su individualidad para alojar –dentro y fuera- una vida y otra. La sobrecogedora experiencia de la maternidad la mueve a cuestionarse cómo seguir desarrollando sus investigaciones y propuestas personales en relación al campo del arte; a cómo generar espacios y tiempos para el quehacer diario artístico en relación a su contexto doméstico y al cuidado de otro cuerpo; y cómo continuar con un hilo investigativo que aborda el archivo, desde lo autobiográfico, después de la maternidad.

Y aunque la muestra “no tiene la pretensión de remarcar lo solitaria, difícil, dolorosa y hermosa que ha sido su maternidad”, advierte Mejías, las tensiones planteadas por la artista en sala se transforman en una invitación a la reflexión en torno al cuerpo materno, dentro y fuera de las artes.

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