Opinión

Felicidad laboral

El coach Ricardo Adrianza enseña a construir la felicidad laboral, a pesar de la crisis que pueda existir y mucho más allá del salario. Advierte que ha cambiado la motivación de los jóvenes en la forma de seleccionar sus empleos

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Foto Fauxels / Pexels

Si te quedas con solo el título de este artículo, Felicidad laboral, pensarás de primera mano que esto no es posible. Un país con la inflación más elevada del mundo, donde el dólar pierde capacidad de compra por la vorágine hiperinflacionaria no da cabida para pensar distinto. Sin embargo, las estadísticas y datos aportados por empresas especializadas en recursos humanos arremeten con fuerza contra esa percepción y desechan la influencia del salario percibido por los trabajadores como primera opción. Increíble, ¿no? Veamos…

Datos aportados por Adecco –empresa especializada en recursos humanos– basada en una encuesta para medir la felicidad laboral, afirman que “la conciliación laboral y personal es el factor determinante para alcanzar la felicidad en el trabajo”.

Quizás esa estadística pueda sonarte en cierta forma verdadera, pero lo interesante aquí es que el segundo y tercer factor se corresponden con un buen ambiente de trabajo y a tener un buen jefe, relegando así al salario al cuarto lugar, fuera del “podio” imaginario que hemos construido.

Los efectos económicos de un país desgastado por la corrupción se mantienen iguales, pero lo que si ha cambiado es la motivación de los jóvenes en la forma de seleccionar sus empleos.

felicidad laboral
Foto Buro Millenials / Pexels

Los mismos datos de la encuesta sugieren que uno de los aspectos que más influye en ellos para decidir por un empleo u otro es que la empresa incluya “políticas de felicidad profesional en su paquete de beneficios”. De hecho, las estadísticas indican que 63% de los jóvenes encuestados sacrificarían salario en beneficio de la felicidad laboral.

Regulación emocional

Los datos estadísticos en general no mienten e indican una tendencia. De acuerdo con mi percepción, estos porcentajes cada vez serán mayores. Por lo tanto, es menester para directivos y líderes de las empresas tomar en consideración lo concluyente de estos, y planificar programas que estimulen la felicidad laboral.

Se hace entonces imprescindible incluir en las empresas temas relacionados con la regulación emocional –factor determinante en la felicidad– dada su influencia en el comportamiento de las personas y en su rendimiento en la actividad laboral.

¿Cómo abordar esta iniciativa que luce más que necesaria? Yo sugeriría primero, entender las preferencias que tiene nuestro cerebro y desde esa vitrina encausar las acciones que gestionen de mejor manera la generación de emociones positivas.

No pretendo que nos convirtamos expertos en neurociencia, pero al menos focalizar que el cerebro se debate entre la recompensa y la amenaza. Recordemos que su principal objetivo es la supervivencia, por lo tanto, todas sus decisiones van atadas a ese factor.

Para complementar la idea anterior, les comentaré algunas claves generales que los líderes deben convertir en acciones y así impactar positivamente en sus empleados y, por tanto, a la organización en general:

Seguros y competentes

Hazlos sentir seguros y competentes. Rétalos constantemente, pero con respeto.

Foto Fauxels / Pexels

No hay mejor reemplazo del salario que sentir la seguridad del aprendizaje y crecimiento.

Comunicación coherente y efectiva

Si quieres hacer un daño irreparable, incumple los valores que has comunicado y exiges a los demás. De esa manera, en poco tiempo acabarás sin empleados.

En cambio, sé coherente con lo que pregonas y ofreces. A nadie le gustan las incongruencias.

Celebra los logros

No escatimes en reconocer la labor de los demás.

Comunica las novedades y las buenas noticias, y mejor aún, que todos se sientan partícipe.

No olvides los incentivos

El incentivo, como el dinero, es un asunto de supervivencia. En entornos como el nuestro es irremplazable su rutinaria revisión y el ajuste consensuado con la estructura.

Otro incentivo que suma, relevante y no monetario, es sumar iniciativas que ajusten el equilibro entre el trabajo y la vida personal del trabajador.

Cada elemento que incorpores en la lista de recompensas suma a la felicidad laboral. Alístate sin miedo en el equipo del equilibrio laboral e incluye, sin dilación, el factor “emoción” en los planes estratégicos y la dinámica de tu empresa.

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